/ miércoles 19 de agosto de 2020

¿Quién paga a policías?

El tema de las complicidades entre elementos de las fuerzas policiacas y grupos delincuenciales no es nuevo en Veracruz; sin embargo, en las fechas recientes, asuntos de ese tipo se han convertido en motivo de escándalo.

Durante las primeras horas de este martes la Fuerza Civil detuvo a tres elementos de la Policía Municipal de Paso del Macho, entre ellos el director de la corporación.

Se les acusa por presuntos vínculos con la delincuencia organizada, tráfico de drogas y portación de armas de uso exclusivo del Ejército. En el operativo, otras diez personas, presuntos delincuentes, fueron detenidos. Los tres policías municipales ya habrían reconocido que tenían vínculos con la delincuencia; les brindaban protección. En pocas palabras, los uniformados protegían a los delincuentes y no a los ciudadanos, que vía impuestos pagan los salarios de la policía y de todos los funcionarios públicos.

No es el único caso: hace una semana, en el municipio de Álamo ocurrió algo muy parecido: el director de la Policía Municipal y seis elementos de la corporación fueron capturados por la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno de Veracruz, por la Sedena, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional.

A los detenidos les decomisaron armas largas, rifles de asalto, cartuchos, chalecos tácticos y vehículos.

En ambos casos, los de Paso del Macho y los de Álamo, también les decomisaron droga a los detenidos.

Los policías detenidos en Álamo fueron vinculados a proceso, señalados por tentativa de homicidio, delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo y daños en agravio de la Fuerza Civil.

En el caso de Paso del Macho, habría que decir que en ese lugar, luego del asesinato del exalcalde Rafael Pacheco Molina (PRD), victimado en el centro de la cabecera, la Secretaría de Seguridad Pública asumió en diciembre pasado el control de la vigilancia.

Se dijo en su momento que los 19 elementos de la corporación municipal habían sido concentrados en Xalapa para realizar el proceso de evaluación de control de confianza. Sin embargo, la Policía Municipal volvió a funcionar, con los resultados ya descritos. Lo que no se sabe todavía es si las autoridades locales de esos dos municipios, el perredista Fernando León Trejo en Paso del Macho y el panista Jorge Vera Hernández en Álamo, tenían conocimiento de los nexos de sus jefes policiacos; lo cierto es que cualquiera que sea la respuesta deja muy paradas a esas autoridades locales: si sabían que sus elementos delinquían y no denunciaron, mal; pero si no tenían idea de lo que ocurría en sus respectivos municipios en materia de seguridad, peor.

El tema de las complicidades entre elementos de las fuerzas policiacas y grupos delincuenciales no es nuevo en Veracruz; sin embargo, en las fechas recientes, asuntos de ese tipo se han convertido en motivo de escándalo.

Durante las primeras horas de este martes la Fuerza Civil detuvo a tres elementos de la Policía Municipal de Paso del Macho, entre ellos el director de la corporación.

Se les acusa por presuntos vínculos con la delincuencia organizada, tráfico de drogas y portación de armas de uso exclusivo del Ejército. En el operativo, otras diez personas, presuntos delincuentes, fueron detenidos. Los tres policías municipales ya habrían reconocido que tenían vínculos con la delincuencia; les brindaban protección. En pocas palabras, los uniformados protegían a los delincuentes y no a los ciudadanos, que vía impuestos pagan los salarios de la policía y de todos los funcionarios públicos.

No es el único caso: hace una semana, en el municipio de Álamo ocurrió algo muy parecido: el director de la Policía Municipal y seis elementos de la corporación fueron capturados por la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno de Veracruz, por la Sedena, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional.

A los detenidos les decomisaron armas largas, rifles de asalto, cartuchos, chalecos tácticos y vehículos.

En ambos casos, los de Paso del Macho y los de Álamo, también les decomisaron droga a los detenidos.

Los policías detenidos en Álamo fueron vinculados a proceso, señalados por tentativa de homicidio, delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo y daños en agravio de la Fuerza Civil.

En el caso de Paso del Macho, habría que decir que en ese lugar, luego del asesinato del exalcalde Rafael Pacheco Molina (PRD), victimado en el centro de la cabecera, la Secretaría de Seguridad Pública asumió en diciembre pasado el control de la vigilancia.

Se dijo en su momento que los 19 elementos de la corporación municipal habían sido concentrados en Xalapa para realizar el proceso de evaluación de control de confianza. Sin embargo, la Policía Municipal volvió a funcionar, con los resultados ya descritos. Lo que no se sabe todavía es si las autoridades locales de esos dos municipios, el perredista Fernando León Trejo en Paso del Macho y el panista Jorge Vera Hernández en Álamo, tenían conocimiento de los nexos de sus jefes policiacos; lo cierto es que cualquiera que sea la respuesta deja muy paradas a esas autoridades locales: si sabían que sus elementos delinquían y no denunciaron, mal; pero si no tenían idea de lo que ocurría en sus respectivos municipios en materia de seguridad, peor.