/ jueves 3 de septiembre de 2020

Mesa Directiva y demagogia

Una de las notas más relevantes de esta semana tiene que ver con la renovación de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados federal. Ha ocupado titulares de prensa y un cierto protagonismo en las redes sociales; su importancia ascendió a nivel de opinión del mismo presidente de la República. Ha sido un debate ríspido y mal enfocado. Un pequeño grupo de diputados, histriónico en exceso, logró posicionar su postura muy particular y atraer la simpatía de un sector amplio de legisladores de Morena. Fue un intento de engaño y de las viejas prácticas políticas. Se desplegó un ejercicio demagógico envuelto en ocurrencias y seudoposturas de principios y de izquierda.

La historia es reciente y por tanto se puede recuperar fácilmente. Al inicio de esta legislatura federal, el PT llegó como tercera fuerza política pero cedió varios de sus diputados a Morena para que éste pudiera tener mayoría. Tal vez desde su registro algunos candidatos solo iban formalmente como PT, pero no pensaban integrarse a él. Con esa maniobra el PT descendió de lugar y provocó que el PRI ocupara la tercera posición. El acuerdo de la Junta de Coordinación Política fue práctico y democrático: en el primer año preside la fuerza mayoritaria, en el segundo la fuerza que sigue en número de diputados y en el tercero la fuerza número tres. En orden cuantitativo la lista es Morena, PAN y PRI; así lo acordaron y firmaron. Hasta el segundo año, con algunos desencuentros en el relevo de Porfirio Muñoz Ledo, se respetó lo pactado. El problema llegó en la tercera oportunidad de nombrar a la Mesa, por la beligerancia del PT y de Gerardo Fernández Noroña, quienes hicieron de todo para tumbar el acuerdo político fundacional de esta Legislatura. Para sorpresa y enojo de observadores y actores políticos se dio un lamentable espectáculo de tianguis en la Cámara de Diputados, consistente en la denuncia de compra de afiliación de diputados a los grupos parlamentarios en pugna, pero de forma más grotesca en el PT. En dicho partido, en una de las peores tradiciones y arcaicas prácticas políticas, el fin justifica los medios y por medio de fichajes de legisladores hizo el intento de presentarse artificialmente como tercera fuerza parlamentaria.

Hay varias lecciones que se pueden desprender de este momento político en la Cámara de Diputados. El principal tiene que ver con la legalidad, la gobernabilidad y el respeto escrupuloso a la pluralidad legislativa. Es casi increíble que todo eso se ponga en duda por las tentaciones autoritarias de porciones de la mayoría y las aventuras demagógicas de un grupo. El parlamento es un poder del Estado mexicano, tiene funciones sustanciales para nuestro país; no debe, por tanto, estar sujeto a caprichos, aventuras, visiones pequeñas y mucho menos a posturas setenteras y demagógicas. La mayoría legislativa, supongo que con absoluta convicción, mostró altura política y calidad democrática; es una refrescante noticia para la salud de la República. No se debe minimizar el peligro que suponen las expresiones de Noroña y compañía, quienes recrean posiciones de ambición personal sobre el interés general, pero montados en la simpatía que genera el discurso de las transformaciones. Al final la Mesa Directiva se integró correctamente, destacando que de once integrantes, nueve son mujeres, con la relevancia experimentada de la presidente, Dulce María Sauri, y la vicepresidente Dolores Padierna.

La Mesa Directiva tiene funciones concretas que son importantes, desde luego; conduce las sesiones, pero no decide la agenda legislativa. Quienes están en la Mesa Directiva adquieren naturalmente mayor protagonismo mediático, eso es normal. Que haya sido tema de disputa tan álgida puede ser por la ambición petista o por otro tipo de afanes enfocados a las elecciones del año próximo. Que el tono de los discursos impugnadores haya llegado a niveles de señalamientos de asesinos y traidores nos obliga a los ciudadanos y a los actores políticos a cuidar el ambiente público y subir el nivel de nuestras deliberaciones.

Recadito: Será difícil salir del nivel de indigencia intelectual y ética de ciertos espacios de poder local.

