/ sábado 26 de marzo de 2022

Carlos Muñoz Izquierdo

¿Cómo lograr que la educación mexicana contribuya a una sociedad justa, democrática y económicamente productiva? Carlos Muñoz Izquierdo responde que, para lograrlo, “la educación debe ser axiológicamente relevante, culturalmente pertinente, pedagógicamente eficaz y económicamente eficiente”. En la actualidad el sistema educativo deja mucho que desear para mejorar y transformar la educación respecto a esta afirmación.

“Como pedagogo Muñoz Izquierdo, figura en la que se convirtió durante la última etapa de su vida, sin duda, lo que le preocupa especialmente es el asunto de la relevancia de la educación que se ofrece, pues él sostenía que la relevancia –la significatividad del aprendizaje para cada alumno– era clave para asegurar que todas las niñas, los niños y las y los jóvenes aprendieran”, apunta la maestra Sylvia Schmelkes del Valle en “Algunas enseñanzas de Muñoz Izquierdo: un maestro para tiempos no vividos, ni imaginados por él”.

Recientemente el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México reeditó el libro ¿Cómo puede la educación contribuir a la movilidad social? publicado en 2010 por Carlos Muñoz Izquierdo. Quien además es autor de otras obras entre las que destacan: La Contribución de la Educación al Cambio Social (1994); Análisis y Propuestas para la Planeación Educativa (1995); Origen y Consecuencias de las Desigualdades Educativas (1996); Educación y Desarrollo Socioeconómico en América Latina y el Caribe (2004); mismas que le permitieron diseñar y proponer estrategias encaminadas a promover la construcción de una sociedad más justa y solidaria a través de la educación.

Este destacado intelectual mexicano recibió el Premio Científico “Luis Elizondo" en el área de educación, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; el Premio Interamericano “Andrés Bello", por la Organización de los Estados Americanos; el “Premio por Contribución a la Educación Superior”, por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior y el reconocimiento al Mérito otorgado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa en el 2007. Asimismo, el Sistema de Universidades Jesuitas de la República Mexicana le otorgó en 2010 el doctorado Honoris Causa y fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.

Felipe Martínez Rizo, académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, reconoció a la IBERO “la acertada idea de reeditar un trabajo tan valioso”, El libro, detalló, se organiza en tres partes. La primera, reúne trabajos sobre calidad de la educación básica; la segunda, es sobre economía de la educación; y la tercera, sobre las instituciones de educación superior de sostenimiento privado. En una reseña sobre la obra, Pedro Rendrón cita a Sylvia Schmelkes del Valle, investigadora del INIDE, quien expuso que el libro es impresionantemente actual, a pesar del medio siglo desde que fueron escritos algunos de sus capítulos.

¿Por qué recordar a Muñoz Izquierdo? “El Dr. Alejandro Márquez Jiménez, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que otra cuestión que siempre preocupó a Carlos Muñoz era tener una mirada integral de la educación, y criticaba la falta de visión o de integración de las políticas educativas, que en ocasiones se parcializan y sólo atacan las cuestiones más evidentes y muchas veces las más fáciles. Como él decía, entre más fácil es aplicar una política, su efectividad en ocasiones va de manera completamente inversa”.

En relación con la pandemia que todavía padece México, ¿qué diría Carlos Muñoz Izquierdo? “Él estaría fundamentalmente preocupado por la exacerbación de las desigualdades educativas que la pandemia necesariamente trae consigo, por sus efectos en la deserción escolar y en el déficit de los aprendizajes sobre todo de los que tienen mayores desventajas. Se estaría quebrando la cabeza para tratar de encontrar recomendaciones para atender mejor el problema que de la manera en que se está haciendo. Como buen economista de la educación, estaría calculando los costos de las pérdidas educativas. Buscaría maneras de investigar sobre las políticas implementadas y sus efectos para proponer formas de remontar sus dificultades”. Y “Como economista, también, estaría seriamente preocupado por el deterioro económico y la pérdida del empleo”.

