/ lunes 28 de diciembre de 2020

Morena y la 4T: el peor gobierno en el peor momento

Si alguna certeza nos ha dejado este convulso 2020 es que, como dijo el poeta Paul Valéry, el futuro ya no es lo que era. Como nunca antes, la llegada del año nuevo está marcada por la incertidumbre y la desesperanza. El país camina sobre un campo minado donde la pandemia y la crisis económica nos han confirmado que tenemos el peor gobierno para enfrentar el peor momento en la historia moderna del país.

Se va un año marcado por la tragedia. Si la felicidad está construida de momentos, la tristeza se ha convertido en una eternidad. Hemos dejado de levantarnos con el optimismo de que será el primer día del resto de nuestras vidas ante el temor de que en realidad sea el último. Hemos sido testigos lo mismo del desaliento que del último aliento de quienes formaron parte importante de nuestras vidas.

La agenda social y económica del país se ha vuelto sumamente compleja. La vacunación universal, la recuperación económica, el proceso electoral, la cuesta de enero y hasta el posible regreso a clases serán las principales preocupaciones de los mexicanos durante los próximos doce meses. Será un año de decisiones que marcarán el futuro del país en la siguiente década. Vamos por partes.

La llegada de la vacuna contra el Covid-19 ha sido un capítulo más de la errática estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia. En la víspera de la nochebuena, integrantes del gabinete presidencial recibieron un escaso lote de apenas 3 mil vacunas, que más bien serviría para realizar pruebas sobre su manejo y resguardo; hace un par de días se recibió un segundo lote con 42 mil 900 dosis. Sin embargo, el país requiere de millones para enfrentar una pandemia que sigue en ascenso.

El plan de vacunación ha presentado serias deficiencias desde el primer momento. Durante el fin de semana, trabajadores del Hospital General de México denunciaron que no fueron vacunados a pesar de que los habían citado para recibir el antígeno. La explicación que recibieron fue que las vacunas se habían terminado, es decir, no pudieron planificar siquiera la aplicación de las 3 mil primeras dosis.

Una situación parecida fue reportada por médicos y enfermeras del Hospital La Raza del IMSS. Denunciaron que las vacunas recibidas en dicha institución no se aplicaron a los profesionales de la salud que están en la primera línea, sino a directivos y pacientes vulnerables. A este nosocomio, uno de los más grandes del país, se le asignaron apenas 22 dosis.

Por otro lado, la premura del gobierno por recuperar la normalidad ha generado la expectativa en algunos estados de regresar a las aulas durante el próximo mes de enero. Lo absurdo del caso es que los niños y jóvenes –considerados dentro del grupo de edad menor de 40 años- serán los últimos en recibir la vacuna.

El otro tema de gran importancia para el año que está por iniciar es el proceso electoral 2021, convertido hoy en el eje de todas las acciones del Presidente y su gobierno. Todos los días, desde el púlpito presidencial, se descalifica lo mismo la alianza ‘Va por México’ que a partidos políticos y órganos electorales. El Presidente se ha convertido, como nunca antes, en el jefe de campaña de su partido.

Muchos responsables de los programas sociales del gobierno –principalmente los súper delegados federales- ya están listos para competir electoralmente gracias a la entrega de los apoyos federales. Es evidente que el gobierno desearía que los únicos candidatos fueran los suyos, como en cualquier dictadura en ciernes.

Como lo dije en entrevista al diario Reforma, la alianza Va por México no trata de frenar al Presidente; sólo él lo ve como un asunto personal. Se trata de garantizar que el Estado mexicano siga teniendo los contrapesos que se establecen en la Constitución para acotar el presidencialismo, sin importar quién ocupe Palacio Nacional. Y por supuesto que la Cámara de Diputados es uno de ellos, tal vez el más importante; ningún mexicano sensato quiere un Congreso al servicio del Presidente. No tengo duda que México recuperará el rumbo.

Si realmente el Presidente desea acabar con los ‘moches’ puede empezar con Pío y Felipa; y de ahí seguir con los súper delegados federales y, después de un largo recorrido, terminar con sus adjudicaciones directas. Tiene mucho que limpiar al interior de su gobierno.

Por lo pronto, la recuperación económica tendrá que esperar. La cuesta de enero podría ser la peor de la que se tenga registro a causa de la parálisis de la actividad económica y el desempleo. Según especialistas, México tardará por lo menos 5 años para poder reponer los empleos perdidos durante la crisis económica y sanitaria por el Covid-19; y a partir del próximo viernes, entrarán en vigor los nuevos precios de las gasolinas, cigarrillos, refrescos y tarifas de servicios públicos.

Es mi deseo que en el año que está por iniciar, las familias de México –y en especial las familias veracruzanas- puedan recuperar la tranquilidad económica y garantizar una salud plena. Que sea un año de alegrías y buenas noticias; un año donde podamos compensar todas las dificultades que enfrentamos en 2020. ¡Feliz Año Nuevo 2021!

