/ martes 28 de mayo de 2024

La rebelión del voto

En un contexto marcado por la polarización entre el autoritarismo de Morena y la oposición comprometida con el respeto al marco constitucional y la progresividad de los derechos humanos, es crucial que cada ciudadano asuma su responsabilidad cívica. La apatía política es un lujo que no podemos permitirnos en tiempos de amenaza autoritaria. El voto es la herramienta más poderosa que tenemos para mejorar la calidad de nuestra representación política y contener a los corruptos en el poder.

Un electorado comprometido y vigilante es la mejor garantía contra el abuso de poder y la corrupción. Al votar, no solo elegimos a nuestros representantes, sino que también enviamos un mensaje claro sobre el tipo de país que queremos construir. Es un acto de afirmación de nuestros derechos y deberes como ciudadanos, y una forma de asegurar que nuestras voces sean escuchadas y respetadas.

A los jóvenes de nuestra nación, les digo: no hay espacio para la abstención. Su participación en estas elecciones es crucial, no solo por la importancia inmediata de los comicios, sino por el impacto a largo plazo en sus vidas y en las de sus familias. La juventud tiene la energía, la creatividad y la capacidad de innovación necesarias para impulsar el cambio. Al votar, los jóvenes tienen la oportunidad de influir en políticas que afectarán su educación, su empleo, sus derechos y su calidad de vida. Además, su participación masiva puede cambiar el curso de las elecciones, llevando al poder a quienes verdaderamente representen sus intereses y aspiraciones.

A los beneficiarios de programas sociales, quiero decirles claramente: no cedan a la amenaza y al chantaje del oficialismo. Morena ha esparcido la falsedad de que si pierde, se anularán los apoyos gubernamentales. Esta es una manipulación cínica que busca mantenerlos bajo control mediante el miedo. Los programas sociales están amparados por la ley y no dependen de un partido político en el poder. Estos programas son un derecho, no una dádiva.

Es esencial que entiendan que ser beneficiarios de un programa social no los pone en riesgo de perderlo por votar de acuerdo a su conciencia. Al contrario, votar en contra del chantaje y la manipulación es una forma de rebelarse contra quienes buscan explotarlos. Es un acto de dignidad y de defensa de sus derechos. No permitan que el autoritarismo utilice la pobreza como herramienta para crear una clientela electoral sumisa. Votar en libertad es la mejor manera de garantizar que los programas sociales se mantengan y mejoren, independientemente de quién esté en el poder.

Los trabajadores del gobierno, quienes a menudo se ven obligados a asistir a actos de campaña y apoyar al partido oficialista bajo amenaza de represalias, quiero dirigirme con un mensaje claro y contundente: su voto es su voz, y nadie tiene el derecho de coaccionarlos o abusar de su tiempo y sueldo para fines políticos.

Los recursos del Estado, que incluyen el tiempo y el esfuerzo de los trabajadores del gobierno, deben ser utilizados para servir a la ciudadanía, no para manipular procesos electorales. Es vital que los trabajadores gubernamentales comprendan que, pese a las amenazas y la coacción, su voto es secreto y libre. Tienen el poder de votar en rebeldía contra aquellos que abusan de su autoridad. Este acto de resistencia no solo es un ejercicio de sus derechos, sino también una forma de proteger la integridad de nuestras instituciones democráticas.

Votar en contra de quienes los obligan a participar en actos de campaña es una manera de repudiar la utilización indebida de recursos públicos para fines partidistas. Es un voto por la dignidad laboral y por un gobierno que respete los derechos de sus trabajadores. El costo de la movilización electoral debe ser sufragado por aquellos que la promueven, no por los empleados públicos que son víctimas de coerción. A todos los ciudadanos, jóvenes, beneficiarios de programas sociales y trabajadores del gobierno, los insto a votar con firmeza.

*Diputada federal. PRI

@lorenapignon_

En un contexto marcado por la polarización entre el autoritarismo de Morena y la oposición comprometida con el respeto al marco constitucional y la progresividad de los derechos humanos, es crucial que cada ciudadano asuma su responsabilidad cívica. La apatía política es un lujo que no podemos permitirnos en tiempos de amenaza autoritaria. El voto es la herramienta más poderosa que tenemos para mejorar la calidad de nuestra representación política y contener a los corruptos en el poder.

Un electorado comprometido y vigilante es la mejor garantía contra el abuso de poder y la corrupción. Al votar, no solo elegimos a nuestros representantes, sino que también enviamos un mensaje claro sobre el tipo de país que queremos construir. Es un acto de afirmación de nuestros derechos y deberes como ciudadanos, y una forma de asegurar que nuestras voces sean escuchadas y respetadas.

A los jóvenes de nuestra nación, les digo: no hay espacio para la abstención. Su participación en estas elecciones es crucial, no solo por la importancia inmediata de los comicios, sino por el impacto a largo plazo en sus vidas y en las de sus familias. La juventud tiene la energía, la creatividad y la capacidad de innovación necesarias para impulsar el cambio. Al votar, los jóvenes tienen la oportunidad de influir en políticas que afectarán su educación, su empleo, sus derechos y su calidad de vida. Además, su participación masiva puede cambiar el curso de las elecciones, llevando al poder a quienes verdaderamente representen sus intereses y aspiraciones.

A los beneficiarios de programas sociales, quiero decirles claramente: no cedan a la amenaza y al chantaje del oficialismo. Morena ha esparcido la falsedad de que si pierde, se anularán los apoyos gubernamentales. Esta es una manipulación cínica que busca mantenerlos bajo control mediante el miedo. Los programas sociales están amparados por la ley y no dependen de un partido político en el poder. Estos programas son un derecho, no una dádiva.

Es esencial que entiendan que ser beneficiarios de un programa social no los pone en riesgo de perderlo por votar de acuerdo a su conciencia. Al contrario, votar en contra del chantaje y la manipulación es una forma de rebelarse contra quienes buscan explotarlos. Es un acto de dignidad y de defensa de sus derechos. No permitan que el autoritarismo utilice la pobreza como herramienta para crear una clientela electoral sumisa. Votar en libertad es la mejor manera de garantizar que los programas sociales se mantengan y mejoren, independientemente de quién esté en el poder.

Los trabajadores del gobierno, quienes a menudo se ven obligados a asistir a actos de campaña y apoyar al partido oficialista bajo amenaza de represalias, quiero dirigirme con un mensaje claro y contundente: su voto es su voz, y nadie tiene el derecho de coaccionarlos o abusar de su tiempo y sueldo para fines políticos.

Los recursos del Estado, que incluyen el tiempo y el esfuerzo de los trabajadores del gobierno, deben ser utilizados para servir a la ciudadanía, no para manipular procesos electorales. Es vital que los trabajadores gubernamentales comprendan que, pese a las amenazas y la coacción, su voto es secreto y libre. Tienen el poder de votar en rebeldía contra aquellos que abusan de su autoridad. Este acto de resistencia no solo es un ejercicio de sus derechos, sino también una forma de proteger la integridad de nuestras instituciones democráticas.

Votar en contra de quienes los obligan a participar en actos de campaña es una manera de repudiar la utilización indebida de recursos públicos para fines partidistas. Es un voto por la dignidad laboral y por un gobierno que respete los derechos de sus trabajadores. El costo de la movilización electoral debe ser sufragado por aquellos que la promueven, no por los empleados públicos que son víctimas de coerción. A todos los ciudadanos, jóvenes, beneficiarios de programas sociales y trabajadores del gobierno, los insto a votar con firmeza.

*Diputada federal. PRI

@lorenapignon_