/ jueves 1 de octubre de 2020

Ahued, senador incómodo

En las encuestas que se vienen realizando por encargo de algunos aspirantes del PRI y PAN a la alcaldía de Xalapa, en todas aparece el senador Ricardo Ahued, de Morena, a la cabeza de las preferencias electorales...

Esto pese al cuestionado desempeño del alcalde actual de su partido, Hipólito Rodríguez. Pero Ahued, quien ya fue presidente municipal en el periodo 2004-2007, ahora aspira a gobernar el estado de Veracruz, donde radica desde hace más de 55 años, pues siendo apenas un niño sus padres emigraron de Hidalgo a Xalapa. Sin embargo, difícilmente lo dejarán pasar en su partido.

La postulación parece estar reservada para Rocío Nahle, quien tampoco es oriunda de Veracruz pero tiene más de 30 años residiendo en Coatzacoalcos, a donde llegó a inicios de la década de los ochenta a laborar en un complejo petroquímico recién egresada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Zacatecas. Nahle es muy cercana al presidente López Obrador, quien siendo dirigente de Morena primero la hizo, en 2015, coordinadora del grupo legislativo de su partido en la Cámara de Diputados; posteriormente, en 2018, candidata al Senado de la República y luego, en diciembre del año antepasado, la nombró secretaria de Energía para ejecutar una de las obras emblemáticas de su sexenio: la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco.

Por estas y otras razones es que el gobernador Cuitláhuac García ha reforzado su alianza política con Nahle, pues ambos, además, son afines al grupo político de los llamados “duros” y “puros” de Morena, que pretende impulsar para la sucesión presidencial de 2024 a Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México muy allegada también a AMLO y a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, uno de cuyos familiares, Hugo Gutiérrez Maldonado, despacha como secretario de Seguridad Pública en Veracruz.

Sin embargo, la gran interrogante es qué van a hacer con Ahued, quien anda abanderando causas populares, como la del ajuste a las excesivas tarifas domésticas de consumo de energía eléctrica –a la que el presidente y la titular de la Sener aún no le han dado una respuesta satisfactoria–, y promoviendo una ley para sancionar los subejercicios presupuestales en los tres niveles de gobierno.

Según una versión, de momento intentarían persuadirlo para que contienda en la próxima sucesión municipal a fin de que Morena no pierda la capital veracruzana, considerada la joya de la corona. Pero para que acepte, dicen que la invitación se la haría directamente López Obrador, a sabiendas de que no podría negarse a la petición del presidente.

Sin embargo, en Palacio de Gobierno cada vez toleran menos a Ahued. Hace una semana, ante sus críticas por los pésimos caminos que circundan a la nucleoeléctrica de Laguna Verde, Eric Cisneros, titular de la Segob e incondicional de Nahle, le reviró que no solamente hay que hablar sino hacerlo y participar, convocándolo “a trabajar en equipo para que las cosas funcionen bien en Veracruz”.

En las encuestas que se vienen realizando por encargo de algunos aspirantes del PRI y PAN a la alcaldía de Xalapa, en todas aparece el senador Ricardo Ahued, de Morena, a la cabeza de las preferencias electorales...

Esto pese al cuestionado desempeño del alcalde actual de su partido, Hipólito Rodríguez. Pero Ahued, quien ya fue presidente municipal en el periodo 2004-2007, ahora aspira a gobernar el estado de Veracruz, donde radica desde hace más de 55 años, pues siendo apenas un niño sus padres emigraron de Hidalgo a Xalapa. Sin embargo, difícilmente lo dejarán pasar en su partido.

La postulación parece estar reservada para Rocío Nahle, quien tampoco es oriunda de Veracruz pero tiene más de 30 años residiendo en Coatzacoalcos, a donde llegó a inicios de la década de los ochenta a laborar en un complejo petroquímico recién egresada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Zacatecas. Nahle es muy cercana al presidente López Obrador, quien siendo dirigente de Morena primero la hizo, en 2015, coordinadora del grupo legislativo de su partido en la Cámara de Diputados; posteriormente, en 2018, candidata al Senado de la República y luego, en diciembre del año antepasado, la nombró secretaria de Energía para ejecutar una de las obras emblemáticas de su sexenio: la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco.

Por estas y otras razones es que el gobernador Cuitláhuac García ha reforzado su alianza política con Nahle, pues ambos, además, son afines al grupo político de los llamados “duros” y “puros” de Morena, que pretende impulsar para la sucesión presidencial de 2024 a Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México muy allegada también a AMLO y a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, uno de cuyos familiares, Hugo Gutiérrez Maldonado, despacha como secretario de Seguridad Pública en Veracruz.

Sin embargo, la gran interrogante es qué van a hacer con Ahued, quien anda abanderando causas populares, como la del ajuste a las excesivas tarifas domésticas de consumo de energía eléctrica –a la que el presidente y la titular de la Sener aún no le han dado una respuesta satisfactoria–, y promoviendo una ley para sancionar los subejercicios presupuestales en los tres niveles de gobierno.

Según una versión, de momento intentarían persuadirlo para que contienda en la próxima sucesión municipal a fin de que Morena no pierda la capital veracruzana, considerada la joya de la corona. Pero para que acepte, dicen que la invitación se la haría directamente López Obrador, a sabiendas de que no podría negarse a la petición del presidente.

Sin embargo, en Palacio de Gobierno cada vez toleran menos a Ahued. Hace una semana, ante sus críticas por los pésimos caminos que circundan a la nucleoeléctrica de Laguna Verde, Eric Cisneros, titular de la Segob e incondicional de Nahle, le reviró que no solamente hay que hablar sino hacerlo y participar, convocándolo “a trabajar en equipo para que las cosas funcionen bien en Veracruz”.

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