/ viernes 1 de octubre de 2021

Franco, el hilo delgado

La mayor habilidad de Rogelio Franco Castán en el PRD siempre fue negociar, generalmente para favorecerse o favorecer a su círculo más cercano...

Su mayor éxito, arribar a la Secretaría de Gobierno en pago al apoyo que brindó como líder de ese partido a Miguel Ángel Yunes Linares en la estratégica alianza electoral con el PAN para éste pudiera ser Gobernador por dos años.

Desde ese cargo, muchos no olvidaron las maniobras del “#2” para cumplir instrucciones de afectar o lastimar a actores políticos, incluyendo a sus correligionarios. No fue perita en dulce.

De ahí parte y no de su ex o de otro lado, se asegura, el origen de su caída, bien aprovechado por sus adversarios para meterlo a la cárcel e impedirle el paso a la diputación federal por la vía plurinominal para terminar de desmoronar a esa pálida organización, pero sobre todo, avisarle al gobierno anterior de que van por más, y de mayor jerarquía. Ayer, la Cámara de Diputados comunicó a Franco el llamado a su suplente, Jesús Velázquez Flores, para asumir en su lugar las funciones que le corresponden en la LXV Legislatura federal, luego de transcurrir un mes sin presentarse debido a su encarcelamiento por la situación jurídica que enfrenta por delitos acreditados de ultraje a la autoridad y, después, como probable responsable de extorsión, abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos.

Hay poco margen de que pueda recobrar su libertad, a menos que acceda a colaborar en las denuncias iniciadas por la Fiscalía General del estado en contra de su ex jefe, contra quien también pesa una investigación federal por presumibles actos de corrupción a su paso por la dirección general del ISSSTE. Rogelio es el hilo más delgado en la ofensiva de la 4T contra Yunes, quien poco ha podido hacer para salvar a su mejor aliado en su renovado anhelo por repetir en 2024 el frente partidista para competir con su hijo Miguel Ángel por la gubernatura del estado.

La caída de Franco es en realidad una derrota para los dueños de la franquicia panista en Veracruz-Boca del Río, a quienes se les complica cada vez más el escenario futuro, peor si no logran operar a su favor la renovación en el Comité Estatal del PAN bajo control de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés y su socio el senador Julen Rementería del Puerto. Gravita su ausencia, por el inminente riesgo de una eventual acción penal. La lucha sigue, habría advertido el jefe de ese clan, aunque ahora es por la sobrevivencia.

En todo este juego, quien ostensiblemente va ganando la partida es Morena, por poner en la lona al PRD con el encarcelamiento de Franco, la división panista y la inacción priista donde hay una facción claramente cercana a los Yunes azules, y también con sus propias divisiones internas, como estar materialmente desaparecido este partido del escenario político veracruzano.

Así se observa actualmente el campo de batalla en el que habrán de tomar parte estos partidos políticos, a tres años de la que parece una lejana elección para Gobernador, Presidente de la República y diputados federales y locales.

Es difícil que logren esa unificación, ni siquiera parcial, y menos si piensan que hay tiempo y pueden esperar; si no lo hacen, terminarían por hundirse.

opedro2006@gmail.com

La mayor habilidad de Rogelio Franco Castán en el PRD siempre fue negociar, generalmente para favorecerse o favorecer a su círculo más cercano...

Su mayor éxito, arribar a la Secretaría de Gobierno en pago al apoyo que brindó como líder de ese partido a Miguel Ángel Yunes Linares en la estratégica alianza electoral con el PAN para éste pudiera ser Gobernador por dos años.

Desde ese cargo, muchos no olvidaron las maniobras del “#2” para cumplir instrucciones de afectar o lastimar a actores políticos, incluyendo a sus correligionarios. No fue perita en dulce.

De ahí parte y no de su ex o de otro lado, se asegura, el origen de su caída, bien aprovechado por sus adversarios para meterlo a la cárcel e impedirle el paso a la diputación federal por la vía plurinominal para terminar de desmoronar a esa pálida organización, pero sobre todo, avisarle al gobierno anterior de que van por más, y de mayor jerarquía. Ayer, la Cámara de Diputados comunicó a Franco el llamado a su suplente, Jesús Velázquez Flores, para asumir en su lugar las funciones que le corresponden en la LXV Legislatura federal, luego de transcurrir un mes sin presentarse debido a su encarcelamiento por la situación jurídica que enfrenta por delitos acreditados de ultraje a la autoridad y, después, como probable responsable de extorsión, abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos.

Hay poco margen de que pueda recobrar su libertad, a menos que acceda a colaborar en las denuncias iniciadas por la Fiscalía General del estado en contra de su ex jefe, contra quien también pesa una investigación federal por presumibles actos de corrupción a su paso por la dirección general del ISSSTE. Rogelio es el hilo más delgado en la ofensiva de la 4T contra Yunes, quien poco ha podido hacer para salvar a su mejor aliado en su renovado anhelo por repetir en 2024 el frente partidista para competir con su hijo Miguel Ángel por la gubernatura del estado.

La caída de Franco es en realidad una derrota para los dueños de la franquicia panista en Veracruz-Boca del Río, a quienes se les complica cada vez más el escenario futuro, peor si no logran operar a su favor la renovación en el Comité Estatal del PAN bajo control de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés y su socio el senador Julen Rementería del Puerto. Gravita su ausencia, por el inminente riesgo de una eventual acción penal. La lucha sigue, habría advertido el jefe de ese clan, aunque ahora es por la sobrevivencia.

En todo este juego, quien ostensiblemente va ganando la partida es Morena, por poner en la lona al PRD con el encarcelamiento de Franco, la división panista y la inacción priista donde hay una facción claramente cercana a los Yunes azules, y también con sus propias divisiones internas, como estar materialmente desaparecido este partido del escenario político veracruzano.

Así se observa actualmente el campo de batalla en el que habrán de tomar parte estos partidos políticos, a tres años de la que parece una lejana elección para Gobernador, Presidente de la República y diputados federales y locales.

Es difícil que logren esa unificación, ni siquiera parcial, y menos si piensan que hay tiempo y pueden esperar; si no lo hacen, terminarían por hundirse.

opedro2006@gmail.com