Ufa.1959@gmail.com

Una de las notas más relevantes de esta semana tiene que ver con la renovación de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados federal. Ha ocupado titulares de prensa y un cierto protagonismo en las redes sociales; su importancia ascendió a nivel de opinión del mismo presidente de la República. Ha sido un debate ríspido y mal enfocado. Un pequeño grupo de diputados, histriónico en exceso, logró posicionar su postura muy particular y atraer la simpatía de un sector amplio de legisladores de Morena. Fue un intento de engaño y de las viejas prácticas políticas. Se desplegó un ejercicio demagógico envuelto en ocurrencias y seudoposturas de principios y de izquierda.

La historia es reciente y por tanto se puede recuperar fácilmente. Al inicio de esta legislatura federal, el PT llegó como tercera fuerza política pero cedió varios de sus diputados a Morena para que éste pudiera tener mayoría. Tal vez desde su registro algunos candidatos solo iban formalmente como PT, pero no pensaban integrarse a él. Con esa maniobra el PT descendió de lugar y provocó que el PRI ocupara la tercera posición. El acuerdo de la Junta de Coordinación Política fue práctico y democrático: en el primer año preside la fuerza mayoritaria, en el segundo la fuerza que sigue en número de diputados y en el tercero la fuerza número tres. En orden cuantitativo la lista es Morena, PAN y PRI; así lo acordaron y firmaron. Hasta el segundo año, con algunos desencuentros en el relevo de Porfirio Muñoz Ledo, se respetó lo pactado. El problema llegó en la tercera oportunidad de nombrar a la Mesa, por la beligerancia del PT y de Gerardo Fernández Noroña, quienes hicieron de todo para tumbar el acuerdo político fundacional de esta Legislatura. Para sorpresa y enojo de observadores y actores políticos se dio un lamentable espectáculo de tianguis en la Cámara de Diputados, consistente en la denuncia de compra de afiliación de diputados a los grupos parlamentarios en pugna, pero de forma más grotesca en el PT. En dicho partido, en una de las peores tradiciones y arcaicas prácticas políticas, el fin justifica los medios y por medio de fichajes de legisladores hizo el intento de presentarse artificialmente como tercera fuerza parlamentaria.

Hay varias lecciones que se pueden desprender de este momento político en la Cámara de Diputados. El principal tiene que ver con la legalidad, la gobernabilidad y el respeto escrupuloso a la pluralidad legislativa. Es casi increíble que todo eso se ponga en duda por las tentaciones autoritarias de porciones de la mayoría y las aventuras demagógicas de un grupo. El parlamento es un poder del Estado mexicano, tiene funciones sustanciales para nuestro país; no debe, por tanto, estar sujeto a caprichos, aventuras, visiones pequeñas y mucho menos a posturas setenteras y demagógicas. La mayoría legislativa, supongo que con absoluta convicción, mostró altura política y calidad democrática; es una refrescante noticia para la salud de la República. No se debe minimizar el peligro que suponen las expresiones de Noroña y compañía, quienes recrean posiciones de ambición personal sobre el interés general, pero montados en la simpatía que genera el discurso de las transformaciones. Al final la Mesa Directiva se integró correctamente, destacando que de once integrantes, nueve son mujeres, con la relevancia experimentada de la presidente, Dulce María Sauri, y la vicepresidente Dolores Padierna.

La Mesa Directiva tiene funciones concretas que son importantes, desde luego; conduce las sesiones, pero no decide la agenda legislativa. Quienes están en la Mesa Directiva adquieren naturalmente mayor protagonismo mediático, eso es normal. Que haya sido tema de disputa tan álgida puede ser por la ambición petista o por otro tipo de afanes enfocados a las elecciones del año próximo. Que el tono de los discursos impugnadores haya llegado a niveles de señalamientos de asesinos y traidores nos obliga a los ciudadanos y a los actores políticos a cuidar el ambiente público y subir el nivel de nuestras deliberaciones.

Recadito: Será difícil salir del nivel de indigencia intelectual y ética de ciertos espacios de poder local.

Ufa.1959@gmail.com