/ jueves 19 de mayo de 2022

En UV, un fracaso no superado

Hace 32 años falleció, en un trágico accidente, Rafael Hernández Ochoa, un político que gobernó a Veracruz de 1974 a 1980, nos recuerdan veracruzanos que vivieron esa época haciendo política.

Nació en un pueblo de Vega de Alatorre denominado Santa Gertrudis, el 4 de junio de 1915.

Antes de ser gobernador, nos recuerdan esos políticos, fue jefe del Departamento Jurídico del Gobierno del Estado y en la Secretaría de Gobernación fue desde secretario auxiliar de un subsecretario, subdirector de Población, subdirector de Administración y director de Investigaciones Políticas y Sociales hasta subsecretario.

Ya con Luis Echeverría como presidente, su amigo y compadre, Hernández Ochoa primero fue designado secretario del Trabajo y después fue electo diputado federal para finalmente alcanzar la gubernatura de Veracruz, ganándole la candidatura internamente en su partido, el PRI, a Manuel Carbonell de la Hoz.

Durante sus seis años como gobernador, nos indican, atendió al campo y fue defensor de la ecología. Además, impulsó a los jóvenes y creó una nueva generación de políticos que durante muchos años se mantuvieron en la actividad de la función pública: Miguel Ángel Yunes Linares, Guillermo Zúñiga Martínez, Carlos Brito Gómez y Gonzalo Morgado Huesca fueron algunos de ellos.

El 18 de mayo de 1990 perdió la vida en un accidente automovilístico en la autopista México-Querétaro.

Ayer no fueron pocos, nos comentan, los que aún lo recordaron a 32 años de su fallecimiento.

Jorge Manzo Denes, nos dicen universitarios, ha sido un aspirante a rector que en dos ocasiones no ha logrado el mayor puntaje ante la Junta de Gobierno de la UV en su propuesta de trabajo y ante tales derrotas, que no lo descalifican de sus méritos académicos, no logra superar que otros proyectos fueron considerados más oportunos para la Universidad Veracruzana.

En estos días, nos expresan estos universitarios que están atentos a lo que pasa en la UV, se suma otra frustración, pues dicen que no logra que sea reconocido como el gran maestro universitario y entonces, nos indican, se ha vuelto un crítico de banqueta, quien sin sustento lanza ataques pensando que todos son como él.

Nos dicen que así ocurrió la primera vez que aspiró a la rectoría, cuando estaban los efectos del huracán Grace, que junto con el exrector Rafael Hernández Villalpando, nos aseguran, tenían un proyecto para recuperar el control de la Universidad Veracruzana y entregarlo a la causa morenista, con lo que la institución habría corrido la misma suerte que el resto de los organismos autónomos.

Jorge Manzo hoy habla de autonomía, pero de tanto estudiar a las neuronas estos universitarios creen que ya se le olvidó que convocó a una organización denominada Fraternidad Universitaria para arropar las aspiraciones políticas del entonces diputado federal electo Rafael Hernández Villalpando, quien desde ese momento buscaba ocupar la Secretaría General de Gobierno de Veracruz.

En su artículo “Desaciertos en la UV", nos señalan universitarios, se preocupa por cuestionar las acciones de cambio que implementa la nueva administración de la máxima casa de estudios, pero olvida que perdió su segunda oportunidad en la designación rectoral porque, entre otras cosas, según saben ellos, el doctor en Ciencias Biológicas, al estar frente al pleno de la Junta de Gobierno respondió con galimatías a la pregunta sobre la atención que daría, como autoridad universitaria, ante la pandemia del Covid, con un: como ya se sabe, ya está todo resuelto sobre el bicho. Así el científico, nos dicen.

Sus méritos los tiene como neurobiólogo, nos señalan estos universitarios atentos a lo que sucede en la UV, pero consideran que en el fondo no logra superar que el proyecto ganador ante los especialistas académicos de la Junta de Gobierno fue considerado más coherente y articulado, y nos comentan que tal vez tarde en entender que no es descalificando las acciones reformadoras de la actual administración universitaria como puede llegar a ser rector, sino elaborando una propuesta pertinente o si no, nos apuntan, que lo apoyen en redactarla sus amigos del PRI, Morena o el PAN, aunque comprometa la autonomía universitaria.

