/ lunes 22 de noviembre de 2021

Lucha interna en el PAN

Los cabezazos y golpes bajos iniciaron apenas comenzó la contienda interna por la dirigencia panista en Veracruz.

Joaquín Guzmán asomó la cabeza este viernes, al presentar a los integrantes de su planilla, cuando sus adversarios le reventaron en medios informativos un torpedo en la línea de flotación, al recordarle algunos datos de su periodo al frente del partido; por ejemplo, que de los 67 municipios que gobierna el PAN, en el proceso del presente año perdieron 47.

No es todo, si en las elecciones de 2018 el blanquiazul logró 967 mil votos, con José de Jesús Mancha Alarcón en la presidencia del comité estatal, arropado por el equipo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes, en 2021, con Guzmán Avilés, el blanquiazul apenas obtuvo 496 mil sufragios; en pocas palabras, de una elección a otra, Acción Nacional perdió en Veracruz casi medio millón de votos.

Lo mismo ocurre en la comparación entre las elecciones municipales de 2017 y 2021: sin considerar los votos aportados por las alianzas con otras fuerzas políticas, el PAN pasó de 26 a 15 por ciento de los sufragios totales; es decir, perdió 11 puntos porcentuales.

Son pésimas las cartas credenciales de Guzmán Avilés, dado que este año, el partido cayó a niveles que no se habían observado desde hace más de una década en Veracruz; y de ahí se agarraron sus adversarios en la contienda interna.

Casi de inmediato, el desgastado dirigente estatal intentó articular un contraataque; dijo que su comité recibió una herencia de 153 millones de pesos en compromisos por cubrir; es decir, que el anterior dirigente, José de Jesús Mancha Alarcón, dejó hundido, asfixiado al partido en términos financieros.

Apuntó el de Tantoyuca que durante los dos años de su gestión, el PAN fue obligado a cubrir 60 millones de pesos de adeudos heredados por el anterior comité. Y amagó con expulsar a Mancha Alarcón.

De igual forma, el dirigente indicó que la crisis derivada de las deudas que enfrenta su partido ha impedido fortalecer la acción política, de tal manera que atribuyó los resultados electorales adversos a la falta de recursos.

El ex dirigente José de Jesús Mancha, reviró a Guzmán Avilés, al afirmar que su herencia fue de triunfos electorales, a diferencia del actual comité: “Lo que heredé en mi dirigencia fueron triunfos electorales, al contrario de ti, que la derrota es tu legado.

Pepe Mancha dejó entrever que existe cierto entendimiento entre Joaquín Guzmán y el gobierno estatal, cuando sostuvo que no lo vio atacar con la misma vehemencia a Morena en las pasadas campañas.

Al final, en la jornada de arranque de las campañas internas, dos puntos quedaron claros: primero, que se equivoca quien piensa que este será un proceso interno tranquilo; al contrario, parece que el común denominador serán las descalificaciones mutuas; y segundo, que Guzmán Avilés se equivocó de adversario, dado que su contraparte no es Mancha Alarcón, sino Tito Delfín Cano, el otro aspirante registrado.

Por cierto, ha trascendido que el grupo de Joaquín Guzmán buscará ganar en la mesa esta elección interna de militantes panistas, al acusar supuestas irregularidades en el registro de su adversario, concretamente en lo que se refiere a las firmas presentadas. ¿Será que el Chapo, como le conocen en el ambiente político veracruzano, ya ve perdida su causa y por eso intentará ganar por la descalificación de su oponente y no por sus propios méritos?

Los cabezazos y golpes bajos iniciaron apenas comenzó la contienda interna por la dirigencia panista en Veracruz.

Joaquín Guzmán asomó la cabeza este viernes, al presentar a los integrantes de su planilla, cuando sus adversarios le reventaron en medios informativos un torpedo en la línea de flotación, al recordarle algunos datos de su periodo al frente del partido; por ejemplo, que de los 67 municipios que gobierna el PAN, en el proceso del presente año perdieron 47.

No es todo, si en las elecciones de 2018 el blanquiazul logró 967 mil votos, con José de Jesús Mancha Alarcón en la presidencia del comité estatal, arropado por el equipo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes, en 2021, con Guzmán Avilés, el blanquiazul apenas obtuvo 496 mil sufragios; en pocas palabras, de una elección a otra, Acción Nacional perdió en Veracruz casi medio millón de votos.

Lo mismo ocurre en la comparación entre las elecciones municipales de 2017 y 2021: sin considerar los votos aportados por las alianzas con otras fuerzas políticas, el PAN pasó de 26 a 15 por ciento de los sufragios totales; es decir, perdió 11 puntos porcentuales.

Son pésimas las cartas credenciales de Guzmán Avilés, dado que este año, el partido cayó a niveles que no se habían observado desde hace más de una década en Veracruz; y de ahí se agarraron sus adversarios en la contienda interna.

Casi de inmediato, el desgastado dirigente estatal intentó articular un contraataque; dijo que su comité recibió una herencia de 153 millones de pesos en compromisos por cubrir; es decir, que el anterior dirigente, José de Jesús Mancha Alarcón, dejó hundido, asfixiado al partido en términos financieros.

Apuntó el de Tantoyuca que durante los dos años de su gestión, el PAN fue obligado a cubrir 60 millones de pesos de adeudos heredados por el anterior comité. Y amagó con expulsar a Mancha Alarcón.

De igual forma, el dirigente indicó que la crisis derivada de las deudas que enfrenta su partido ha impedido fortalecer la acción política, de tal manera que atribuyó los resultados electorales adversos a la falta de recursos.

El ex dirigente José de Jesús Mancha, reviró a Guzmán Avilés, al afirmar que su herencia fue de triunfos electorales, a diferencia del actual comité: “Lo que heredé en mi dirigencia fueron triunfos electorales, al contrario de ti, que la derrota es tu legado.

Pepe Mancha dejó entrever que existe cierto entendimiento entre Joaquín Guzmán y el gobierno estatal, cuando sostuvo que no lo vio atacar con la misma vehemencia a Morena en las pasadas campañas.

Al final, en la jornada de arranque de las campañas internas, dos puntos quedaron claros: primero, que se equivoca quien piensa que este será un proceso interno tranquilo; al contrario, parece que el común denominador serán las descalificaciones mutuas; y segundo, que Guzmán Avilés se equivocó de adversario, dado que su contraparte no es Mancha Alarcón, sino Tito Delfín Cano, el otro aspirante registrado.

Por cierto, ha trascendido que el grupo de Joaquín Guzmán buscará ganar en la mesa esta elección interna de militantes panistas, al acusar supuestas irregularidades en el registro de su adversario, concretamente en lo que se refiere a las firmas presentadas. ¿Será que el Chapo, como le conocen en el ambiente político veracruzano, ya ve perdida su causa y por eso intentará ganar por la descalificación de su oponente y no por sus propios méritos?