/ martes 22 de diciembre de 2020

Respetemos a nuestras Fuerzas Armadas

Reza el refrán que nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener. Y esto aplica en cada acción incongruente que realiza el Presidente.

Si el Andrés Manuel del pasado viera lo que está haciendo el Andrés Manuel del presente, como decimos coloquialmente se “mordería la lengua”, refiriéndonos al tema que tanto pregonó en campaña y criticó a sus antecesores, quienes, según él, solo querían “militarizar el país”.

Y es que este domingo, el Presidente anunció que una empresa del Ejército administrará el Tren Maya y aeropuertos, y dijo que dejará estas obras y su administración a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con el propósito de garantizar una "buena administración, seguridad y autosuficiencia" y “no haya tentación de privatizar”.

Recordemos que cuando era candidato, Andrés Manuel López Obrador ofreció retirar de las calles a los militares y regresarlos a los cuarteles, pero ya como Presidente cambió de opinión y en su plan de seguridad creó una Guardia Nacional, que aunque prometió que sería de carácter civil, esta corporación fue integrada por militares y marinos bajo el mando de Sedena.

Desde la tribuna de la Cámara alta, y ahora en este espacio que me brinda este respetado medio, he pedido que el Presidente respete a nuestras Fuerzas Armadas, porque el mensaje que envía con estas acciones hace pensar que son sus peones y que puede usarlos como le da gana.

Andrés Manuel no respeta a nuestros marinos ni a nuestro Ejército nacional, no conoce sus valores ni sus principios. La misma Constitución establece que su tarea central es “defender la integridad, la independencia y la soberanía de la Nación”, y no están para ejercer tareas administrativas o de carácter civil.

Tal parece que AMLO quiere concentrar un militarismo como un proyecto político o una definición ideológica, y con su autodenominada Cuarta Transformación cada día somos menos Estado y cada vez más Ejército.

El Presidente día con día ofende a nuestras fuerzas castrenses, a que realicen actividades tan disímiles como la construcción del nuevo aeropuerto, reparto de libros, medicinas, edificación de bancos, un aeropuerto, plantación de árboles, y ahora el Tren Maya, además de los aeropuertos de Tulum, Chetumal, Palenque y el Felipe Ángeles queden a cargo de una empresa de las Fuerzas Armadas.

Cabe recordar que también fueron los encargados del combate al huachicol y anunció la creación de un grupo especial dentro de la Sedena para que este gobierno tenga su propio equipo de traslado de valores y los soldados sean los encargados de repartir los más de 300 mil millones de pesos en programas sociales.

Y no solo eso, además de hacerlos responsables de los programas sociales y de brindar su apoyo ante la pandemia por el Covid-19, también fueron los encargados del rescate del expresidente perseguido en Bolivia, Evo Morales, y del traslado de las cenizas del cantante José José, nada más falta que ellos entreguen los regalos de Navidad y de Día de Reyes.

Lo mismo pasa con la Marina, que ya no solo vigilará la seguridad de los puertos mercantiles y aduanas marítimas, o que se limitaban a brindar apoyo social en casos de emergencia provocada por la naturaleza, sino que ahora también realizarán funciones administrativas.

En estos dos años el actual gobierno se convirtió en lo que más criticó y cambió al Ejército en un ingeniero constructor y a la Marina en administradora, al subordinarlos en al menos 13 tareas que estaban a cargo de autoridades civiles; de esta manera AMLO altera cada día los equilibrios institucionales.

Ojalá que el Presidente rectifique y devuelva las facultades a nuestras Fuerzas Armadas, que comprenda que el Ejército tiene misiones, que es la seguridad nacional, y no la de fungir como constructores, administradores, inmobiliarias o policías.

Senador por Veracruz del PAN

Tal parece que AMLO quiere concentrar un militarismo como un proyecto político o una definición ideológica; con su autodenominada 4T cada día somos menos Estado y cada vez más Ejército.

Reza el refrán que nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener. Y esto aplica en cada acción incongruente que realiza el Presidente.

Si el Andrés Manuel del pasado viera lo que está haciendo el Andrés Manuel del presente, como decimos coloquialmente se “mordería la lengua”, refiriéndonos al tema que tanto pregonó en campaña y criticó a sus antecesores, quienes, según él, solo querían “militarizar el país”.

Y es que este domingo, el Presidente anunció que una empresa del Ejército administrará el Tren Maya y aeropuertos, y dijo que dejará estas obras y su administración a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con el propósito de garantizar una "buena administración, seguridad y autosuficiencia" y “no haya tentación de privatizar”.

Recordemos que cuando era candidato, Andrés Manuel López Obrador ofreció retirar de las calles a los militares y regresarlos a los cuarteles, pero ya como Presidente cambió de opinión y en su plan de seguridad creó una Guardia Nacional, que aunque prometió que sería de carácter civil, esta corporación fue integrada por militares y marinos bajo el mando de Sedena.

Desde la tribuna de la Cámara alta, y ahora en este espacio que me brinda este respetado medio, he pedido que el Presidente respete a nuestras Fuerzas Armadas, porque el mensaje que envía con estas acciones hace pensar que son sus peones y que puede usarlos como le da gana.

Andrés Manuel no respeta a nuestros marinos ni a nuestro Ejército nacional, no conoce sus valores ni sus principios. La misma Constitución establece que su tarea central es “defender la integridad, la independencia y la soberanía de la Nación”, y no están para ejercer tareas administrativas o de carácter civil.

Tal parece que AMLO quiere concentrar un militarismo como un proyecto político o una definición ideológica, y con su autodenominada Cuarta Transformación cada día somos menos Estado y cada vez más Ejército.

El Presidente día con día ofende a nuestras fuerzas castrenses, a que realicen actividades tan disímiles como la construcción del nuevo aeropuerto, reparto de libros, medicinas, edificación de bancos, un aeropuerto, plantación de árboles, y ahora el Tren Maya, además de los aeropuertos de Tulum, Chetumal, Palenque y el Felipe Ángeles queden a cargo de una empresa de las Fuerzas Armadas.

Cabe recordar que también fueron los encargados del combate al huachicol y anunció la creación de un grupo especial dentro de la Sedena para que este gobierno tenga su propio equipo de traslado de valores y los soldados sean los encargados de repartir los más de 300 mil millones de pesos en programas sociales.

Y no solo eso, además de hacerlos responsables de los programas sociales y de brindar su apoyo ante la pandemia por el Covid-19, también fueron los encargados del rescate del expresidente perseguido en Bolivia, Evo Morales, y del traslado de las cenizas del cantante José José, nada más falta que ellos entreguen los regalos de Navidad y de Día de Reyes.

Lo mismo pasa con la Marina, que ya no solo vigilará la seguridad de los puertos mercantiles y aduanas marítimas, o que se limitaban a brindar apoyo social en casos de emergencia provocada por la naturaleza, sino que ahora también realizarán funciones administrativas.

En estos dos años el actual gobierno se convirtió en lo que más criticó y cambió al Ejército en un ingeniero constructor y a la Marina en administradora, al subordinarlos en al menos 13 tareas que estaban a cargo de autoridades civiles; de esta manera AMLO altera cada día los equilibrios institucionales.

Ojalá que el Presidente rectifique y devuelva las facultades a nuestras Fuerzas Armadas, que comprenda que el Ejército tiene misiones, que es la seguridad nacional, y no la de fungir como constructores, administradores, inmobiliarias o policías.

Senador por Veracruz del PAN

Tal parece que AMLO quiere concentrar un militarismo como un proyecto político o una definición ideológica; con su autodenominada 4T cada día somos menos Estado y cada vez más Ejército.