Hace 32 años falleció, en un trágico accidente, Rafael Hernández Ochoa, un político que gobernó a Veracruz de 1974 a 1980, nos recuerdan veracruzanos que vivieron esa época haciendo política.

Nació en un pueblo de Vega de Alatorre denominado Santa Gertrudis, el 4 de junio de 1915.

Antes de ser gobernador, nos recuerdan esos políticos, fue jefe del Departamento Jurídico del Gobierno del Estado y en la Secretaría de Gobernación fue desde secretario auxiliar de un subsecretario, subdirector de Población, subdirector de Administración y director de Investigaciones Políticas y Sociales hasta subsecretario.

Ya con Luis Echeverría como presidente, su amigo y compadre, Hernández Ochoa primero fue designado secretario del Trabajo y después fue electo diputado federal para finalmente alcanzar la gubernatura de Veracruz, ganándole la candidatura internamente en su partido, el PRI, a Manuel Carbonell de la Hoz.

Durante sus seis años como gobernador, nos indican, atendió al campo y fue defensor de la ecología. Además, impulsó a los jóvenes y creó una nueva generación de políticos que durante muchos años se mantuvieron en la actividad de la función pública: Miguel Ángel Yunes Linares, Guillermo Zúñiga Martínez, Carlos Brito Gómez y Gonzalo Morgado Huesca fueron algunos de ellos.

El 18 de mayo de 1990 perdió la vida en un accidente automovilístico en la autopista México-Querétaro.

Ayer no fueron pocos, nos comentan, los que aún lo recordaron a 32 años de su fallecimiento.

Jorge Manzo Denes, nos dicen universitarios, ha sido un aspirante a rector que en dos ocasiones no ha logrado el mayor puntaje ante la Junta de Gobierno de la UV en su propuesta de trabajo y ante tales derrotas, que no lo descalifican de sus méritos académicos, no logra superar que otros proyectos fueron considerados más oportunos para la Universidad Veracruzana.

En estos días, nos expresan estos universitarios que están atentos a lo que pasa en la UV, se suma otra frustración, pues dicen que no logra que sea reconocido como el gran maestro universitario y entonces, nos indican, se ha vuelto un crítico de banqueta, quien sin sustento lanza ataques pensando que todos son como él.

Nos dicen que así ocurrió la primera vez que aspiró a la rectoría, cuando estaban los efectos del huracán Grace, que junto con el exrector Rafael Hernández Villalpando, nos aseguran, tenían un proyecto para recuperar el control de la Universidad Veracruzana y entregarlo a la causa morenista, con lo que la institución habría corrido la misma suerte que el resto de los organismos autónomos.

Jorge Manzo hoy habla de autonomía, pero de tanto estudiar a las neuronas estos universitarios creen que ya se le olvidó que convocó a una organización denominada Fraternidad Universitaria para arropar las aspiraciones políticas del entonces diputado federal electo Rafael Hernández Villalpando, quien desde ese momento buscaba ocupar la Secretaría General de Gobierno de Veracruz.

En su artículo “Desaciertos en la UV", nos señalan universitarios, se preocupa por cuestionar las acciones de cambio que implementa la nueva administración de la máxima casa de estudios, pero olvida que perdió su segunda oportunidad en la designación rectoral porque, entre otras cosas, según saben ellos, el doctor en Ciencias Biológicas, al estar frente al pleno de la Junta de Gobierno respondió con galimatías a la pregunta sobre la atención que daría, como autoridad universitaria, ante la pandemia del Covid, con un: como ya se sabe, ya está todo resuelto sobre el bicho. Así el científico, nos dicen.

Sus méritos los tiene como neurobiólogo, nos señalan estos universitarios atentos a lo que sucede en la UV, pero consideran que en el fondo no logra superar que el proyecto ganador ante los especialistas académicos de la Junta de Gobierno fue considerado más coherente y articulado, y nos comentan que tal vez tarde en entender que no es descalificando las acciones reformadoras de la actual administración universitaria como puede llegar a ser rector, sino elaborando una propuesta pertinente o si no, nos apuntan, que lo apoyen en redactarla sus amigos del PRI, Morena o el PAN, aunque comprometa la autonomía universitaria.

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