Para el Dr. Andrés Sandoval, docente de la Universidad de Bath, el mensaje de fondo que dejó Muñoz Izquierdo es que la calidad educativa es una condición necesaria, pero no suficiente, para la movilidad social. “Él, lo que nos quiere decir, es que estas políticas educativas, y por mucho que logremos la calidad educativa, tienen que venir acompañadas de políticas que promuevan el desarrollo socioeconómico por otros frentes”. En términos de “movilidad, no bastaba con una educación de calidad- hoy de excelencia-, era indispensable que las oportunidades laborales se expandieran simultáneamente” Estaría considerando, “una política de pleno empleo que privilegia la certeza de una renta mínima, a cambio de un trabajo no necesariamente económicamente, pero sí socialmente productivo”

En resumen y opinión de la investigadora Schmelkes, Carlos Muñoz Izquierdo “Estaría pensando y ayudándonos a reflexionar sobre el futuro. Se le ocurrirían investigaciones para dimensionar el tamaño del daño educativo causado por la pandemia, tanto en aprendizajes, como en ampliación de la brecha de desigualdad educativa. Querría basar en evidencias un conjunto de propuestas, no sólo para recuperar lo perdido, sino, sobre todo, para revertir las condiciones de desigualdad previamente existentes que nos llevaron a que el impacto de esta contingencia fuera tan grave. Estaría pensando en cómo orientar la política educativa, no sólo hacia la igualdad de oportunidades de acceder y de permanecer, sino, especialmente, de aprender. Y, sin duda, sus planteamientos al respecto, hechos a lo largo de su vida, que cayeron en oídos sordos, ahora adquirirían muchísimo sentido y alumbrarían el debate público, lo que significa una escuela efectiva, lo que podría ayudar a potenciar nuestra capacidad de propuesta y transformación, especialmente en momentos en los que necesitamos…” una escuela fuera de sus dimensiones tradicionales.

¿Cómo lograr que la educación mexicana contribuya a una sociedad justa, democrática y económicamente productiva? Carlos Muñoz Izquierdo responde que, para lograrlo, “la educación debe ser axiológicamente relevante, culturalmente pertinente, pedagógicamente eficaz y económicamente eficiente”. En la actualidad el sistema educativo deja mucho que desear para mejorar y transformar la educación respecto a esta afirmación.

“Como pedagogo Muñoz Izquierdo, figura en la que se convirtió durante la última etapa de su vida, sin duda, lo que le preocupa especialmente es el asunto de la relevancia de la educación que se ofrece, pues él sostenía que la relevancia –la significatividad del aprendizaje para cada alumno– era clave para asegurar que todas las niñas, los niños y las y los jóvenes aprendieran”, apunta la maestra Sylvia Schmelkes del Valle en “Algunas enseñanzas de Muñoz Izquierdo: un maestro para tiempos no vividos, ni imaginados por él”.

Recientemente el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México reeditó el libro ¿Cómo puede la educación contribuir a la movilidad social? publicado en 2010 por Carlos Muñoz Izquierdo. Quien además es autor de otras obras entre las que destacan: La Contribución de la Educación al Cambio Social (1994); Análisis y Propuestas para la Planeación Educativa (1995); Origen y Consecuencias de las Desigualdades Educativas (1996); Educación y Desarrollo Socioeconómico en América Latina y el Caribe (2004); mismas que le permitieron diseñar y proponer estrategias encaminadas a promover la construcción de una sociedad más justa y solidaria a través de la educación.

Este destacado intelectual mexicano recibió el Premio Científico “Luis Elizondo" en el área de educación, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; el Premio Interamericano “Andrés Bello", por la Organización de los Estados Americanos; el “Premio por Contribución a la Educación Superior”, por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior y el reconocimiento al Mérito otorgado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa en el 2007. Asimismo, el Sistema de Universidades Jesuitas de la República Mexicana le otorgó en 2010 el doctorado Honoris Causa y fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.

