/ martes 1 de septiembre de 2020

Fideicomiso 998

Al principio de este siglo las condiciones del mercado financiero mostraban tranquilidad con indicadores estables, inflación de un dígito, precio del petróleo arriba de los 35 dólares y las tasas de interés de TIEE de 8.1% a 91 días.

La Bolsa Mexicana presentaba condiciones para incorporar a nuevos jugadores, de esta manera había cruces cada semana. En este entorno aparece una figura nueva: el “financiamiento del gran público inversionista hacia los entes públicos”, mediante instrumentos bursátiles con la figura del fideicomiso. Toma este crédito el Estado de México, Nuevo León, Chiapas y Michoacán, bajo esa figura con reglas específicas, con una estructura propia.

Veracruz participa con dos financiamientos bursátiles y por iniciativa del entonces secretario de Finanzas, Javier Duarte, y con el patrocinio del entonces gobernador, Fidel Herrera, convencen a 199 gobiernos municipales de participar es este novedoso esquema; el caramelo ofertado a los presidentes aceptantes es que recibirían un peso por cada uno contratado.

La condición de los representantes del gran público inversionista y quienes compraban el papel fue: “Tasa aplicable TIIE y que el valor del capital remanente sea referido y actualizado con inflación, es decir, a UDIS”.

El 8 de julio se cruzó en bolsa con gran fiesta veracruzana, asistiendo funcionarios y agentes colocadores. La garantía otorgada fueron los ingresos de la tenencia vehicular, en 2012 se modifica la garantía y se otorgan las participaciones federales; ambas garantías corresponden a haberes municipales.

Los municipios se organizan por zonas, creándose grupos geográficos en las siguientes cabeceras: Coatzacoalcos, Minatitlán, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan, Veracruz y Xalapa.

Fungiendo los presidentes municipales como representantes ante el fideicomiso, todos los municipios tienen el carácter de fideicomisario, en segundo lugar. Se crea el Fideicomiso con el número 998, con clave de pizarra VRZCB 08 U y VRZCB 08.

El diseñador o arquitecto financiero (de 2006 a 2009) fue Ángel Céspedes y su empresa Corporativo en Finanzas, a través de la cual cobró 270 millones de pesos en comisiones financieras a los estados de Veracruz y Chiapas. Para finales de 2019 la deuda registrada por Sefiplan, como aval solidario, fue de mil 403 millones de pesos, más de 203 millones de pesos de lo que le prestaron doce años atrás.

Después de más de dos años que el contrato del fieicomiso permitía restructurar, recientemente el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, anuncian con gran entusiamo que harán la reestructura de este vergonzoso préstamo, pagado totalmente al dizque gran público inversionista, que no es otra cosa que la propia banca mexicana disfrazada. El proceso es de mediano plazo debido a la normatividad legal que requiere la aprobacion de Cabildo y que es importante que estén todos; aquí lo que demandan es transparencia. Los municipios no quieren más casos como el de Ángel Céspedes. Lo que se busca es claridad y conocer quién será el agente reestructurador, que las licitaciones financieras se cumplan apegadas a la ley, porque los honorarios son de varios millones de pesos, cantidades que los municipios han pagado hasta la saciedad.

Los ayuntamientos están agradecidos con este cambio financiero y que ahora estén en condiciones de abonar a capital.

Al principio de este siglo las condiciones del mercado financiero mostraban tranquilidad con indicadores estables, inflación de un dígito, precio del petróleo arriba de los 35 dólares y las tasas de interés de TIEE de 8.1% a 91 días.

La Bolsa Mexicana presentaba condiciones para incorporar a nuevos jugadores, de esta manera había cruces cada semana. En este entorno aparece una figura nueva: el “financiamiento del gran público inversionista hacia los entes públicos”, mediante instrumentos bursátiles con la figura del fideicomiso. Toma este crédito el Estado de México, Nuevo León, Chiapas y Michoacán, bajo esa figura con reglas específicas, con una estructura propia.

Veracruz participa con dos financiamientos bursátiles y por iniciativa del entonces secretario de Finanzas, Javier Duarte, y con el patrocinio del entonces gobernador, Fidel Herrera, convencen a 199 gobiernos municipales de participar es este novedoso esquema; el caramelo ofertado a los presidentes aceptantes es que recibirían un peso por cada uno contratado.

La condición de los representantes del gran público inversionista y quienes compraban el papel fue: “Tasa aplicable TIIE y que el valor del capital remanente sea referido y actualizado con inflación, es decir, a UDIS”.

El 8 de julio se cruzó en bolsa con gran fiesta veracruzana, asistiendo funcionarios y agentes colocadores. La garantía otorgada fueron los ingresos de la tenencia vehicular, en 2012 se modifica la garantía y se otorgan las participaciones federales; ambas garantías corresponden a haberes municipales.

Los municipios se organizan por zonas, creándose grupos geográficos en las siguientes cabeceras: Coatzacoalcos, Minatitlán, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan, Veracruz y Xalapa.

Fungiendo los presidentes municipales como representantes ante el fideicomiso, todos los municipios tienen el carácter de fideicomisario, en segundo lugar. Se crea el Fideicomiso con el número 998, con clave de pizarra VRZCB 08 U y VRZCB 08.

El diseñador o arquitecto financiero (de 2006 a 2009) fue Ángel Céspedes y su empresa Corporativo en Finanzas, a través de la cual cobró 270 millones de pesos en comisiones financieras a los estados de Veracruz y Chiapas. Para finales de 2019 la deuda registrada por Sefiplan, como aval solidario, fue de mil 403 millones de pesos, más de 203 millones de pesos de lo que le prestaron doce años atrás.

Después de más de dos años que el contrato del fieicomiso permitía restructurar, recientemente el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, anuncian con gran entusiamo que harán la reestructura de este vergonzoso préstamo, pagado totalmente al dizque gran público inversionista, que no es otra cosa que la propia banca mexicana disfrazada. El proceso es de mediano plazo debido a la normatividad legal que requiere la aprobacion de Cabildo y que es importante que estén todos; aquí lo que demandan es transparencia. Los municipios no quieren más casos como el de Ángel Céspedes. Lo que se busca es claridad y conocer quién será el agente reestructurador, que las licitaciones financieras se cumplan apegadas a la ley, porque los honorarios son de varios millones de pesos, cantidades que los municipios han pagado hasta la saciedad.

Los ayuntamientos están agradecidos con este cambio financiero y que ahora estén en condiciones de abonar a capital.