/ martes 21 de septiembre de 2021

Cómo se ve el PPEF

En materia fiscal, los tiempos son de entrega, evaluación, modificación, cancelación y aprobación de leyes y presupuesto, en muchos casos de dotación a nuevos gastos dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación. Mismo sentido se aplicarán en los ingresos y el periodo para aprobar la recaudación concluye el 31 de octubre de este año.

Para ello pasarán los ingresos por las dos Cámaras; los egresos son de la exclusividad de la Cámara de Diputados y su tiempo de aprobación es el 15 de noviembre, excepto en el primer año de su gestión, que se establece hasta el 15 de diciembre. Al aprobarse lo ingresos pasan a ser ley y los egresos son Presupuesto de Egresos.

Una situación atípica se presentó en el 2002, cuando la legislación citaba que el Proyecto de Presupuesto de Egresos debería presentarse entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre.

Los diputados tendrían hasta el 31 de ese mes para aprobarlo, pero como no había acuerdos, la presidenta de la Cámara, la diputada Beatriz Paredes, paró el reloj legislativo para dar espacio a cabildeos, acuerdos y modificaciones, dados los intereses en la orientación del gasto; hasta que se pudieron dar. Así la sesión inició el 31 de diciembre y terminó el 1 de enero, pero siendo parte de la misma jornada no hubo violación a las leyes.

Los números para este año son verdaderamente ambiciosos. El gasto es el mayor que se pretende realizar en la historia moderna, con 7 billones 88 mil 250 millones de pesos, que referidos al 2021 considerados en la ley fue de 6 billones 295 mil 736 millones de pesos; la diferencia para el 2022 es de 792 mil 514 millones, que representa un crecimiento real un poco mayor al 8 por ciento.

No sé qué habrán pensando los seguidores y estudiosos de las finanzas públicas al conocer esta propuesta, la primera interrogación es ¿cómo se van a financiar?, la segunda ¿a dónde van? Esta posición es simple, conociendo que nuestro país tiene una de las tasas más bajas de recaudación entre los socios de la OCDE.

Con las políticas públicas de no aumentar los ingresos ni establecer una reforma fiscal en la segunda parte de esta administración, solo hay una manera de cubrir este ambicioso gasto: vía financiamientos y con ello deuda. Habrá que mencionar que también hay estrategias para aumentar la recaudación, bajando las tasas de ISR e IVA y estableciendo la confianza como vínculo para lograrlo mediante el Registro Simplificado de Confianza, aplicable a personas físicas y morales, con lo que se pretende ampliar la base de contribuyentes al facilitar su pago y registro y evitando gatos administrativos, teniendo como base los ingresos establecidos en las facturaciones CFDI.

Tratándose de manejos financieros del país presentados un año antes de su ejercicio, el gobierno presenta un Paquete Económico sobre el posible desempeño de la economía, con sus criterios generales de política económica, una miscelánea fiscal, la Ley de Ingresos y el PPEF.

Por su importe, el más alto manejado por cualquier administración, diremos que es muy ambicioso, no austero, que aumentó 8.5% respecto al 2021, cuyas diferencias serán para los programas sociales, los proyectos de infraestructura del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas; habrá mayor asignación al sector salud, Pemex y Guardia Nacional, que se incorpora a la Sedena.

El monto a refinanciar es de 792 mil millones de pesos, que se cubrirán la gran parte con deuda, interna o externa, algo se pretende incrementar la propia con el nuevo concepto de incorporación y las modificaciones a impuestos y a los derechos que cobran.

Seguirá disminuyendo las asignaciones en derechos humanos, prevención de la violencia contra las mujeres, ciencia y tecnología, y protección al medio ambiente; poca importancia merece la agricultura y el desarrollo urbano.

Poco se ve en estos documentos, lo que anunció como prioritario el presidente López Obrador en materia de conservación y su famoso programa de bacheo, que tanto preocupan a los mexicanos; se tiene consideración a los programas de cuidado, aumentando este concepto para mujeres que requieren que se atienda a sus hijos en guarderías o con familiares.

Sigue siendo prioridad importante la atención a adultos mayores, con un aumento del 76% respecto al 2021; Sembrando Vida, becas, discapacitados y educación, donde casi se tiene asignado el 3% del PIB entre FONE, Adultos Alfabetización, Bachilleres, así como Jóvenes Construyendo el Futuro.

La inversión en infraestructura es mínima, las inclusiones y su conservación están por el estilo, teniendo disminuciones Sedatu, Relaciones Exteriores, Gobernación y Economía.

El gasto federalizado total tuvo un incremento nominal de 166 mil 725.8 millones de pesos al ubicarse en 2 billones 108 mil 869 millones de pesos, habiendo crecido las participaciones federales un 6.7, las aportaciones un 2.7 por ciento, el Ramo 23 un 4.2 por ciento y se sigue apoyando dentro de este gasto a salud pública con los programas de atención a la salud, medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social; todo ello está sujeto a la Recaudación Federal Participable, que se estima en 3 billones 728 mil 987.5 millones de pesos.

A Veracruz, sin ser de los privilegiados, pero sí de los consentidos. Se ven muchos millones para Veracruz, pero no son suficientes; tendrá que recurrir a préstamos a corto plazo para cubrir pasivos laborales en 2022.

