/ martes 21 de mayo de 2024

Orden constitucional democrático

México ha vivido un periodo de intensa polarización política durante el sexenio de Morena. Esta polarización ha fragmentado a la sociedad y debilitado la cohesión nacional. En este contexto, la propuesta firme de Xóchitl Gálvez de encabezar un gobierno de coalición, se presenta como una vía crucial para la reconstrucción de la concordia nacional y la consolidación democrática.

La coalición Fuerza y Corazón por México se constituyó como una plataforma electoral en donde coinciden tres partidos políticos, PRI, PAN y PRD; además del impulso renovador de grandes segmentos de la sociedad civil que manifestaron su interés en construir una candidatura presidencial que haga posible promover la unidad del país y derrotar a la estructura autoritaria construida alrededor de la figura menguante presidencial.

Los gobiernos de coalición son esenciales en una democracia pluralista como la de México, donde la diversidad de opiniones y representaciones políticas es significativa. Formar un gobierno de coalición implica integrar a diversas fuerzas políticas en la toma de decisiones, lo que puede ayudar a reducir la polarización y fomentar el diálogo y la cooperación entre diferentes sectores de la sociedad.

Un gobierno de coalición tiene el potencial de representar una mayor variedad de intereses y puntos de vista, lo que fortalece la legitimidad democrática y puede resultar en políticas más equilibradas y consensuadas. Además, al compartir el poder, las coaliciones pueden contribuir a una mayor estabilidad política y a una gobernabilidad más eficaz, ya que las decisiones no dependen de un solo partido o grupo, sino de una colaboración amplia y diversa.

La reconciliación nacional requiere estrategias claras y decisivas. Promover un diálogo abierto y constante con todas las fuerzas políticas y sociales del país. Esto incluye escuchar y considerar las preocupaciones de la oposición, así como de los diversos sectores de la sociedad civil. Impulsar reformas que fortalezcan las instituciones democráticas y aseguren la imparcialidad y la independencia de los poderes del Estado. Esto podría incluir la revisión de las leyes electorales y el fortalecimiento de los organismos autónomos.

Eso quiere México y también lo anhelamos los veracruzanos, que desde el poder público de fomente una cultura de respeto y tolerancia hacia las diferencias políticas, ideológicas y culturales. Con Xóchitl Gálvez en la presidencia y Pepe Yunes como gobernador, debe prevalecer la moderación, el respeto irrestricto a la legalidad, promoviendo políticas que busquen la inclusión y el entendimiento. Será necesario un verdadero rigor en las políticas de transparencia y rendición de cuentas que permitan a la ciudadanía evaluar y supervisar el desempeño del gobierno. Esto es crucial para restaurar la confianza pública en las instituciones.

Pepe y Xóchitl desean que además no cese el papel de una sociedad civil activa, porque es fundamental para la salud de una democracia. La participación ciudadana no solo en las elecciones, sino también en la vigilancia y crítica constructiva de las acciones gubernamentales, es vital para asegurar que el gobierno actúe en beneficio del interés público y no de intereses particulares.

La sociedad civil debe ser un contrapeso efectivo al poder político, capaz de movilizarse y expresar su voz en defensa de los derechos humanos, la justicia social y el bienestar común. Además, las organizaciones civiles pueden desempeñar un papel crucial en la educación cívica y la promoción de una cultura democrática. El equilibrio de poderes es un pilar fundamental de cualquier democracia. En México, la convivencia institucional entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial debe basarse en el respeto mutuo y la cooperación, desterrando los intentos de avasallamiento que Morena ha instrumentado.

Cada poder debe mantener su autonomía y respetar las funciones y competencias de los demás. Esto implica que el Ejecutivo no debe interferir en las decisiones del Legislativo y el Judicial, y viceversa. Debemos aspirar a que los comicios sean un impulso para mantener y defender el orden constitucional democrático es crucial para la estabilidad y legitimidad del gobierno. Esto incluye la observancia estricta de las leyes y la garantía de los derechos humanos.

Falta muy poco, pero todo debe resolverse en libertad y en las urnas. Defendamos con valentía y civilidad nuestro derecho al voto. Participa sin miedo y no cedas a las amenazas del oficialismo.

