/ domingo 18 de octubre de 2020

Carrera rumbo a la sucesión

La ruta rumbo a la sucesión de 2024 en Veracruz tiene su primera escala en la elección del próximo año, cuando se votará por presidentes municipales, diputados locales y federales.

De cómo coloquen sus piezas y posiciones los protagonistas de la sucesión y los partidos políticos dependerá la circunstancia en que llegarán a 2024. De ahí la importancia del proceso local de 2021.

Para las cúpulas partidistas nacionales, la elección determinante será la de diputados federales, dado que en esas posiciones está el control o en su caso el contrapeso del presidente. Sin embargo, en el contexto estatal las diputaciones locales y las presidencias municipales, que son el primer contacto con los ciudadanos con una institución de gobierno, adquieren mayor relevancia política.

A estas alturas, cuando faltan cuatro años para la sucesión, sólo se observa a cinco o seis posibles cartas para suceder a Cuitláhuac García: por Morena, la poderosa secretaria de Energía, Rocío Nahle García; el secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros Burgos; y el senador Ricardo Ahued Bardahuil; por Acción Nacional, Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, ex candidato al gobierno del Estado el primero y actual alcalde de Veracruz, el segundo; y el senador Julen Rementería del Puerto, único adversario interno de los Yunes azules; por el Revolucionario Institucional, el ex senador José Francisco Yunes Zorrilla; y el actual diputado Héctor Yunes Landa, ambos, ex candidatos al gobierno estatal.

Al interior del PAN, pareciera a simple vista que las fuerzas están equilibradas; sin embargo, no hay que perder de vista que el jefe del clan Yunes fue el primer candidato panista que derrotó al PRI en una contienda por la gubernatura, en tanto que Miguel Ángel Yunes Márquez logró una cosecha de votos impresionante en la elección de 2018, casi un millón y medio de sufragios.

En el caso de los priistas, un análisis simplista podría indicar que Héctor Yunes estaría mejor posicionado, dado que en la elección en la que compitió obtuvo más votos que Yunes Zorrilla, además de que éste último fue tercero en la contienda de 2018. Sin embargo, las circunstancias políticas que encararon los dos ex candidatos del PRI fueron muy diferentes: Héctor Yunes lidió con el descrédito que le dejó el ex gobernador Javier Duarte, pero contó con el apoyo del ex presidente Peña Nieto; Pepe Yunes, por su parte, no sólo pagó los platos rotos del desgaste priista, sino que contendió contra una fuerza política que aplastó a sus oponentes: Morena y sobre todo el fenómeno político electoral que representó López Obrador.

Hoy, la realidad de las dos cartas priistas es muy diferente: Héctor Yunes es diputado federal; con su impulso, el partidos político local Todos por Veracruz logró su registro; y a partir de ahí buscará una segunda candidatura al gobierno estatal. Pepe Yunes no tiene actualmente cargo, pero cuenta con nexos; es conocido y respetado en toda la geografía veracruzana gracias a un fuerte trabajo de gestión; y está perfilado para buscar un espacio en el próximo Congreso.

Si el de Perote decide contender en 2021, será el candidato a vencer, a pesar de representar a un partido sumamente desgastado.

Por el contrario, si opta por dejar pasar esta contienda y enfocar sus baterías a 2024, lo más probable es que asuma un papel protagónico en ese proceso.

La ruta rumbo a la sucesión de 2024 en Veracruz tiene su primera escala en la elección del próximo año, cuando se votará por presidentes municipales, diputados locales y federales.

De cómo coloquen sus piezas y posiciones los protagonistas de la sucesión y los partidos políticos dependerá la circunstancia en que llegarán a 2024. De ahí la importancia del proceso local de 2021.

Para las cúpulas partidistas nacionales, la elección determinante será la de diputados federales, dado que en esas posiciones está el control o en su caso el contrapeso del presidente. Sin embargo, en el contexto estatal las diputaciones locales y las presidencias municipales, que son el primer contacto con los ciudadanos con una institución de gobierno, adquieren mayor relevancia política.

A estas alturas, cuando faltan cuatro años para la sucesión, sólo se observa a cinco o seis posibles cartas para suceder a Cuitláhuac García: por Morena, la poderosa secretaria de Energía, Rocío Nahle García; el secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros Burgos; y el senador Ricardo Ahued Bardahuil; por Acción Nacional, Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, ex candidato al gobierno del Estado el primero y actual alcalde de Veracruz, el segundo; y el senador Julen Rementería del Puerto, único adversario interno de los Yunes azules; por el Revolucionario Institucional, el ex senador José Francisco Yunes Zorrilla; y el actual diputado Héctor Yunes Landa, ambos, ex candidatos al gobierno estatal.

Al interior del PAN, pareciera a simple vista que las fuerzas están equilibradas; sin embargo, no hay que perder de vista que el jefe del clan Yunes fue el primer candidato panista que derrotó al PRI en una contienda por la gubernatura, en tanto que Miguel Ángel Yunes Márquez logró una cosecha de votos impresionante en la elección de 2018, casi un millón y medio de sufragios.

En el caso de los priistas, un análisis simplista podría indicar que Héctor Yunes estaría mejor posicionado, dado que en la elección en la que compitió obtuvo más votos que Yunes Zorrilla, además de que éste último fue tercero en la contienda de 2018. Sin embargo, las circunstancias políticas que encararon los dos ex candidatos del PRI fueron muy diferentes: Héctor Yunes lidió con el descrédito que le dejó el ex gobernador Javier Duarte, pero contó con el apoyo del ex presidente Peña Nieto; Pepe Yunes, por su parte, no sólo pagó los platos rotos del desgaste priista, sino que contendió contra una fuerza política que aplastó a sus oponentes: Morena y sobre todo el fenómeno político electoral que representó López Obrador.

Hoy, la realidad de las dos cartas priistas es muy diferente: Héctor Yunes es diputado federal; con su impulso, el partidos político local Todos por Veracruz logró su registro; y a partir de ahí buscará una segunda candidatura al gobierno estatal. Pepe Yunes no tiene actualmente cargo, pero cuenta con nexos; es conocido y respetado en toda la geografía veracruzana gracias a un fuerte trabajo de gestión; y está perfilado para buscar un espacio en el próximo Congreso.

Si el de Perote decide contender en 2021, será el candidato a vencer, a pesar de representar a un partido sumamente desgastado.

Por el contrario, si opta por dejar pasar esta contienda y enfocar sus baterías a 2024, lo más probable es que asuma un papel protagónico en ese proceso.