En lugar de enmendar los problemas que han ocasionado al país, el partido oficial solo se dedica a violar la Ley con sus actos anticipados de campaña y con el uso indebido de recursos públicos para la promoción personalizada de las denominadas “corcholatas” del Presidente.
El pasado 12 de junio, la mayoría de las huestes de Morena celebraron un mitin en Toluca, como parte de la propaganda para los próximos comicios electorales de 2023, pero además aprovecharon parte del “aplausómetro” los aspirantes a la sucesión presidencial de 2024 de la 4T, para medir su popularidad.
Con una enorme y exagerado despliegue de recursos para una gran “festividad” desplegaron pancartas, espectaculares y porras para la ovación, y ver quién de ellos tiene más simpatía entre los seguidores del Presidente y del mismo Presidente.
Y no se trata que los aspirantes de Morena para la presidencia en 2024 midan sus fuerzas en un mitin, donde además asistieron funcionarios, gobernadores y gran parte de militantes para respaldar a sus candidatos, sino que lo hicieron con recursos del pueblo.
Y sumado a ello, violaron descaradamente la ley y el Estado de Derecho con sus actos anticipados de campaña, con esa eterna de campaña que los caracteriza y que es lo único que sabe hacer bien la mal llamada Cuarta Transformación, pero los funcionarios del gabinete presidencial y los gobernadores no pueden estar haciendo proselitismo, mucho menos abandonar sus ciudades y estados para ver a quién le aplauden más.
Quienes integran la 4T ya son clientes asiduos a violar sistemáticamente la ley y los códigos electorales, los mismos que se dicen “defensores de la transformación” pisotean un día sí y el otro también lo que dicta nuestra Carta Magna.
No por nada el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) señala las continuas violaciones a ley que hace Morena, que inician con el guardián de la política interna del país, así como los demás secretarios de Estado, Gobernadores y hasta el mismo vocero presidencial, que son quienes más sanciones acumulan.
Pero todas las llamadas corcholatas, nombradas así por el Ejecutivo federal, siguen tal cual el ejemplo de su líder moral y por eso violan cuanta ley se les atraviese, porque se saben protegidos bajo la ilegalidad del propio Presidente.
(*) Coordinador de los senadores del PAN
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