Felipe Martínez Rizo, académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, reconoció a la IBERO “la acertada idea de reeditar un trabajo tan valioso”, El libro, detalló, se organiza en tres partes. La primera, reúne trabajos sobre calidad de la educación básica; la segunda, es sobre economía de la educación; y la tercera, sobre las instituciones de educación superior de sostenimiento privado. En una reseña sobre la obra, Pedro Rendrón cita a Sylvia Schmelkes del Valle, investigadora del INIDE, quien expuso que el libro es impresionantemente actual, a pesar del medio siglo desde que fueron escritos algunos de sus capítulos.

¿Por qué recordar a Muñoz Izquierdo? “El Dr. Alejandro Márquez Jiménez, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que otra cuestión que siempre preocupó a Carlos Muñoz era tener una mirada integral de la educación, y criticaba la falta de visión o de integración de las políticas educativas, que en ocasiones se parcializan y sólo atacan las cuestiones más evidentes y muchas veces las más fáciles. Como él decía, entre más fácil es aplicar una política, su efectividad en ocasiones va de manera completamente inversa”.

En relación con la pandemia que todavía padece México, ¿qué diría Carlos Muñoz Izquierdo? “Él estaría fundamentalmente preocupado por la exacerbación de las desigualdades educativas que la pandemia necesariamente trae consigo, por sus efectos en la deserción escolar y en el déficit de los aprendizajes sobre todo de los que tienen mayores desventajas. Se estaría quebrando la cabeza para tratar de encontrar recomendaciones para atender mejor el problema que de la manera en que se está haciendo. Como buen economista de la educación, estaría calculando los costos de las pérdidas educativas. Buscaría maneras de investigar sobre las políticas implementadas y sus efectos para proponer formas de remontar sus dificultades”. Y “Como economista, también, estaría seriamente preocupado por el deterioro económico y la pérdida del empleo”.

Para el Dr. Andrés Sandoval, docente de la Universidad de Bath, el mensaje de fondo que dejó Muñoz Izquierdo es que la calidad educativa es una condición necesaria, pero no suficiente, para la movilidad social. “Él, lo que nos quiere decir, es que estas políticas educativas, y por mucho que logremos la calidad educativa, tienen que venir acompañadas de políticas que promuevan el desarrollo socioeconómico por otros frentes”. En términos de “movilidad, no bastaba con una educación de calidad- hoy de excelencia-, era indispensable que las oportunidades laborales se expandieran simultáneamente” Estaría considerando, “una política de pleno empleo que privilegia la certeza de una renta mínima, a cambio de un trabajo no necesariamente económicamente, pero sí socialmente productivo”

En resumen y opinión de la investigadora Schmelkes, Carlos Muñoz Izquierdo “Estaría pensando y ayudándonos a reflexionar sobre el futuro. Se le ocurrirían investigaciones para dimensionar el tamaño del daño educativo causado por la pandemia, tanto en aprendizajes, como en ampliación de la brecha de desigualdad educativa. Querría basar en evidencias un conjunto de propuestas, no sólo para recuperar lo perdido, sino, sobre todo, para revertir las condiciones de desigualdad previamente existentes que nos llevaron a que el impacto de esta contingencia fuera tan grave. Estaría pensando en cómo orientar la política educativa, no sólo hacia la igualdad de oportunidades de acceder y de permanecer, sino, especialmente, de aprender. Y, sin duda, sus planteamientos al respecto, hechos a lo largo de su vida, que cayeron en oídos sordos, ahora adquirirían muchísimo sentido y alumbrarían el debate público, lo que significa una escuela efectiva, lo que podría ayudar a potenciar nuestra capacidad de propuesta y transformación, especialmente en momentos en los que necesitamos…” una escuela fuera de sus dimensiones tradicionales.