/ domingo 27 de septiembre de 2020

Comités de Mario Delgado, lo mismo que hacer llover sobre mojado

El dicho popular reitera que hay dos cosas que no se pueden ocultar en la vida, refiriéndose al dinero y a un embarazo.

Es muy dada la presunción que invade a las personas adineradas, reflejándose en ellas las actitudes propias de una persona “fifí”, como las acostumbra bautizar el presidente López Obrador, sobre todo cuando se trata de un político que derrocha dinero a manos llenas con tal de lograr sus propósitos u objetivos.

En el caso de la campaña o promoción del voto que realizan miembros del partido Morena en la etapa de pandemia, que ha dejado más de 70 mil muertos en México, se señala al líder de los diputados federales de dicho partido, Mario Delgado, como alguien que trae mucho dinero para invertirle a la política, comprando voluntades que lo lleven a ser el próximo dirigente nacional de Morena, pues hasta por sus cercanos se le conoce como el “Rey Midas”, porque todo lo que toca se convierte en dinero.

El propio Porfirio Muñoz Ledo, que es de su mismo partido y también aspirante a la dirigencia nacional de ese instituto político, ha denunciado públicamente que Mario Delgado es un derrochador y gasta millonarios recursos en su proyecto político para ser electo presidente nacional de Morena. De ser ciertas las acusaciones de Muñoz Ledo, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que dirige Santiago Nieto Castillo, debe solicitar información oficial de los bienes y recursos personales de Mario Delgado, inhabilitándolo como candidato y congelando el dinero (de dudosa procedencia) que utiliza con fines facciosos.

Resulta fuera de contexto y sin fundamento alguno que el aspirante Mario Delgado recomiende formar comités de apoyo, por parte de su partido Morena, a la 4T, cuando todo mexicano sabe que existe una reglamentación que limita los recursos de partidos políticos y del gobierno, por ser entes distintos con propósitos diferentes y recursos autónomos que transparentan los procesos electorales y garantizan su independencia.

El derroche en la presente campaña por la dirigencia de Morena ha desgastado la imagen pública de cuando menos dos aspirantes al relevo de Alfonso Ramírez Cuéllar; uno es Porfirio Muñoz Ledo, quien no se moverá de la posición firme que tiene para alcanzar el liderazgo, y el otro es Mario Delgado, quien se ostenta como el candidato del mismísimo Andrés Manuel López Obrador.

Estos pleitos internos llevarán al partido Morena a perder posiciones dentro del círculo del gran poder.

El dicho popular reitera que hay dos cosas que no se pueden ocultar en la vida, refiriéndose al dinero y a un embarazo.

Es muy dada la presunción que invade a las personas adineradas, reflejándose en ellas las actitudes propias de una persona “fifí”, como las acostumbra bautizar el presidente López Obrador, sobre todo cuando se trata de un político que derrocha dinero a manos llenas con tal de lograr sus propósitos u objetivos.

En el caso de la campaña o promoción del voto que realizan miembros del partido Morena en la etapa de pandemia, que ha dejado más de 70 mil muertos en México, se señala al líder de los diputados federales de dicho partido, Mario Delgado, como alguien que trae mucho dinero para invertirle a la política, comprando voluntades que lo lleven a ser el próximo dirigente nacional de Morena, pues hasta por sus cercanos se le conoce como el “Rey Midas”, porque todo lo que toca se convierte en dinero.

El propio Porfirio Muñoz Ledo, que es de su mismo partido y también aspirante a la dirigencia nacional de ese instituto político, ha denunciado públicamente que Mario Delgado es un derrochador y gasta millonarios recursos en su proyecto político para ser electo presidente nacional de Morena. De ser ciertas las acusaciones de Muñoz Ledo, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que dirige Santiago Nieto Castillo, debe solicitar información oficial de los bienes y recursos personales de Mario Delgado, inhabilitándolo como candidato y congelando el dinero (de dudosa procedencia) que utiliza con fines facciosos.

Resulta fuera de contexto y sin fundamento alguno que el aspirante Mario Delgado recomiende formar comités de apoyo, por parte de su partido Morena, a la 4T, cuando todo mexicano sabe que existe una reglamentación que limita los recursos de partidos políticos y del gobierno, por ser entes distintos con propósitos diferentes y recursos autónomos que transparentan los procesos electorales y garantizan su independencia.

El derroche en la presente campaña por la dirigencia de Morena ha desgastado la imagen pública de cuando menos dos aspirantes al relevo de Alfonso Ramírez Cuéllar; uno es Porfirio Muñoz Ledo, quien no se moverá de la posición firme que tiene para alcanzar el liderazgo, y el otro es Mario Delgado, quien se ostenta como el candidato del mismísimo Andrés Manuel López Obrador.

Estos pleitos internos llevarán al partido Morena a perder posiciones dentro del círculo del gran poder.