/ jueves 23 de junio de 2022

Monreal obtuvo su libertad

Con una mentira es posible que engañes a alguien, pero cualquier mentira te dice a tí mismo una gran verdad indiscutible: eres débil. Hace algunos días Juan Manuel del Río Virgen, como parte de un proceso judicial, obtuvo su libertad; sí, está libre, mas no le asiste la razón. Seguirá sujeto a un proceso judicial que aún no ha sido decidido en su fondo, pues en ninguna instancia han sentenciado la parte medular de la litis.

Sin embargo, las consecuencias y las interpretaciones de su contexto seguirán dando en el aspecto político bastante que sentenciar. Del Río Virgen, Monreal y Dante se equivocaron garrafalmente al enfrentar las circunstancias de una entidad federativa que ha entendido perfectamente el proceso de transformación de la vida pública que ha liderado el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por parte de Andrés Manuel López Obrador, que ha secundado a cabalidad, con la misma hechura del Presidente, Cuitláhuac García Jiménez y todo el impacto que ambos pueden extender a las instituciones propias y autónomas que rigen la vida de un ciudadano.

Los tres personajes en contexto esperaban un ambiente como el que añoran ellos, de privilegios, de consideraciones, incluso de ilegalidades, como clase política acostumbrada a mistificar el Estado de Derecho, y toparon, o más bien se tropezaron, con el estado que mejores cifras ha presentado en materia de seguridad y justicia a nivel nacional, con un estado de Veracruz en perfecta y franca reconstrucción del tejido social desde lo más profundo de sus instituciones, que requerían dignificarse y colocarle principios elementales que condujeran a su vez, a otorgarle paz social a una ciudadanía que no solo la necesitaba, sino que estaba harta de políticos de tan bajo calado. El proceso judicial no ha terminado, sin embargo, el entendimiento político hoy nos arroja una sentencia inatacable, Ricardo Monreal está absolutamente fuera y alejado de todo precepto, pilar y fundamento del movimiento más poderoso de América Latina. Él escogió quitarse la máscara y defender lo que tanto daño le ha hecho a México: la corrupción y la impunidad, y a una clase política que ha dañado mucho a nuestra sociedad. Dejó pasar la gran oportunidad de formar parte de una transformación histórica en México y tal vez en todo el continente. Hoy Ricardo Monreal está fuera de la carrera presidencial para el 2024 y muy en el fondo reflexiona sobre la viabilidad de aún estar al frente de los senadores del movimiento, pues los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar” le resultan por demás incómodos, pues a todos faltó cuando decidió hacerse del lado incorrecto de una historia que lo llevó cada vez a encontrarse con todos los liderazgos honestos del movimiento y hacer equipo con quien también hace años traicionó al movimiento, y prefirió seguir buscando los privilegios que en algún momento tuvo y que igualmente lo llevaron tras las rejas: Dante.

En el momento de mejor posicionamiento del movimiento, después del 2018, Monreal decide simular lo que para todos era evidente, ser tibio, estar y no estar, fingir buscar la justicia, cuando en realidad lo que buscaba era la defensa de prácticas que ya no tienen cabida en un México que hoy se transforma. En el libro “Las memorias de Fouché”, de Joseph Fouché, hay una parte que reza así: “El proceso relativo a la explosión de tres de nivoso comenzó más tarde. Como se había prometido, obtuve todas las pruebas. Ya no hubo duda de qué lado provenía el crimen. Carbón y Saint-Regent, que habían preparado la carreta y los caballos, y dispuesto las cajas con metralla, poniendo el último fuego a la mecha, fueron condenados y ejecutados…”. La sentencia política es inapelable, no hay razón de disculpa alguna, pues no hay cosa juzgada, pero seguramente la habrá más tarde que temprano, sobre todo pensando que esto se desarrolla en un estado donde las víctimas tienen un elemental derecho a la verdad que se ha tomado como una necesidad para obtener no solo la justicia, sino la paz en Veracruz.

El libro santo en Mateo 5.6 dice: “Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Así seremos los veracruzanos que hemos luchado contra nuestras propias circunstancias y contra los malos gobiernos y políticos sin principios ni valores. Hoy la izquierda y sus principios más humanos triunfan en muchas latitudes. A mí me viene a la mente haber querido escuchar al gran escritor en estas circunstancias, Eduardo Galeano, quien decía entre sus tantas y geniales reflexiones: “La primera condición para modificar la realidad, es conocerla…”. En efecto, muchos de nuestros políticos están ajenos a nuestra realidad, mal por ellos, pero bien para nuestra ciudadanía que hoy no se polariza, solo se define, se limpia como las aguas de un río y comienza un relevo de generación pacífico, a punta de justicia, de caminar para caerse y volverse a levantar, como el mismo Galeno decía: “El principal producto de exportación de América Latina, venda lo que venda, materias primas o manufacturas, son sus brazos baratos”.

Hoy desde el cielo tal vez complementaría que aporta además nuestra América, ser liderada por un México que no se rinde por su corazón e ideas, que son ejemplo y motivo de lucha, y entonces nos colocan ya no a dos pasos como cita él, sino tal vez a uno solo de la utopía, o tal vez por algo más simple como decía Silvio Rodríguez, por “El necio”: Dirán que pasó de moda la locura, dirán que la gente es mala y no merece, mas yo partiré soñando travesuras, acaso multiplicar panes y peces.

