/ jueves 25 de febrero de 2021

Arquidiócesis y su llamado a los políticos

En su más reciente comunicado dominical, la Arquidiócesis de Xalapa abordó, entre otros, el tema político, a propósito de la proximidad de las campañas electorales.

Aunque la Iglesia Católica ha mantenido una línea muy dura en contra del gobierno de la 4T, el mensaje del pasado domingo coincide con la Guía Ética para la Transformación de México y con algunas ideas recurrentes del presidente Andrés Manuel López Obrador de que este cambio de régimen no solo busca cambiar al país sino ir más allá, al fondo, a la raíz, cambiar a cada ser humano que vive en este país.

“Solo siendo buenos podemos ser felices”, ha dicho el mandatario. Con esa idea presentó su Cartilla Moral. “La felicidad no sólo es acumular bienes materiales, las alhajas, la troca, ni el lujo barato. La verdadera felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra conciencia y estar bien con el prójimo. Esa es la verdadera felicidad”.

En ese sentido, la Iglesia Católica hace una interesante reflexión sobre la necesidad de una conversión, de un cambio de mentalidad; “todos necesitamos convertirnos; no podemos ni debemos acostumbrarnos a un estado de vida mediocre; no es bueno quien no quiere ser mejor”.

Indica el comunicado de la Arquidiócesis que encabeza el arzobispo Hipólito Reyes Larios que “la función política necesita convertirse en un instrumento que ayude a servir a la sociedad para hacer de esta profesión una ocasión para trabajar por el bien común, la justicia y la construcción de la paz”.

Y ahí es donde inicia, desde el punto de vista político, la parte medular del comunicado: “quienes se dedican a la política saben que esta función se ha deteriorado y se ha desacreditado enormemente. Estamos observando muchos vicios que se esperaban ya se hubieran desterrado; se sigue haciendo a un lado a los ciudadanos y se observan imposiciones y caciquismos; por otra parte, no menos grave, en el caso de algunos servidores públicos, con una actitud cínica y sin ningún rubor usan los bienes públicos para manipular, chantajear, aprovecharse de las necesidades de la población vulnerable y pretender perpetuarse en el poder”.

Dura crítica la de la Iglesia, que indica “ojalá los candidatos a diputaciones federales y locales así como quienes aspiran a ser alcaldes comprendan que la gente ya no soporta promesas irreales o mágicas y ya no quiere ni merece mentiras”.

Quien piense que la Iglesia no desempeña un papel importante en la vida social y política de este país está muy equivocado; en las más importantes etapas de la historia de México, desde la Conquista y la Independencia hasta nuestros días, este poder ha estado presente y en muchas ocasiones ha sido decisivo.

Hoy se observan expresiones, a veces impulsadas desde el propio gobierno morenista, que promueven movimientos que se enfrentan y son contrarios a los conceptos y doctrina católica; sin embargo, recordemos la indiscutible influencia del clero entre la feligresía; a fin de cuentas, a pesar del avance de otras expresiones y cultos, el catolicismo se mantiene como la religión mayoritaria de México.

Por eso no se pueden ni se deben ignorar las expresiones y pronunciamientos que la Iglesia emite, en unas ocasiones con un sentido estrictamente religioso; y en otras, con observaciones puntuales sobre el acontecer social y político de México y Veracruz, como en este caso particular del comunicado dominical del pasado 21 de febrero.

En su más reciente comunicado dominical, la Arquidiócesis de Xalapa abordó, entre otros, el tema político, a propósito de la proximidad de las campañas electorales.

Aunque la Iglesia Católica ha mantenido una línea muy dura en contra del gobierno de la 4T, el mensaje del pasado domingo coincide con la Guía Ética para la Transformación de México y con algunas ideas recurrentes del presidente Andrés Manuel López Obrador de que este cambio de régimen no solo busca cambiar al país sino ir más allá, al fondo, a la raíz, cambiar a cada ser humano que vive en este país.

“Solo siendo buenos podemos ser felices”, ha dicho el mandatario. Con esa idea presentó su Cartilla Moral. “La felicidad no sólo es acumular bienes materiales, las alhajas, la troca, ni el lujo barato. La verdadera felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra conciencia y estar bien con el prójimo. Esa es la verdadera felicidad”.

En ese sentido, la Iglesia Católica hace una interesante reflexión sobre la necesidad de una conversión, de un cambio de mentalidad; “todos necesitamos convertirnos; no podemos ni debemos acostumbrarnos a un estado de vida mediocre; no es bueno quien no quiere ser mejor”.

Indica el comunicado de la Arquidiócesis que encabeza el arzobispo Hipólito Reyes Larios que “la función política necesita convertirse en un instrumento que ayude a servir a la sociedad para hacer de esta profesión una ocasión para trabajar por el bien común, la justicia y la construcción de la paz”.

Y ahí es donde inicia, desde el punto de vista político, la parte medular del comunicado: “quienes se dedican a la política saben que esta función se ha deteriorado y se ha desacreditado enormemente. Estamos observando muchos vicios que se esperaban ya se hubieran desterrado; se sigue haciendo a un lado a los ciudadanos y se observan imposiciones y caciquismos; por otra parte, no menos grave, en el caso de algunos servidores públicos, con una actitud cínica y sin ningún rubor usan los bienes públicos para manipular, chantajear, aprovecharse de las necesidades de la población vulnerable y pretender perpetuarse en el poder”.

Dura crítica la de la Iglesia, que indica “ojalá los candidatos a diputaciones federales y locales así como quienes aspiran a ser alcaldes comprendan que la gente ya no soporta promesas irreales o mágicas y ya no quiere ni merece mentiras”.

Quien piense que la Iglesia no desempeña un papel importante en la vida social y política de este país está muy equivocado; en las más importantes etapas de la historia de México, desde la Conquista y la Independencia hasta nuestros días, este poder ha estado presente y en muchas ocasiones ha sido decisivo.

Hoy se observan expresiones, a veces impulsadas desde el propio gobierno morenista, que promueven movimientos que se enfrentan y son contrarios a los conceptos y doctrina católica; sin embargo, recordemos la indiscutible influencia del clero entre la feligresía; a fin de cuentas, a pesar del avance de otras expresiones y cultos, el catolicismo se mantiene como la religión mayoritaria de México.

Por eso no se pueden ni se deben ignorar las expresiones y pronunciamientos que la Iglesia emite, en unas ocasiones con un sentido estrictamente religioso; y en otras, con observaciones puntuales sobre el acontecer social y político de México y Veracruz, como en este caso particular del comunicado dominical del pasado 21 de febrero.