/ miércoles 16 de diciembre de 2020

Empatía para un presidente holístico

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que está haciendo un diccionario sobre conceptos usados en el “periodo neoliberal” donde según él, se implementó el uso de palabras como resiliencia, (aunque él dijo resilencia), holístico y empatía, este último término es del que más carece y menos usa.

Si buscamos el concepto de cada una de estas palabras, podemos llegar a la conclusión, del porqué el Presidente no tenía conocimiento de ellas, a grandes rasgos, si hablamos de empatía, encontramos que es la capacidad que tiene una persona de ponerse en el lugar del otro. La persona empática es además sensible, respetuosa, tolerante, y se expresa con tacto.

Y esto no tiene que ver si viene de un periodo o de otro, o del “neoliberal”, una de sus palabras más usadas desde los tiempos de su campaña, así como en las conferencias matutinas, conocidas como las Mañaneras, quizá el mandatario tenga un poco de desconocimiento del lenguaje, mismo que lo demuestra en sus acciones.

El holístico presidente que dirige esta nación, además de querer elaborar un diccionario, debería leer los que existen, también releer El Quijote, y saber que, en ambas partes, Cervantes empleó más de 23 mil palabras diferentes del castellano antiguo. Y en la actualidad, estudios han demostrado que un ciudadano medio, utiliza casi 5 mil palabras.

Parece ser que el análisis anacrónico que hace el presidente sobre estas palabras, que lo estimulan hacer un “diccionario neoliberal”, le preocupa más que lo que está pasando día a día en el país, ojalá se preocupara también, en hacer un diccionario o instructivo para rescatar al país, a los mexicanos, a todas esas familias afectadas por la crisis sanitaria y económica que hoy tenemos.

Si hablamos de resiliencia, los mexicanos tenemos mucha, hemos tratado de sobrevivir y de conservar la lucidez ante los tiempos que vivimos, hemos sacado esa resiliencia, para seguir adelante ante las más de 110 mil personas fallecidas por la falta de estrategia ante la emergencia sanitaria, nos sobra resiliencia para soportar que en cada hogar el Covid-19 ha cobrado la vida de un integrante de la familia.

¡Tenemos mucha resiliencia Presidente!, porque aunque parezca imposible, cuando las cabezas de familia tratan de descansar por las noches, llevan ese sufrimiento que está ocasionando el desempleo y piensan en cómo llevar comida a la boca de sus hijos, por la poca empatía de la llamada Cuarta Transformación, que ha provocado un desastre económico, mismo que ocasionó el cierre de más de un millón de empresas.

Empatía es la que le faltó al presidente y a sus colaboradores, cuando decidieron inundar las comunidades indígenas de la tierra que lo vio nacer, para salvar su proyecto de Dos Bocas, que ya se ha dicho que para nada es redituable; Resiliencia; es la que tiene su propio pueblo para volver a empezar ante la pérdida de todo.

Empatía es lo que le falta a este gobierno para apoyar la resiliencia de un pueblo que creyó en un cambio, en una bandera falsa de combatir la corrupción, en la resiliencia de un país que creyó en una falsa esperanza, y solo encontró un gobierno holístico lleno de causas perdidas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que está haciendo un diccionario sobre conceptos usados en el “periodo neoliberal” donde según él, se implementó el uso de palabras como resiliencia, (aunque él dijo resilencia), holístico y empatía, este último término es del que más carece y menos usa.

Si buscamos el concepto de cada una de estas palabras, podemos llegar a la conclusión, del porqué el Presidente no tenía conocimiento de ellas, a grandes rasgos, si hablamos de empatía, encontramos que es la capacidad que tiene una persona de ponerse en el lugar del otro. La persona empática es además sensible, respetuosa, tolerante, y se expresa con tacto.

Y esto no tiene que ver si viene de un periodo o de otro, o del “neoliberal”, una de sus palabras más usadas desde los tiempos de su campaña, así como en las conferencias matutinas, conocidas como las Mañaneras, quizá el mandatario tenga un poco de desconocimiento del lenguaje, mismo que lo demuestra en sus acciones.

El holístico presidente que dirige esta nación, además de querer elaborar un diccionario, debería leer los que existen, también releer El Quijote, y saber que, en ambas partes, Cervantes empleó más de 23 mil palabras diferentes del castellano antiguo. Y en la actualidad, estudios han demostrado que un ciudadano medio, utiliza casi 5 mil palabras.

Parece ser que el análisis anacrónico que hace el presidente sobre estas palabras, que lo estimulan hacer un “diccionario neoliberal”, le preocupa más que lo que está pasando día a día en el país, ojalá se preocupara también, en hacer un diccionario o instructivo para rescatar al país, a los mexicanos, a todas esas familias afectadas por la crisis sanitaria y económica que hoy tenemos.

Si hablamos de resiliencia, los mexicanos tenemos mucha, hemos tratado de sobrevivir y de conservar la lucidez ante los tiempos que vivimos, hemos sacado esa resiliencia, para seguir adelante ante las más de 110 mil personas fallecidas por la falta de estrategia ante la emergencia sanitaria, nos sobra resiliencia para soportar que en cada hogar el Covid-19 ha cobrado la vida de un integrante de la familia.

¡Tenemos mucha resiliencia Presidente!, porque aunque parezca imposible, cuando las cabezas de familia tratan de descansar por las noches, llevan ese sufrimiento que está ocasionando el desempleo y piensan en cómo llevar comida a la boca de sus hijos, por la poca empatía de la llamada Cuarta Transformación, que ha provocado un desastre económico, mismo que ocasionó el cierre de más de un millón de empresas.

Empatía es la que le faltó al presidente y a sus colaboradores, cuando decidieron inundar las comunidades indígenas de la tierra que lo vio nacer, para salvar su proyecto de Dos Bocas, que ya se ha dicho que para nada es redituable; Resiliencia; es la que tiene su propio pueblo para volver a empezar ante la pérdida de todo.

Empatía es lo que le falta a este gobierno para apoyar la resiliencia de un pueblo que creyó en un cambio, en una bandera falsa de combatir la corrupción, en la resiliencia de un país que creyó en una falsa esperanza, y solo encontró un gobierno holístico lleno de causas perdidas.