Diputado federal del PRI

Facebook.com/HectorYunes

hectoryuneslanda

Twt: @HectorYunes

Si alguna certeza nos ha dejado este convulso 2020 es que, como dijo el poeta Paul Valéry, el futuro ya no es lo que era. Como nunca antes, la llegada del año nuevo está marcada por la incertidumbre y la desesperanza. El país camina sobre un campo minado donde la pandemia y la crisis económica nos han confirmado que tenemos el peor gobierno para enfrentar el peor momento en la historia moderna del país.

Se va un año marcado por la tragedia. Si la felicidad está construida de momentos, la tristeza se ha convertido en una eternidad. Hemos dejado de levantarnos con el optimismo de que será el primer día del resto de nuestras vidas ante el temor de que en realidad sea el último. Hemos sido testigos lo mismo del desaliento que del último aliento de quienes formaron parte importante de nuestras vidas.

La agenda social y económica del país se ha vuelto sumamente compleja. La vacunación universal, la recuperación económica, el proceso electoral, la cuesta de enero y hasta el posible regreso a clases serán las principales preocupaciones de los mexicanos durante los próximos doce meses. Será un año de decisiones que marcarán el futuro del país en la siguiente década. Vamos por partes.

La llegada de la vacuna contra el Covid-19 ha sido un capítulo más de la errática estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia. En la víspera de la nochebuena, integrantes del gabinete presidencial recibieron un escaso lote de apenas 3 mil vacunas, que más bien serviría para realizar pruebas sobre su manejo y resguardo; hace un par de días se recibió un segundo lote con 42 mil 900 dosis. Sin embargo, el país requiere de millones para enfrentar una pandemia que sigue en ascenso.

El plan de vacunación ha presentado serias deficiencias desde el primer momento. Durante el fin de semana, trabajadores del Hospital General de México denunciaron que no fueron vacunados a pesar de que los habían citado para recibir el antígeno. La explicación que recibieron fue que las vacunas se habían terminado, es decir, no pudieron planificar siquiera la aplicación de las 3 mil primeras dosis.

Una situación parecida fue reportada por médicos y enfermeras del Hospital La Raza del IMSS. Denunciaron que las vacunas recibidas en dicha institución no se aplicaron a los profesionales de la salud que están en la primera línea, sino a directivos y pacientes vulnerables. A este nosocomio, uno de los más grandes del país, se le asignaron apenas 22 dosis.

Por otro lado, la premura del gobierno por recuperar la normalidad ha generado la expectativa en algunos estados de regresar a las aulas durante el próximo mes de enero. Lo absurdo del caso es que los niños y jóvenes –considerados dentro del grupo de edad menor de 40 años- serán los últimos en recibir la vacuna.

El otro tema de gran importancia para el año que está por iniciar es el proceso electoral 2021, convertido hoy en el eje de todas las acciones del Presidente y su gobierno. Todos los días, desde el púlpito presidencial, se descalifica lo mismo la alianza ‘Va por México’ que a partidos políticos y órganos electorales. El Presidente se ha convertido, como nunca antes, en el jefe de campaña de su partido.

Muchos responsables de los programas sociales del gobierno –principalmente los súper delegados federales- ya están listos para competir electoralmente gracias a la entrega de los apoyos federales. Es evidente que el gobierno desearía que los únicos candidatos fueran los suyos, como en cualquier dictadura en ciernes.

Como lo dije en entrevista al diario Reforma, la alianza Va por México no trata de frenar al Presidente; sólo él lo ve como un asunto personal. Se trata de garantizar que el Estado mexicano siga teniendo los contrapesos que se establecen en la Constitución para acotar el presidencialismo, sin importar quién ocupe Palacio Nacional. Y por supuesto que la Cámara de Diputados es uno de ellos, tal vez el más importante; ningún mexicano sensato quiere un Congreso al servicio del Presidente. No tengo duda que México recuperará el rumbo.

Si realmente el Presidente desea acabar con los ‘moches’ puede empezar con Pío y Felipa; y de ahí seguir con los súper delegados federales y, después de un largo recorrido, terminar con sus adjudicaciones directas. Tiene mucho que limpiar al interior de su gobierno.

Por lo pronto, la recuperación económica tendrá que esperar. La cuesta de enero podría ser la peor de la que se tenga registro a causa de la parálisis de la actividad económica y el desempleo. Según especialistas, México tardará por lo menos 5 años para poder reponer los empleos perdidos durante la crisis económica y sanitaria por el Covid-19; y a partir del próximo viernes, entrarán en vigor los nuevos precios de las gasolinas, cigarrillos, refrescos y tarifas de servicios públicos.

Es mi deseo que en el año que está por iniciar, las familias de México –y en especial las familias veracruzanas- puedan recuperar la tranquilidad económica y garantizar una salud plena. Que sea un año de alegrías y buenas noticias; un año donde podamos compensar todas las dificultades que enfrentamos en 2020. ¡Feliz Año Nuevo 2021!

Diputado federal del PRI

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