/ lunes 11 de abril de 2022

La consulta

Ayer millones de mexicanos fuimos consultados sobre el desempeño del presidente de la nación para decidir si se va o se queda. Este ejercicio, el primero de su tipo en la historia de México, pudo realizarse gracias a la existencia de leyes que permiten su instrumentación: la Ley de Revocación de Mandato y la Ley de Consulta Popular.

Hubo muchas opiniones a favor y en contra sobre votar o no votar. Mientras que en internet se podían encontrar ambas posturas, en los medios tradicionales abundaron descalificaciones a la consulta sin reparar en los beneficios que le da este ejercicio a nuestra democracia, ignorando uno de los beneficios más importante que describo a continuación.

Durante años, de muchas formas se fue creando una cultura individualista y de la no participación que nos fue haciendo apáticos a participar en actividades colectivas. Le hicieron creer a la gente que la política era sólo para políticos y que el pueblo no tenía voz más que para votar cada vez que había elecciones. Así, muchos lo creyeron y redujeron su participación a votar cada tres y seis años, fomentándose una gran ignorancia sobre lo que es la participación en una democracia.

Ahora con la consulta tenemos la oportunidad de opinar, de ser escuchados y participar. El Artículo 2 de la Ley Federal de Revocación de Mandato dice que la ciudadanía puede solicitar, participar, ser consultada y votar para revocarle el mandato a la figura política más importante del país, es decir, al Presidente. Con esto se le da al pueblo una capacidad enorme a la que ciertos miembros de la clase política teme. Y como al parecer no les conviene que exista una herramienta que pudiera usarse en su contra en un futuro, lo mejor que pudieron hacer fue rechazarla y desprestigiarla con desinformación y mentiras antes de su implementación.

La votación del día de ayer hace efectiva una ley y una herramienta que podremos usar el día de mañana para sacar a los malos funcionarios por sus malos manejos, incompetencia o traiciones. Podemos decir que tenemos una herramienta que favorece la democracia.

Bien lo dice el cineasta Epigmenio Ibarra, ¿qué hubiera pasado si en 2006 hubiéramos tenido este mecanismo y podido parar las malas administraciones que vivimos? Definitivamente una herramienta como la revocación de mandato hubiera dado otro destino al país.

Podremos estar a favor o en contra de la consulta, y podría entender el rechazo de algunas personas a las que, desde mi punto de vista, les falta información. Pero no entiendo la postura de algunos políticos que se opusieron a ella, pues como han mencionado hasta en el Congreso, es un contrasentido que rechacen la consulta precisamente quienes acceden a sus puestos por el voto popular. El rechazo de un político a una consulta pública sería un rechazo a la vida democrática.

Me quedo con aquellas miles de personas que vieron más allá del solo día de votación, y que ven en este mecanismo un beneficio a la democracia, en un país que sigue buscando perfeccionarla.

Asistimos a un evento histórico pues la consulta le da un poder a la ciudadanía al hacerlos actores más que espectadores. Veremos cómo le va en los próximos años.

Recuerden, el pueblo pone y el pueblo quita.

(*) Delegado estatal de Programas para el Desarrollo

FB: @ManuelHuertaLG

TW: @ManuelHuertaLdG

IG: manuelhuertalg

Ayer millones de mexicanos fuimos consultados sobre el desempeño del presidente de la nación para decidir si se va o se queda. Este ejercicio, el primero de su tipo en la historia de México, pudo realizarse gracias a la existencia de leyes que permiten su instrumentación: la Ley de Revocación de Mandato y la Ley de Consulta Popular.

Hubo muchas opiniones a favor y en contra sobre votar o no votar. Mientras que en internet se podían encontrar ambas posturas, en los medios tradicionales abundaron descalificaciones a la consulta sin reparar en los beneficios que le da este ejercicio a nuestra democracia, ignorando uno de los beneficios más importante que describo a continuación.

Durante años, de muchas formas se fue creando una cultura individualista y de la no participación que nos fue haciendo apáticos a participar en actividades colectivas. Le hicieron creer a la gente que la política era sólo para políticos y que el pueblo no tenía voz más que para votar cada vez que había elecciones. Así, muchos lo creyeron y redujeron su participación a votar cada tres y seis años, fomentándose una gran ignorancia sobre lo que es la participación en una democracia.

Ahora con la consulta tenemos la oportunidad de opinar, de ser escuchados y participar. El Artículo 2 de la Ley Federal de Revocación de Mandato dice que la ciudadanía puede solicitar, participar, ser consultada y votar para revocarle el mandato a la figura política más importante del país, es decir, al Presidente. Con esto se le da al pueblo una capacidad enorme a la que ciertos miembros de la clase política teme. Y como al parecer no les conviene que exista una herramienta que pudiera usarse en su contra en un futuro, lo mejor que pudieron hacer fue rechazarla y desprestigiarla con desinformación y mentiras antes de su implementación.

La votación del día de ayer hace efectiva una ley y una herramienta que podremos usar el día de mañana para sacar a los malos funcionarios por sus malos manejos, incompetencia o traiciones. Podemos decir que tenemos una herramienta que favorece la democracia.

Bien lo dice el cineasta Epigmenio Ibarra, ¿qué hubiera pasado si en 2006 hubiéramos tenido este mecanismo y podido parar las malas administraciones que vivimos? Definitivamente una herramienta como la revocación de mandato hubiera dado otro destino al país.

Podremos estar a favor o en contra de la consulta, y podría entender el rechazo de algunas personas a las que, desde mi punto de vista, les falta información. Pero no entiendo la postura de algunos políticos que se opusieron a ella, pues como han mencionado hasta en el Congreso, es un contrasentido que rechacen la consulta precisamente quienes acceden a sus puestos por el voto popular. El rechazo de un político a una consulta pública sería un rechazo a la vida democrática.

Me quedo con aquellas miles de personas que vieron más allá del solo día de votación, y que ven en este mecanismo un beneficio a la democracia, en un país que sigue buscando perfeccionarla.

Asistimos a un evento histórico pues la consulta le da un poder a la ciudadanía al hacerlos actores más que espectadores. Veremos cómo le va en los próximos años.

Recuerden, el pueblo pone y el pueblo quita.

(*) Delegado estatal de Programas para el Desarrollo

FB: @ManuelHuertaLG

TW: @ManuelHuertaLdG

IG: manuelhuertalg

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