(*) Diputado federal. Morena

Con una mentira es posible que engañes a alguien, pero cualquier mentira te dice a tí mismo una gran verdad indiscutible: eres débil. Hace algunos días Juan Manuel del Río Virgen, como parte de un proceso judicial, obtuvo su libertad; sí, está libre, mas no le asiste la razón. Seguirá sujeto a un proceso judicial que aún no ha sido decidido en su fondo, pues en ninguna instancia han sentenciado la parte medular de la litis.

Sin embargo, las consecuencias y las interpretaciones de su contexto seguirán dando en el aspecto político bastante que sentenciar. Del Río Virgen, Monreal y Dante se equivocaron garrafalmente al enfrentar las circunstancias de una entidad federativa que ha entendido perfectamente el proceso de transformación de la vida pública que ha liderado el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por parte de Andrés Manuel López Obrador, que ha secundado a cabalidad, con la misma hechura del Presidente, Cuitláhuac García Jiménez y todo el impacto que ambos pueden extender a las instituciones propias y autónomas que rigen la vida de un ciudadano.

Los tres personajes en contexto esperaban un ambiente como el que añoran ellos, de privilegios, de consideraciones, incluso de ilegalidades, como clase política acostumbrada a mistificar el Estado de Derecho, y toparon, o más bien se tropezaron, con el estado que mejores cifras ha presentado en materia de seguridad y justicia a nivel nacional, con un estado de Veracruz en perfecta y franca reconstrucción del tejido social desde lo más profundo de sus instituciones, que requerían dignificarse y colocarle principios elementales que condujeran a su vez, a otorgarle paz social a una ciudadanía que no solo la necesitaba, sino que estaba harta de políticos de tan bajo calado. El proceso judicial no ha terminado, sin embargo, el entendimiento político hoy nos arroja una sentencia inatacable, Ricardo Monreal está absolutamente fuera y alejado de todo precepto, pilar y fundamento del movimiento más poderoso de América Latina. Él escogió quitarse la máscara y defender lo que tanto daño le ha hecho a México: la corrupción y la impunidad, y a una clase política que ha dañado mucho a nuestra sociedad. Dejó pasar la gran oportunidad de formar parte de una transformación histórica en México y tal vez en todo el continente. Hoy Ricardo Monreal está fuera de la carrera presidencial para el 2024 y muy en el fondo reflexiona sobre la viabilidad de aún estar al frente de los senadores del movimiento, pues los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar” le resultan por demás incómodos, pues a todos faltó cuando decidió hacerse del lado incorrecto de una historia que lo llevó cada vez a encontrarse con todos los liderazgos honestos del movimiento y hacer equipo con quien también hace años traicionó al movimiento, y prefirió seguir buscando los privilegios que en algún momento tuvo y que igualmente lo llevaron tras las rejas: Dante.

En el momento de mejor posicionamiento del movimiento, después del 2018, Monreal decide simular lo que para todos era evidente, ser tibio, estar y no estar, fingir buscar la justicia, cuando en realidad lo que buscaba era la defensa de prácticas que ya no tienen cabida en un México que hoy se transforma. En el libro “Las memorias de Fouché”, de Joseph Fouché, hay una parte que reza así: “El proceso relativo a la explosión de tres de nivoso comenzó más tarde. Como se había prometido, obtuve todas las pruebas. Ya no hubo duda de qué lado provenía el crimen. Carbón y Saint-Regent, que habían preparado la carreta y los caballos, y dispuesto las cajas con metralla, poniendo el último fuego a la mecha, fueron condenados y ejecutados…”. La sentencia política es inapelable, no hay razón de disculpa alguna, pues no hay cosa juzgada, pero seguramente la habrá más tarde que temprano, sobre todo pensando que esto se desarrolla en un estado donde las víctimas tienen un elemental derecho a la verdad que se ha tomado como una necesidad para obtener no solo la justicia, sino la paz en Veracruz.

El libro santo en Mateo 5.6 dice: “Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Así seremos los veracruzanos que hemos luchado contra nuestras propias circunstancias y contra los malos gobiernos y políticos sin principios ni valores. Hoy la izquierda y sus principios más humanos triunfan en muchas latitudes. A mí me viene a la mente haber querido escuchar al gran escritor en estas circunstancias, Eduardo Galeano, quien decía entre sus tantas y geniales reflexiones: “La primera condición para modificar la realidad, es conocerla…”. En efecto, muchos de nuestros políticos están ajenos a nuestra realidad, mal por ellos, pero bien para nuestra ciudadanía que hoy no se polariza, solo se define, se limpia como las aguas de un río y comienza un relevo de generación pacífico, a punta de justicia, de caminar para caerse y volverse a levantar, como el mismo Galeno decía: “El principal producto de exportación de América Latina, venda lo que venda, materias primas o manufacturas, son sus brazos baratos”.

Hoy desde el cielo tal vez complementaría que aporta además nuestra América, ser liderada por un México que no se rinde por su corazón e ideas, que son ejemplo y motivo de lucha, y entonces nos colocan ya no a dos pasos como cita él, sino tal vez a uno solo de la utopía, o tal vez por algo más simple como decía Silvio Rodríguez, por “El necio”: Dirán que pasó de moda la locura, dirán que la gente es mala y no merece, mas yo partiré soñando travesuras, acaso multiplicar panes y peces.

(*) Diputado federal. Morena