/ jueves 16 de diciembre de 2021

Mi reino por firmas

La instrucción del Presidente fue ruda y enérgica: o juntan 2.7 millones de firmas para la consulta de revocación de mandato....

O varios encumbrados del movimiento deberán ir quitando las fotos familiares de su oficina, “así que menos saliva y más acción”, sonó después de una mañanera.

Y es que AMLO ha explotado en su despacho al darse cuenta que podrían quedarse cortos. “Yo no sé cómo le hacen, pero llueva, truene o relampaguee, tendrán que juntar muchas más firmas que el número total, porque después nos querrán anular varias”.

Sin embargo, precisamente previendo que no logren acumular los apoyos correspondientes, (y buscando evadir el probable ridículo ante sus adversarios), AMLO se empecinó en realizar su evento masivo en el zócalo de la ciudad.

“Será una forma de ratificarme o consolidarme sin formalismos de por medio”, confesó.

“Tengan para que aprendan”, se le escuchó decir al Presidente, (auténticamente eufórico), después de finalizado su AMLOFest. “Ya ve señor, no necesitamos consultas ni nada por el estilo”, le dijo alguien de manera por demás aduladora. “Aún así, quiero las firmas completas”, gritó.

Si bien es cierto AMLO está interesado en su consulta, lo que más le ocupa es mantener el ego intacto. “El Presidente quiere su proceso de revocación de mandato, (porque aunque resulte fallida como su consulta para enjuiciar expresidentes), la cacareará como un rotundo triunfo.

Es tanta la presión al interior de Morena para juntar las casi 3 millones de firmas que, aquellos que se distinguen por conseguir más de la meta diaria de apoyos, reciben la promesa de gratificaciones especiales en su nómina, al mero estilo de “comisiones por ventas elevadas”.

En uno de sus episodios de furia, AMLO sentenció que si no se llegaba a la meta de firmas, a varios les daría un duro escarmiento.

“Si no tenemos la consulta para revocación de mandato, yo haré revocación de puestos y privilegios a quienes no hayan dado el ancho”.

Tensión y coraje en Palacio Nacional por las firmas; tensión y zozobra en Morena por conservar sus nóminas.

La instrucción del Presidente fue ruda y enérgica: o juntan 2.7 millones de firmas para la consulta de revocación de mandato....

O varios encumbrados del movimiento deberán ir quitando las fotos familiares de su oficina, “así que menos saliva y más acción”, sonó después de una mañanera.

Y es que AMLO ha explotado en su despacho al darse cuenta que podrían quedarse cortos. “Yo no sé cómo le hacen, pero llueva, truene o relampaguee, tendrán que juntar muchas más firmas que el número total, porque después nos querrán anular varias”.

Sin embargo, precisamente previendo que no logren acumular los apoyos correspondientes, (y buscando evadir el probable ridículo ante sus adversarios), AMLO se empecinó en realizar su evento masivo en el zócalo de la ciudad.

“Será una forma de ratificarme o consolidarme sin formalismos de por medio”, confesó.

“Tengan para que aprendan”, se le escuchó decir al Presidente, (auténticamente eufórico), después de finalizado su AMLOFest. “Ya ve señor, no necesitamos consultas ni nada por el estilo”, le dijo alguien de manera por demás aduladora. “Aún así, quiero las firmas completas”, gritó.

Si bien es cierto AMLO está interesado en su consulta, lo que más le ocupa es mantener el ego intacto. “El Presidente quiere su proceso de revocación de mandato, (porque aunque resulte fallida como su consulta para enjuiciar expresidentes), la cacareará como un rotundo triunfo.

Es tanta la presión al interior de Morena para juntar las casi 3 millones de firmas que, aquellos que se distinguen por conseguir más de la meta diaria de apoyos, reciben la promesa de gratificaciones especiales en su nómina, al mero estilo de “comisiones por ventas elevadas”.

En uno de sus episodios de furia, AMLO sentenció que si no se llegaba a la meta de firmas, a varios les daría un duro escarmiento.

“Si no tenemos la consulta para revocación de mandato, yo haré revocación de puestos y privilegios a quienes no hayan dado el ancho”.

Tensión y coraje en Palacio Nacional por las firmas; tensión y zozobra en Morena por conservar sus nóminas.