@lorenapignon_

*Diputada federal. PRI

México ha vivido un periodo de intensa polarización política durante el sexenio de Morena. Esta polarización ha fragmentado a la sociedad y debilitado la cohesión nacional. En este contexto, la propuesta firme de Xóchitl Gálvez de encabezar un gobierno de coalición, se presenta como una vía crucial para la reconstrucción de la concordia nacional y la consolidación democrática.

La coalición Fuerza y Corazón por México se constituyó como una plataforma electoral en donde coinciden tres partidos políticos, PRI, PAN y PRD; además del impulso renovador de grandes segmentos de la sociedad civil que manifestaron su interés en construir una candidatura presidencial que haga posible promover la unidad del país y derrotar a la estructura autoritaria construida alrededor de la figura menguante presidencial.

Los gobiernos de coalición son esenciales en una democracia pluralista como la de México, donde la diversidad de opiniones y representaciones políticas es significativa. Formar un gobierno de coalición implica integrar a diversas fuerzas políticas en la toma de decisiones, lo que puede ayudar a reducir la polarización y fomentar el diálogo y la cooperación entre diferentes sectores de la sociedad.

Un gobierno de coalición tiene el potencial de representar una mayor variedad de intereses y puntos de vista, lo que fortalece la legitimidad democrática y puede resultar en políticas más equilibradas y consensuadas. Además, al compartir el poder, las coaliciones pueden contribuir a una mayor estabilidad política y a una gobernabilidad más eficaz, ya que las decisiones no dependen de un solo partido o grupo, sino de una colaboración amplia y diversa.

La reconciliación nacional requiere estrategias claras y decisivas. Promover un diálogo abierto y constante con todas las fuerzas políticas y sociales del país. Esto incluye escuchar y considerar las preocupaciones de la oposición, así como de los diversos sectores de la sociedad civil. Impulsar reformas que fortalezcan las instituciones democráticas y aseguren la imparcialidad y la independencia de los poderes del Estado. Esto podría incluir la revisión de las leyes electorales y el fortalecimiento de los organismos autónomos.

Eso quiere México y también lo anhelamos los veracruzanos, que desde el poder público de fomente una cultura de respeto y tolerancia hacia las diferencias políticas, ideológicas y culturales. Con Xóchitl Gálvez en la presidencia y Pepe Yunes como gobernador, debe prevalecer la moderación, el respeto irrestricto a la legalidad, promoviendo políticas que busquen la inclusión y el entendimiento. Será necesario un verdadero rigor en las políticas de transparencia y rendición de cuentas que permitan a la ciudadanía evaluar y supervisar el desempeño del gobierno. Esto es crucial para restaurar la confianza pública en las instituciones.

Pepe y Xóchitl desean que además no cese el papel de una sociedad civil activa, porque es fundamental para la salud de una democracia. La participación ciudadana no solo en las elecciones, sino también en la vigilancia y crítica constructiva de las acciones gubernamentales, es vital para asegurar que el gobierno actúe en beneficio del interés público y no de intereses particulares.

La sociedad civil debe ser un contrapeso efectivo al poder político, capaz de movilizarse y expresar su voz en defensa de los derechos humanos, la justicia social y el bienestar común. Además, las organizaciones civiles pueden desempeñar un papel crucial en la educación cívica y la promoción de una cultura democrática. El equilibrio de poderes es un pilar fundamental de cualquier democracia. En México, la convivencia institucional entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial debe basarse en el respeto mutuo y la cooperación, desterrando los intentos de avasallamiento que Morena ha instrumentado.

Cada poder debe mantener su autonomía y respetar las funciones y competencias de los demás. Esto implica que el Ejecutivo no debe interferir en las decisiones del Legislativo y el Judicial, y viceversa. Debemos aspirar a que los comicios sean un impulso para mantener y defender el orden constitucional democrático es crucial para la estabilidad y legitimidad del gobierno. Esto incluye la observancia estricta de las leyes y la garantía de los derechos humanos.

Falta muy poco, pero todo debe resolverse en libertad y en las urnas. Defendamos con valentía y civilidad nuestro derecho al voto. Participa sin miedo y no cedas a las amenazas del oficialismo.

@lorenapignon_

*Diputada federal. PRI