En materia fiscal, los tiempos son de entrega, evaluación, modificación, cancelación y aprobación de leyes y presupuesto, en muchos casos de dotación a nuevos gastos dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación. Mismo sentido se aplicarán en los ingresos y el periodo para aprobar la recaudación concluye el 31 de octubre de este año.

Para ello pasarán los ingresos por las dos Cámaras; los egresos son de la exclusividad de la Cámara de Diputados y su tiempo de aprobación es el 15 de noviembre, excepto en el primer año de su gestión, que se establece hasta el 15 de diciembre. Al aprobarse lo ingresos pasan a ser ley y los egresos son Presupuesto de Egresos.

Una situación atípica se presentó en el 2002, cuando la legislación citaba que el Proyecto de Presupuesto de Egresos debería presentarse entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre.

Los diputados tendrían hasta el 31 de ese mes para aprobarlo, pero como no había acuerdos, la presidenta de la Cámara, la diputada Beatriz Paredes, paró el reloj legislativo para dar espacio a cabildeos, acuerdos y modificaciones, dados los intereses en la orientación del gasto; hasta que se pudieron dar. Así la sesión inició el 31 de diciembre y terminó el 1 de enero, pero siendo parte de la misma jornada no hubo violación a las leyes.

Los números para este año son verdaderamente ambiciosos. El gasto es el mayor que se pretende realizar en la historia moderna, con 7 billones 88 mil 250 millones de pesos, que referidos al 2021 considerados en la ley fue de 6 billones 295 mil 736 millones de pesos; la diferencia para el 2022 es de 792 mil 514 millones, que representa un crecimiento real un poco mayor al 8 por ciento.

No sé qué habrán pensando los seguidores y estudiosos de las finanzas públicas al conocer esta propuesta, la primera interrogación es ¿cómo se van a financiar?, la segunda ¿a dónde van? Esta posición es simple, conociendo que nuestro país tiene una de las tasas más bajas de recaudación entre los socios de la OCDE.

Con las políticas públicas de no aumentar los ingresos ni establecer una reforma fiscal en la segunda parte de esta administración, solo hay una manera de cubrir este ambicioso gasto: vía financiamientos y con ello deuda. Habrá que mencionar que también hay estrategias para aumentar la recaudación, bajando las tasas de ISR e IVA y estableciendo la confianza como vínculo para lograrlo mediante el Registro Simplificado de Confianza, aplicable a personas físicas y morales, con lo que se pretende ampliar la base de contribuyentes al facilitar su pago y registro y evitando gatos administrativos, teniendo como base los ingresos establecidos en las facturaciones CFDI.

Tratándose de manejos financieros del país presentados un año antes de su ejercicio, el gobierno presenta un Paquete Económico sobre el posible desempeño de la economía, con sus criterios generales de política económica, una miscelánea fiscal, la Ley de Ingresos y el PPEF.

Por su importe, el más alto manejado por cualquier administración, diremos que es muy ambicioso, no austero, que aumentó 8.5% respecto al 2021, cuyas diferencias serán para los programas sociales, los proyectos de infraestructura del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas; habrá mayor asignación al sector salud, Pemex y Guardia Nacional, que se incorpora a la Sedena.

El monto a refinanciar es de 792 mil millones de pesos, que se cubrirán la gran parte con deuda, interna o externa, algo se pretende incrementar la propia con el nuevo concepto de incorporación y las modificaciones a impuestos y a los derechos que cobran.

Seguirá disminuyendo las asignaciones en derechos humanos, prevención de la violencia contra las mujeres, ciencia y tecnología, y protección al medio ambiente; poca importancia merece la agricultura y el desarrollo urbano.

Poco se ve en estos documentos, lo que anunció como prioritario el presidente López Obrador en materia de conservación y su famoso programa de bacheo, que tanto preocupan a los mexicanos; se tiene consideración a los programas de cuidado, aumentando este concepto para mujeres que requieren que se atienda a sus hijos en guarderías o con familiares.

Sigue siendo prioridad importante la atención a adultos mayores, con un aumento del 76% respecto al 2021; Sembrando Vida, becas, discapacitados y educación, donde casi se tiene asignado el 3% del PIB entre FONE, Adultos Alfabetización, Bachilleres, así como Jóvenes Construyendo el Futuro.

La inversión en infraestructura es mínima, las inclusiones y su conservación están por el estilo, teniendo disminuciones Sedatu, Relaciones Exteriores, Gobernación y Economía.

El gasto federalizado total tuvo un incremento nominal de 166 mil 725.8 millones de pesos al ubicarse en 2 billones 108 mil 869 millones de pesos, habiendo crecido las participaciones federales un 6.7, las aportaciones un 2.7 por ciento, el Ramo 23 un 4.2 por ciento y se sigue apoyando dentro de este gasto a salud pública con los programas de atención a la salud, medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social; todo ello está sujeto a la Recaudación Federal Participable, que se estima en 3 billones 728 mil 987.5 millones de pesos.

A Veracruz, sin ser de los privilegiados, pero sí de los consentidos. Se ven muchos millones para Veracruz, pero no son suficientes; tendrá que recurrir a préstamos a corto plazo para cubrir pasivos laborales en 2022.