/ viernes 30 de julio de 2021

Junio Juvenal: “Mente sana en cuerpo sano”

A pesar de las crisis que golpea a todo los países del mundo, la principal que es la afectación de la salud con la aparición del coronavirus, la economía “quebrada” y el empobrecimiento de grandes núcleos de la población afectados por el desempleo y la criminalidad, que no distingue entre ricos y pobres.

Los deportistas que se prepararon para asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en su mayoría han demostrado el pundonor que debe prevalecer en las competencias deportivas.

De ahí que hemos tenido la oportunidad de ver por televisión y a través de las redes sociales, que jóvenes de todas las nacionalidades imprimen su mejor esfuerzo para lograr el triunfo, puesto que todos van a la justa deportiva con el ánimo de superación, perseverancia, igualdad, respeto, deportividad, solidaridad y compañerismo, que permiten cada cuatro años garantizar la paz en el mundo y la fraternidad universal.

Aunque nunca falta el prietito en el arroz y en esta olimpiada las integrantes del equipo de softbol, cuyas protagonistas son Sydney Romero, Nicole Mendes, Tatyana Forbes, Suzannah Brookshire González, Victoria Vidales, Chelsea Gonzáles, Anissa Urtez, Amanda Sánchez y Danielle O’Toole, quienes al no alcanzar el triunfo en tercer sitio para recibir la medalla de bronce frente al equipo de Canadá, el equipo mexicano tomó la determinación conjunta de deshacerse de los uniformes, confeccionados con los colores de la bandera de México y la bandera y el escudo olímpico en la solapa, de tirarlos a la basura.

La denuncia del agravio a nuestro país hecha por las competidoras de box Brianda Cruz y Esmeralda Falcón, quienes acompañadas de fotografías demostraron su dicho y protestaron por la falta de espíritu deportivo de las integrantes del equipo de softbol.

Que en su mayoría son norteamericanas de nacimiento y nacionalizadas en México, nos obliga a reprobar y expresar un rechazo nacional a ese tipo de conductas, que ensucian los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Es de hacerse notar que las deportistas que mandaron a la basura los uniformes alusivos al principal de nuestros símbolos patrios, no merecen otra representación de México en cualquier otra justa deportiva.

A pesar de las crisis que golpea a todo los países del mundo, la principal que es la afectación de la salud con la aparición del coronavirus, la economía “quebrada” y el empobrecimiento de grandes núcleos de la población afectados por el desempleo y la criminalidad, que no distingue entre ricos y pobres.

Los deportistas que se prepararon para asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en su mayoría han demostrado el pundonor que debe prevalecer en las competencias deportivas.

De ahí que hemos tenido la oportunidad de ver por televisión y a través de las redes sociales, que jóvenes de todas las nacionalidades imprimen su mejor esfuerzo para lograr el triunfo, puesto que todos van a la justa deportiva con el ánimo de superación, perseverancia, igualdad, respeto, deportividad, solidaridad y compañerismo, que permiten cada cuatro años garantizar la paz en el mundo y la fraternidad universal.

Aunque nunca falta el prietito en el arroz y en esta olimpiada las integrantes del equipo de softbol, cuyas protagonistas son Sydney Romero, Nicole Mendes, Tatyana Forbes, Suzannah Brookshire González, Victoria Vidales, Chelsea Gonzáles, Anissa Urtez, Amanda Sánchez y Danielle O’Toole, quienes al no alcanzar el triunfo en tercer sitio para recibir la medalla de bronce frente al equipo de Canadá, el equipo mexicano tomó la determinación conjunta de deshacerse de los uniformes, confeccionados con los colores de la bandera de México y la bandera y el escudo olímpico en la solapa, de tirarlos a la basura.

La denuncia del agravio a nuestro país hecha por las competidoras de box Brianda Cruz y Esmeralda Falcón, quienes acompañadas de fotografías demostraron su dicho y protestaron por la falta de espíritu deportivo de las integrantes del equipo de softbol.

Que en su mayoría son norteamericanas de nacimiento y nacionalizadas en México, nos obliga a reprobar y expresar un rechazo nacional a ese tipo de conductas, que ensucian los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Es de hacerse notar que las deportistas que mandaron a la basura los uniformes alusivos al principal de nuestros símbolos patrios, no merecen otra representación de México en cualquier otra justa deportiva.