/ lunes 23 de noviembre de 2020

Primero Dos Bocas, después los pobres

A Nerón lo recordamos porque en su reinado sucedió el gran incendio de Roma, que arrasó con parte de la ciudad durante el verano del año 64. La destrucción que causaron las llamas fue importante; cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados y otros siete quedaron dañados.

Controvertido, ambicioso y megalómano, Nerón gobernó conforme a sus caprichos. Durante su mandato tuvo el placer de preparar el incendio de la entonces ciudad más prodigiosa del mundo, Roma, para luego culpar sin más ni más a un grupo de cristianos encabezados por san Pedro y san Pablo, a los que ejecutó de manera atroz.

Algo parecido pasa en la actualidad. Andrés Manuel López Obrador, sin más ni más decidió inundar las zonas más pobres de su estado tabasqueño para “librar” a su capital Villahermosa y anegar a las comunidades indígenas chontales de Nacajuca y Centla.

Y tal cual lo hizo Nerón al incendiar Roma, para erigir su palacio la “Domus Aurea”, López casi emuló esa acción como una “buena intención” para salvar a la capital tabasqueña, cuando el trasfondo fue el de proteger su “palacio” conocido como “Dos Bocas”; cuidó a la refinería antes que a “su gente”.

Dos Bocas, “el elefante blanco reumático”, sin rentabilidad asegurada, contará en 2021 con más de 45 mil millones de pesos, todo a costa de la reducción del presupuesto para servicios médicos, seguridad, de los estados, vacunas y ahora a costa de miles de damnificados que vieron cómo el agua se llevaba su patrimonio, todo para uno de "sus proyectos prioritarios".

Los estados de Tabasco, Veracruz y Chiapas han estado inundados por los frentes fríos que han entrado en esas zonas, y han ocasionado el desborde de ríos y obligado a evacuar a cientos de familias. A casi un mes de los sucesos, el presidente decidió visitar al menos su terruño, claro, desde la comodidad y la “sana distancia” de un helicóptero.

Según las cifras de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), contabilizó días atrás: 10 personas muertas y 238 mil 565 damnificadas por las inundaciones en los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz. Las viviendas afectadas en las tres entidades son 58 mil 877, de las cuales 54 mil 976 corresponden a Chiapas, 160 mil 596 a Tabasco y en Veracruz, 22 mil 993.

López Obrador justificó la decisión de cerrar la compuerta de la presa El Macayo para inundar las zonas más pobres de Tabasco y así salvar la capital de su entidad, diciendo él “que se tuvo que llevar a cabo esta operación para evitar que se rompiera la presa Peñitas, la cual forma parte del complejo hidroeléctrico del Río Grijalva”.

AMLO, que en campaña decía “primero los pobres”, frase que más repite y que menciona como uno de sus objetivos principales, en efecto fueron ellos, ellos fueron los elegidos para lo que él dijo, “el pueblo va a salvar al pueblo”, esta vez no con fuego como la Roma de Nerón, esta vez fue con agua, y ese pueblo fue sacrificado para salvar una refinería.

Ojalá el Andrés Manuel que estuvo 18 años en campaña buscando la presidencia estuviera vigente para sacar al Andrés Manuel, presidente, porque éste no está haciendo nada, continúa sin dar resultados.

Tan sólo en Tabasco hay 8 personas fallecidas, más de160 mil afectados, de los cuales 9 mil están en albergues, sin dejar de mencionar las más de 35 mil viviendas inundadas, familias completas que perdieron su patrimonio.

López, con características psicológicas al igual que Nerón, con personalidad narcisista, con una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, con autoproclamación de logros y talentos, y una carencia de empatía por los demás, no sólo está hundiendo a los más pobres de Tabasco, está hundiendo a todos los mexicanos, nos está hundiendo en economía, en salud y, sobre todo, en corrupción.

Y como Nerón culpó a otros de las atrocidades que hacía en Roma, Andrés Manuel López Obrador continúa culpando al pasado. Señala que la presente inundación que está afectando a las familias del sureste mexicano es culpa de lo que se vivió en otros gobiernos, claro, solo culpa sin dar resultados. Tal y como decía Tácito a Nerón: “El poder conseguido a través de medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos”.

