/ jueves 7 de julio de 2022

A 67 años del voto de la mujer

El pasado 3 de julio conmemoramos 67 años de que por primera vez las mujeres acudimos a las urnas. En retrospectiva son muchos los logros alcanzados, aunque también es cierto que el tramo por andar es aún prolongado. Les explico:

Si bien en diciembre de 1946 se aprobó la reforma al artículo 115 de nuestra Constitución, a fin de que las mujeres pudiéramos derecho al voto, fue hasta 1955 cuando pudimos participar por primera vez en una elección federal. Por cierto, un año antes, en 1954, Aurora Jiménez Quevedo, de Palacios, fue la primera diputada federal electa en todo el país, con las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Un año después llegaron a San Lázaro otras grandes mujeres que nos abrieron brecha, como Marcelina Galindo Arce, de Chiapas; María Guadalupe Ursúa, de Jalisco; Remedios Albertina Ezeta, del Estado de México; y Margarita García Flores, de Nuevo León.

Mención aparte merece Griselda Álvarez de León, quien pasó a la historia por ser la primera gobernadora de Colima y del país, aunque eso fue hasta 1979.

Hoy, casi 7 décadas después de que pudimos acudir a ejercer nuestro derecho, la paridad es casi una realidad y digo casi porque si bien en la Cámara de Diputados y en el Congreso Local de Veracruz sí hay paridad de género, no se ha alcanzado la mitad de los escaños en el Senado y en las gubernaturas vamos mucho más atrasadas. Como ejemplo de lo anterior, tras los comicios del mes pasado en el país habrá 9 gobernadoras con los triunfos de Aguascalientes y Quintana Roo; 9 de 32, por lo que hay que seguir trabajando en la materia para que el número, por capacidad, se incremente.

Aunado a eso tomemos en cuenta que, de acuerdo con el INE, el 51.88 por ciento del padrón electoral en el país somos mujeres, por lo que deberíamos ver a más de nosotras en las boletas electorales, tomando decisiones.

Otro de los grandes pendientes en la agenda política de las mujeres es erradicar la violencia de género, los ataques sistemáticos que se nos hacen por nuestra apariencia, por ser mujeres. El Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género ha sido un paso muy importante, aunque no suficiente. Hay que alzar la voz y denunciar a los agresores para inhibirlos.

La última reflexión sería el llamado a que sigamos trabajando para empoderar a más mujeres, para ayudarlas a ser líderesas en sus sectores, en sus colonias, municipios y estados; para sumar a niñas y jóvenes en ser partícipes en la toma de decisiones.

Han sido 67 años muy productivos desde ese 3 de julio, pero insisto, necesitamos redoblar esfuerzos hasta alcanzar una verdadera paridad en cada uno de los aspectos sociales.

(*) Coordinadora Grupo Legislativo PRI Congreso local

@Anilú Ingram

El pasado 3 de julio conmemoramos 67 años de que por primera vez las mujeres acudimos a las urnas. En retrospectiva son muchos los logros alcanzados, aunque también es cierto que el tramo por andar es aún prolongado. Les explico:

Si bien en diciembre de 1946 se aprobó la reforma al artículo 115 de nuestra Constitución, a fin de que las mujeres pudiéramos derecho al voto, fue hasta 1955 cuando pudimos participar por primera vez en una elección federal. Por cierto, un año antes, en 1954, Aurora Jiménez Quevedo, de Palacios, fue la primera diputada federal electa en todo el país, con las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Un año después llegaron a San Lázaro otras grandes mujeres que nos abrieron brecha, como Marcelina Galindo Arce, de Chiapas; María Guadalupe Ursúa, de Jalisco; Remedios Albertina Ezeta, del Estado de México; y Margarita García Flores, de Nuevo León.

Mención aparte merece Griselda Álvarez de León, quien pasó a la historia por ser la primera gobernadora de Colima y del país, aunque eso fue hasta 1979.

Hoy, casi 7 décadas después de que pudimos acudir a ejercer nuestro derecho, la paridad es casi una realidad y digo casi porque si bien en la Cámara de Diputados y en el Congreso Local de Veracruz sí hay paridad de género, no se ha alcanzado la mitad de los escaños en el Senado y en las gubernaturas vamos mucho más atrasadas. Como ejemplo de lo anterior, tras los comicios del mes pasado en el país habrá 9 gobernadoras con los triunfos de Aguascalientes y Quintana Roo; 9 de 32, por lo que hay que seguir trabajando en la materia para que el número, por capacidad, se incremente.

Aunado a eso tomemos en cuenta que, de acuerdo con el INE, el 51.88 por ciento del padrón electoral en el país somos mujeres, por lo que deberíamos ver a más de nosotras en las boletas electorales, tomando decisiones.

Otro de los grandes pendientes en la agenda política de las mujeres es erradicar la violencia de género, los ataques sistemáticos que se nos hacen por nuestra apariencia, por ser mujeres. El Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género ha sido un paso muy importante, aunque no suficiente. Hay que alzar la voz y denunciar a los agresores para inhibirlos.

La última reflexión sería el llamado a que sigamos trabajando para empoderar a más mujeres, para ayudarlas a ser líderesas en sus sectores, en sus colonias, municipios y estados; para sumar a niñas y jóvenes en ser partícipes en la toma de decisiones.

Han sido 67 años muy productivos desde ese 3 de julio, pero insisto, necesitamos redoblar esfuerzos hasta alcanzar una verdadera paridad en cada uno de los aspectos sociales.

(*) Coordinadora Grupo Legislativo PRI Congreso local

@Anilú Ingram

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