/ lunes 14 de diciembre de 2020

La política con sus bandazos y vericuetos

Así se han fraguado las alianzas en Veracruz

La política con sus bandazos y vericuetos

Así se han fraguado las alianzas en Veracruz

El próximo año, aun con los estragos de la pandemia, en Veracruz lloverá lo peor de la política al estar en campaña cientos y cientos de candidatos a las diputaciones federales y locales, alcaldías, sindicaturas y regidurías.

No es que sea uno pesimista, al no prever que habrá campañas propositivas y de respeto, pero la realidad es otra y solo hay que ver cómo están ya los ánimos de caldeados.

Por lo pronto hay alianza entre el PAN, PRI y PRD, que se veía venir y no quisieron o no pudieron atajarla. Ahora solo queda criticarla.

Quién sabe si esa unión les dé suficientes votos para lograr el número de triunfos que buscan para ellos y de derrotas que desean para Morena, pero lo peor que podía haberles sucedido es que cada cual fuera por su lado.

En el caso local con su alianza pueden aspirar a más diputaciones y alcaldías, que difícilmente conseguirían si fueran separados, pues Morena, por diversos factores, está arriba y es el enemigo a vencer.

Es interesante recordar que hace cinco años, por estas fechas, terminaba de ser fraguada una alianza que a la postre sacaría al PRI del Palacio de Gobierno. Se recuerda que el entonces gobernador Javier Duarte hizo de todo lo que estaba a su alcance con tal de desbaratar la unión entre el PAN y el PRD, pero no pudo.

A nivel Veracruz tenía muy buena relación con los dirigentes de Acción Nacional (José Mancha Alarcón) y del Partido de la Revolución Democrática (Rogelio Franco Castán) y sabía que localmente esa unión no prosperaría.

Las versiones de esa época señalan que ejercía control sobre la oposición. Cuestión de recordar que antes de lograr la candidatura a gobernador en 2016, Yunes Linares fue desbarrancado, casi de último momento, de una posición en el listado panista que le iba a permitir ser diputado local por la vía plurinominal y proyectarse a la gubernatura.

Y eso no fue obra de la casualidad ni de la democracia panista. Habría sido a petición y maniobra del gobierno.

Pero la política tiene sus cambios, bandazos y vericuetos. Así es que en 2016 Miguel Ángel Yunes fue favorecido por un acuerdo cupular nacional, impulsado por Ricardo Anaya que preparaba su terreno para ser candidato presidencial y por Basave, que dijo no había otra forma de quitarle gubernaturas al PRI que juntando el agua con el aceite.

Así de pronto, Mancha y Franco se vieron en el bando realmente opositor y siguieron en ese camino. De su buena relación con Duarte pasaron al divorcio político y a Mancha hasta sus oficinas le incendiaron.

Anaya dijo el día del registro: los gobiernos federal y estatal hicieron de todo para que no se concretara, le tienen miedo, le tienen pánico, porque saben que con esta alianza vamos a ganar las elecciones y vamos a lograr rescatar a Veracruz”. Y ganaron.

En fin, decíamos que la política tiene sus bandazos, cambios y vericuetos. Hoy, cinco años después, que en estricto rigor no son muchos, el PAN y el PRI ya firmaron una alianza que involucrará a Veracruz, con candidatos en común en varias diputaciones y alcaldías, para restarle poder a los de Morena.

Y Morena, que en 2016 resintió en Veracruz, junto con su entonces candidato a la gubernatura Cuitláhuac García Jiménez, el embate hasta de partidos pequeños, irá en alianza con el PT, que en esas fechas lanzó como su abanderada a la gubernatura a Alba Leonila Méndez Herrera, quien habría participado a sabiendas de que no ganaría, pero sí con la misión de golpear a los opositores.

Así se han fraguado las alianzas en Veracruz

La política con sus bandazos y vericuetos

Así se han fraguado las alianzas en Veracruz

El próximo año, aun con los estragos de la pandemia, en Veracruz lloverá lo peor de la política al estar en campaña cientos y cientos de candidatos a las diputaciones federales y locales, alcaldías, sindicaturas y regidurías.

No es que sea uno pesimista, al no prever que habrá campañas propositivas y de respeto, pero la realidad es otra y solo hay que ver cómo están ya los ánimos de caldeados.

Por lo pronto hay alianza entre el PAN, PRI y PRD, que se veía venir y no quisieron o no pudieron atajarla. Ahora solo queda criticarla.

Quién sabe si esa unión les dé suficientes votos para lograr el número de triunfos que buscan para ellos y de derrotas que desean para Morena, pero lo peor que podía haberles sucedido es que cada cual fuera por su lado.

En el caso local con su alianza pueden aspirar a más diputaciones y alcaldías, que difícilmente conseguirían si fueran separados, pues Morena, por diversos factores, está arriba y es el enemigo a vencer.

Es interesante recordar que hace cinco años, por estas fechas, terminaba de ser fraguada una alianza que a la postre sacaría al PRI del Palacio de Gobierno. Se recuerda que el entonces gobernador Javier Duarte hizo de todo lo que estaba a su alcance con tal de desbaratar la unión entre el PAN y el PRD, pero no pudo.

A nivel Veracruz tenía muy buena relación con los dirigentes de Acción Nacional (José Mancha Alarcón) y del Partido de la Revolución Democrática (Rogelio Franco Castán) y sabía que localmente esa unión no prosperaría.

Las versiones de esa época señalan que ejercía control sobre la oposición. Cuestión de recordar que antes de lograr la candidatura a gobernador en 2016, Yunes Linares fue desbarrancado, casi de último momento, de una posición en el listado panista que le iba a permitir ser diputado local por la vía plurinominal y proyectarse a la gubernatura.

Y eso no fue obra de la casualidad ni de la democracia panista. Habría sido a petición y maniobra del gobierno.

Pero la política tiene sus cambios, bandazos y vericuetos. Así es que en 2016 Miguel Ángel Yunes fue favorecido por un acuerdo cupular nacional, impulsado por Ricardo Anaya que preparaba su terreno para ser candidato presidencial y por Basave, que dijo no había otra forma de quitarle gubernaturas al PRI que juntando el agua con el aceite.

Así de pronto, Mancha y Franco se vieron en el bando realmente opositor y siguieron en ese camino. De su buena relación con Duarte pasaron al divorcio político y a Mancha hasta sus oficinas le incendiaron.

Anaya dijo el día del registro: los gobiernos federal y estatal hicieron de todo para que no se concretara, le tienen miedo, le tienen pánico, porque saben que con esta alianza vamos a ganar las elecciones y vamos a lograr rescatar a Veracruz”. Y ganaron.

En fin, decíamos que la política tiene sus bandazos, cambios y vericuetos. Hoy, cinco años después, que en estricto rigor no son muchos, el PAN y el PRI ya firmaron una alianza que involucrará a Veracruz, con candidatos en común en varias diputaciones y alcaldías, para restarle poder a los de Morena.

Y Morena, que en 2016 resintió en Veracruz, junto con su entonces candidato a la gubernatura Cuitláhuac García Jiménez, el embate hasta de partidos pequeños, irá en alianza con el PT, que en esas fechas lanzó como su abanderada a la gubernatura a Alba Leonila Méndez Herrera, quien habría participado a sabiendas de que no ganaría, pero sí con la misión de golpear a los opositores.