/ martes 26 de enero de 2021

Plan Nacional de Vacunación, un fracaso de la 4T

Nuevamente el presidente demuestra su constante contradicción entre lo que dice y hace, y con ello la evidente improvisación, incapacidad, desorganización y fracaso con el que ha llevado a este gobierno en apenas dos años.

Y como siempre con sus “maniobras” afecta a los más desfavorecidos, a cientos de miles de mexicanos y a sus familias que tienen un acceso limitado o nulo a los servicios de salud, sin mencionar el desabasto de medicamentos y que ocupamos los primeros lugares con el mayor número de bajas del personal de salud.

El pasado viernes, en sus cotidianas “mañaneras”, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto mediante el cual autorizó a los gobiernos estatales y a la iniciativa privada adquirir y aplicar la vacuna contra el Covid-19, pero como siempre, sus tratados llevan “letras chiquitas”.

Esta “benevolencia” del presidente llegó tarde y tal parece que está jugando con la salud de los mexicanos. Si desde el momento en que las vacunas estuvieron disponibles, cuando las cifras de decesos y contagios no eran tan alarmantes como ahora, hubiera permitido a los estados o a la iniciativa privada adquirirlas, tal vez no tendríamos más 140 mil muertos por este virus.

Pero reiteradamente este gobierno ha demostrado su incompetencia y reconoce el fracaso de la estrategia y su incapacidad para controlar la pandemia que nos aqueja, así como la mala estrategia de su citado “Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19”, que ya causaba mucha incertidumbre.

Tan solo un día antes, su subsecretario López-Gatell indicó que técnicamente no es conveniente que los gobiernos estatales y municipales compren vacunas anti-Covid, pues podría registrarse una desorganización. Con tanta discordancia en el actual gabinete, es entendible la cantidad de muertos que hay, porque este gobierno todo lo hace de manera improvisada.

Buscando el lado positivo ante este decreto, no dudo que habrá gobiernos responsables y preocupados por sus habitantes que consigan las vacunas, claro, a contracorriente y con el destiempo que sólo es el reflejo de un gran fracaso del manejo de una crisis sanitaria que solo a ellos les cayó “como anillo al dedo”.

Ante el momento de crisis que pasa el mundo entero, la “luz verde” del presidente (sin pensar mal) parece una completa burla, porque las mismas farmacéuticas han informado que no hay abasto suficiente en el mundo para adquirir las vacunas, pues toda su producción está comprometida hasta el primer semestre de 2021, esto ante la limitada producción que ha habido y la alta demanda.

No quiero pensar que detrás de su “buena voluntad” haya una gran perversidad de su parte, porque con su fallido sistema de vacunación, el presidente comprobó que fue imposible vacunar a todos los mexicanos en el tiempo que él estableció, simplemente porque no se “compraron” las suficientes vacunas.

Y sin continuar pensando mal, espero que López Obrador no ocupe su atril nacional para continuar echando culpas y ahora usará el “contratiempo” en la adquisición y aplicación de dichas vacunas, y de esta manera, como en su tiempo lo hizo Poncio Pilatos, evadirá su responsabilidad lavándose las manos.

Senador por Veracruz del PAN

Nuevamente el presidente demuestra su constante contradicción entre lo que dice y hace, y con ello la evidente improvisación, incapacidad, desorganización y fracaso con el que ha llevado a este gobierno en apenas dos años.

Y como siempre con sus “maniobras” afecta a los más desfavorecidos, a cientos de miles de mexicanos y a sus familias que tienen un acceso limitado o nulo a los servicios de salud, sin mencionar el desabasto de medicamentos y que ocupamos los primeros lugares con el mayor número de bajas del personal de salud.

El pasado viernes, en sus cotidianas “mañaneras”, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto mediante el cual autorizó a los gobiernos estatales y a la iniciativa privada adquirir y aplicar la vacuna contra el Covid-19, pero como siempre, sus tratados llevan “letras chiquitas”.

Esta “benevolencia” del presidente llegó tarde y tal parece que está jugando con la salud de los mexicanos. Si desde el momento en que las vacunas estuvieron disponibles, cuando las cifras de decesos y contagios no eran tan alarmantes como ahora, hubiera permitido a los estados o a la iniciativa privada adquirirlas, tal vez no tendríamos más 140 mil muertos por este virus.

Pero reiteradamente este gobierno ha demostrado su incompetencia y reconoce el fracaso de la estrategia y su incapacidad para controlar la pandemia que nos aqueja, así como la mala estrategia de su citado “Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19”, que ya causaba mucha incertidumbre.

Tan solo un día antes, su subsecretario López-Gatell indicó que técnicamente no es conveniente que los gobiernos estatales y municipales compren vacunas anti-Covid, pues podría registrarse una desorganización. Con tanta discordancia en el actual gabinete, es entendible la cantidad de muertos que hay, porque este gobierno todo lo hace de manera improvisada.

Buscando el lado positivo ante este decreto, no dudo que habrá gobiernos responsables y preocupados por sus habitantes que consigan las vacunas, claro, a contracorriente y con el destiempo que sólo es el reflejo de un gran fracaso del manejo de una crisis sanitaria que solo a ellos les cayó “como anillo al dedo”.

Ante el momento de crisis que pasa el mundo entero, la “luz verde” del presidente (sin pensar mal) parece una completa burla, porque las mismas farmacéuticas han informado que no hay abasto suficiente en el mundo para adquirir las vacunas, pues toda su producción está comprometida hasta el primer semestre de 2021, esto ante la limitada producción que ha habido y la alta demanda.

No quiero pensar que detrás de su “buena voluntad” haya una gran perversidad de su parte, porque con su fallido sistema de vacunación, el presidente comprobó que fue imposible vacunar a todos los mexicanos en el tiempo que él estableció, simplemente porque no se “compraron” las suficientes vacunas.

Y sin continuar pensando mal, espero que López Obrador no ocupe su atril nacional para continuar echando culpas y ahora usará el “contratiempo” en la adquisición y aplicación de dichas vacunas, y de esta manera, como en su tiempo lo hizo Poncio Pilatos, evadirá su responsabilidad lavándose las manos.

Senador por Veracruz del PAN