/ lunes 17 de agosto de 2020

Conflicto interreligioso en Veracruz

Se trata de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, que preside monseñor Abad y que, hay que decir con claridad, no es la Iglesia Católica Romana tradicional que todos conocemos, sino una denominación más, como las cientos de agrupaciones religiosas que existen por todo el mundo.

Las leyes de nuestro país, concretamente la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, es muy clara al explicar que es obligación del Estado Mexicano garantizar la libertad de culto y promover el respeto entre la denominación diversa.

La Iglesia Católica tradicional debe comprender que vivimos en un mundo pluricultural y pluriiedeológico. Ya no son los tiempos del emperador Constantino, quien impuso la obligatoriedad de una iglesia para todo el impero romano de aquella época.

Hoy, los mexicanos y los veracruzanos convivimos con gente de las más variadas creencias religiosas en un mundo en donde, por cierto, el islamismo está creciendo a pasos agigantados.

Comento todo esto porque hace algunas semanas, un par de sacerdotes de esta nueva Iglesia —la Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo—, Bernardo Reyes Hernández y Fernando Paipa, acudieron a la comunidad de Atempa, municipio de Tlaquilpa, para realizar una celebración privada de XV años que se llevó a cabo en un domicilio particular, con apenas unas cuantas personas, siguiendo los protocolos impuestos por las autoridades sanitarias por el Covid-19.

Al ser enterados de ese hecho, los clérigos de la Diócesis romana de Orizaba montaron en cólera y enviaron un comunicado para señalar a sus feligreses que no se dejaran sorrender “ante personas que se hacen pasar por sacerdotes y realizar celebraciones sin tener ninguna autoridad para ello ”.

“El caso más reciente es de la zona de Tlaquilpa, cuya parroquia no realiza fiestas patronales ni celebraciones masivas y tampoco un cabo ningún tipo de ceremonia en domicilios particulares; pues al igual que en toda la Diócesis se atiende y acata la disposición del obispo Eduardo Cervantes Merino ”.

Ante esta descalificación, monseñor Abad, obispo primado de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, emitió un comunicado para pedir respeto ecuménico a la Iglesia romana y aclarar que sus sacerdotes son “legítimos”.

“Primero, quiero aclarar que nuestros sacerdotes están siguiendo al pie de la letra las disposiciones que marca la autoridad para este tipo de celebraciones y en segundo lugar, decirles que la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo es una institución legítimamente constituida y los sacerdotes Bernardo y Fernando fueron ordenados y poseer el orden sacramental ”.



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Se trata de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, que preside monseñor Abad y que, hay que decir con claridad, no es la Iglesia Católica Romana tradicional que todos conocemos, sino una denominación más, como las cientos de agrupaciones religiosas que existen por todo el mundo.

Las leyes de nuestro país, concretamente la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, es muy clara al explicar que es obligación del Estado Mexicano garantizar la libertad de culto y promover el respeto entre la denominación diversa.

La Iglesia Católica tradicional debe comprender que vivimos en un mundo pluricultural y pluriiedeológico. Ya no son los tiempos del emperador Constantino, quien impuso la obligatoriedad de una iglesia para todo el impero romano de aquella época.

Hoy, los mexicanos y los veracruzanos convivimos con gente de las más variadas creencias religiosas en un mundo en donde, por cierto, el islamismo está creciendo a pasos agigantados.

Comento todo esto porque hace algunas semanas, un par de sacerdotes de esta nueva Iglesia —la Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo—, Bernardo Reyes Hernández y Fernando Paipa, acudieron a la comunidad de Atempa, municipio de Tlaquilpa, para realizar una celebración privada de XV años que se llevó a cabo en un domicilio particular, con apenas unas cuantas personas, siguiendo los protocolos impuestos por las autoridades sanitarias por el Covid-19.

Al ser enterados de ese hecho, los clérigos de la Diócesis romana de Orizaba montaron en cólera y enviaron un comunicado para señalar a sus feligreses que no se dejaran sorrender “ante personas que se hacen pasar por sacerdotes y realizar celebraciones sin tener ninguna autoridad para ello ”.

“El caso más reciente es de la zona de Tlaquilpa, cuya parroquia no realiza fiestas patronales ni celebraciones masivas y tampoco un cabo ningún tipo de ceremonia en domicilios particulares; pues al igual que en toda la Diócesis se atiende y acata la disposición del obispo Eduardo Cervantes Merino ”.

Ante esta descalificación, monseñor Abad, obispo primado de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, emitió un comunicado para pedir respeto ecuménico a la Iglesia romana y aclarar que sus sacerdotes son “legítimos”.

“Primero, quiero aclarar que nuestros sacerdotes están siguiendo al pie de la letra las disposiciones que marca la autoridad para este tipo de celebraciones y en segundo lugar, decirles que la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo es una institución legítimamente constituida y los sacerdotes Bernardo y Fernando fueron ordenados y poseer el orden sacramental ”.



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