/ martes 20 de julio de 2021

Las cortinas de humo del Presidente

La semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el “destape” presidencial de sus más cercanos colaboradores para que lo sucedan en 2024, todo con la intención de desviar la atención en los temas que en verdad le interesan al país.

Y como lo hace cada que un tema ríspido le afecta a sus índices de aceptación o popularidad, se saca de la manga un evento, una empresa, archivos de supuestos espionajes o cualquier cosa que se lo ocurra para distraer, cual acto de magia para entretener y “agradar” a los mexicanos.

Ante la derrota de la 4T en las pasadas elecciones intermedias, donde perdieron la mitad de la ahora CDMX, la Cámara baja, antes de ello el mal manejo de la crisis sanitaria, el terrible accidente de la Línea 12 del Metro, Andrés Manuel optó por “destapar” a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y a Marcelo Ebrard.

La serie de acontecimientos desafortunados que han ocurrido en esta administración morenista, y que ha cobrado miles de vidas, el titular del Ejecutivo federal prefiere entretener que afrontar la realidad, y con esa forma tan natural de decir ocurrencias, desvía la atención para que olvidemos todas las irregularidades, negligencias, fallas, proyectos y sobre todo, la corrupción que prevalece en el actual gobierno. López Obrador no quiere hacerse responsable de las atrocidades en su régimen. Como la economía donde el supuesto gobierno transformador ha generado más de 11 millones de nuevos pobres y más de la mitad de la población se ve en aprietos para poder adquirir la canasta básica, y no lo digo yo, lo dicen los organismos que miden los efectos de la política social del país, y las cifras del propio gobierno de la 4T; sin duda estos números erizan la piel. Y ante esta realidad, el Presidente si no busca confrontar a la clase media, prefiere crear una cortina de humo con una empresa gasera, que no tiene ni planeación y mucho menos presupuesto, pero él dice que “se repartirá el gas casa por casa y con precios bajos”.

Está también la crisis sanitaria y ya estamos con la tercera ola epidémica. Antes de eso, los resultados en materia de salud ya se venían arrastrando, con una nula transparencia y una larga lista de necesidades para abastecer con medicamentos a quienes padecen enfermedades oncológicas, crónicas o patológicas. Y el presidente prefiere hacer otro acto de magia y “generosidad”, que ofreció vacunas y ayuda humanitaria a Cuba.

Y como ese tema, existen varios que verdaderamente aquejan y preocupan a la sociedad mexicana, no una sucesión presidencial prematura, pero el presidente avienta distractores y con gran irresponsabilidad, no hace frente a su falta de estrategia y resultados en los temas de seguridad pública, donde los últimos meses se han vivido días de una violencia inconmensurable.

El hablar de la sucesión presidencial es otro acto de distracción, y a tres años de su gobierno, AMLO solo demuestra que el gobierno de la Cuarta Transformación no ha transformado nada y se apoya de un ardid para distraer, recrear, entretener y evadir la debacle implícita de su fallida administración.

Senador por Veracruz del PAN

La semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el “destape” presidencial de sus más cercanos colaboradores para que lo sucedan en 2024, todo con la intención de desviar la atención en los temas que en verdad le interesan al país.

Y como lo hace cada que un tema ríspido le afecta a sus índices de aceptación o popularidad, se saca de la manga un evento, una empresa, archivos de supuestos espionajes o cualquier cosa que se lo ocurra para distraer, cual acto de magia para entretener y “agradar” a los mexicanos.

Ante la derrota de la 4T en las pasadas elecciones intermedias, donde perdieron la mitad de la ahora CDMX, la Cámara baja, antes de ello el mal manejo de la crisis sanitaria, el terrible accidente de la Línea 12 del Metro, Andrés Manuel optó por “destapar” a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y a Marcelo Ebrard.

La serie de acontecimientos desafortunados que han ocurrido en esta administración morenista, y que ha cobrado miles de vidas, el titular del Ejecutivo federal prefiere entretener que afrontar la realidad, y con esa forma tan natural de decir ocurrencias, desvía la atención para que olvidemos todas las irregularidades, negligencias, fallas, proyectos y sobre todo, la corrupción que prevalece en el actual gobierno. López Obrador no quiere hacerse responsable de las atrocidades en su régimen. Como la economía donde el supuesto gobierno transformador ha generado más de 11 millones de nuevos pobres y más de la mitad de la población se ve en aprietos para poder adquirir la canasta básica, y no lo digo yo, lo dicen los organismos que miden los efectos de la política social del país, y las cifras del propio gobierno de la 4T; sin duda estos números erizan la piel. Y ante esta realidad, el Presidente si no busca confrontar a la clase media, prefiere crear una cortina de humo con una empresa gasera, que no tiene ni planeación y mucho menos presupuesto, pero él dice que “se repartirá el gas casa por casa y con precios bajos”.

Está también la crisis sanitaria y ya estamos con la tercera ola epidémica. Antes de eso, los resultados en materia de salud ya se venían arrastrando, con una nula transparencia y una larga lista de necesidades para abastecer con medicamentos a quienes padecen enfermedades oncológicas, crónicas o patológicas. Y el presidente prefiere hacer otro acto de magia y “generosidad”, que ofreció vacunas y ayuda humanitaria a Cuba.

Y como ese tema, existen varios que verdaderamente aquejan y preocupan a la sociedad mexicana, no una sucesión presidencial prematura, pero el presidente avienta distractores y con gran irresponsabilidad, no hace frente a su falta de estrategia y resultados en los temas de seguridad pública, donde los últimos meses se han vivido días de una violencia inconmensurable.

El hablar de la sucesión presidencial es otro acto de distracción, y a tres años de su gobierno, AMLO solo demuestra que el gobierno de la Cuarta Transformación no ha transformado nada y se apoya de un ardid para distraer, recrear, entretener y evadir la debacle implícita de su fallida administración.

Senador por Veracruz del PAN