Senador por Veracruz del PAN

A Nerón lo recordamos porque en su reinado sucedió el gran incendio de Roma, que arrasó con parte de la ciudad durante el verano del año 64. La destrucción que causaron las llamas fue importante; cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados y otros siete quedaron dañados.

Controvertido, ambicioso y megalómano, Nerón gobernó conforme a sus caprichos. Durante su mandato tuvo el placer de preparar el incendio de la entonces ciudad más prodigiosa del mundo, Roma, para luego culpar sin más ni más a un grupo de cristianos encabezados por san Pedro y san Pablo, a los que ejecutó de manera atroz.

Algo parecido pasa en la actualidad. Andrés Manuel López Obrador, sin más ni más decidió inundar las zonas más pobres de su estado tabasqueño para “librar” a su capital Villahermosa y anegar a las comunidades indígenas chontales de Nacajuca y Centla.

Y tal cual lo hizo Nerón al incendiar Roma, para erigir su palacio la “Domus Aurea”, López casi emuló esa acción como una “buena intención” para salvar a la capital tabasqueña, cuando el trasfondo fue el de proteger su “palacio” conocido como “Dos Bocas”; cuidó a la refinería antes que a “su gente”.

Dos Bocas, “el elefante blanco reumático”, sin rentabilidad asegurada, contará en 2021 con más de 45 mil millones de pesos, todo a costa de la reducción del presupuesto para servicios médicos, seguridad, de los estados, vacunas y ahora a costa de miles de damnificados que vieron cómo el agua se llevaba su patrimonio, todo para uno de "sus proyectos prioritarios".

Los estados de Tabasco, Veracruz y Chiapas han estado inundados por los frentes fríos que han entrado en esas zonas, y han ocasionado el desborde de ríos y obligado a evacuar a cientos de familias. A casi un mes de los sucesos, el presidente decidió visitar al menos su terruño, claro, desde la comodidad y la “sana distancia” de un helicóptero.

Según las cifras de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), contabilizó días atrás: 10 personas muertas y 238 mil 565 damnificadas por las inundaciones en los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz. Las viviendas afectadas en las tres entidades son 58 mil 877, de las cuales 54 mil 976 corresponden a Chiapas, 160 mil 596 a Tabasco y en Veracruz, 22 mil 993.

López Obrador justificó la decisión de cerrar la compuerta de la presa El Macayo para inundar las zonas más pobres de Tabasco y así salvar la capital de su entidad, diciendo él “que se tuvo que llevar a cabo esta operación para evitar que se rompiera la presa Peñitas, la cual forma parte del complejo hidroeléctrico del Río Grijalva”.

AMLO, que en campaña decía “primero los pobres”, frase que más repite y que menciona como uno de sus objetivos principales, en efecto fueron ellos, ellos fueron los elegidos para lo que él dijo, “el pueblo va a salvar al pueblo”, esta vez no con fuego como la Roma de Nerón, esta vez fue con agua, y ese pueblo fue sacrificado para salvar una refinería.

Ojalá el Andrés Manuel que estuvo 18 años en campaña buscando la presidencia estuviera vigente para sacar al Andrés Manuel, presidente, porque éste no está haciendo nada, continúa sin dar resultados.

Tan sólo en Tabasco hay 8 personas fallecidas, más de160 mil afectados, de los cuales 9 mil están en albergues, sin dejar de mencionar las más de 35 mil viviendas inundadas, familias completas que perdieron su patrimonio.

López, con características psicológicas al igual que Nerón, con personalidad narcisista, con una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, con autoproclamación de logros y talentos, y una carencia de empatía por los demás, no sólo está hundiendo a los más pobres de Tabasco, está hundiendo a todos los mexicanos, nos está hundiendo en economía, en salud y, sobre todo, en corrupción.

Y como Nerón culpó a otros de las atrocidades que hacía en Roma, Andrés Manuel López Obrador continúa culpando al pasado. Señala que la presente inundación que está afectando a las familias del sureste mexicano es culpa de lo que se vivió en otros gobiernos, claro, solo culpa sin dar resultados. Tal y como decía Tácito a Nerón: “El poder conseguido a través de medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos”.

Senador por Veracruz del PAN