/ miércoles 1 de septiembre de 2021

Retenes ilegales

Hace una semana un conductor procedente del puerto de Veracruz circulaba en su camioneta por el bulevar de Santiago Tuxtla; al detenerse en uno de los muchos topes de ese tramo, fue alcanzado por una patrulla de Tránsito municipal y le ordenaron detenerse.

La causa, según el acta falseada que levantaron, fue por conducir en forma temeraria, con velocidad inmoderada. Pidieron al automovilista la tarjeta de circulación y licencia de manejo, informando que la multa sería de dos mil 500 pesos. No hubo manera de razonar con ellos, tampoco de exponer al alcalde Argeniz Vázquez Copete ese abuso; al final, los oficiales solicitaron 500 pesos al “infractor” y le devolvieron sus documentos. No es un caso único. En muchos lados sucede lo mismo, tolerado por los ediles de distintas municipalidades, y en otros casos por funcionarios de Tránsito del Estado, y Seguridad Pública que acuden en apoyo cuando se instalan “retenes de revisión”, que regularmente sólo sirven para extorsionar. Hace unos días se difundió un video que muestra el abuso contra personas a quienes agentes viales marcaron alto en Tejería, en el municipio de Veracruz; el automovilista explicaba algo a un policía y en un descuido éste lo tomó del brazo doblándolo hacia la espalda, llegó otro más y con su casco puesto golpeó en la cabeza al conductor que, más tarde, en esa grabación denunció que su esposa también recibió el mismo maltrato. ¿Qué pasa en esas corporaciones? Anteriormente, en los gobiernos anteriores le llamaban “Año de Hidalgo”, denominado así por llevarse todo lo posible en el último tramo del gobierno, en este caso, los municipios que ya entregan administraciones, cosa no solamente era privativa del PRI, también del PAN y ahora de Morena. Dato curioso es que en el puerto de Veracruz esos “filtros de revisión”, u “operativos”, se suspendieron dos semanas antes de las elecciones del pasado 6 de junio, y una vez que éstas pasaron, dos o tres días después volvieron a reactivarlos con mayor intensidad. Estos se colocan en vías de intensa circulación vehicular con conos a lo largo de unos 20 metros en el carril lateral, y a media calle, hay agentes que aleatoriamente van señalando qué vehículos deben hacer alto; adelante, para disuadir que el automovilista intente evadir esos retenes, hay una o dos patrullas policiacas o de la Guardia Nacional con elementos que portan armas largas y elementos de Tránsito en motocicletas. Son, a todas luces, acciones ilegales que rayan en lo delictivo, en nombre de la ley. Son acciones parecidas las que se realizan en los cruces de poblaciones como Cardel, Medellín, Boca del Río, San Andrés Tuxtla, y agréguese los municipios veracruzanos que se quiera. Debe ser un negocio muy lucrativo para que alcaldes, directores municipales, delegados o titulares de áreas del gobierno del estado no quieran darse cuenta de esos abusos que están cometiéndose, vaya, ni las Contralorías proceden a tomar cartas en el asunto.

Ayer, por cierto en el municipio jarocho, un cafre de los muchos que operan autobuses urbanos de pasajeros atropelló y mató a un adulto mayor en la zona centro.

mail:

opedro2006@gmail.com

mail: opedro2006@gmail.com

Hace una semana un conductor procedente del puerto de Veracruz circulaba en su camioneta por el bulevar de Santiago Tuxtla; al detenerse en uno de los muchos topes de ese tramo, fue alcanzado por una patrulla de Tránsito municipal y le ordenaron detenerse.

La causa, según el acta falseada que levantaron, fue por conducir en forma temeraria, con velocidad inmoderada. Pidieron al automovilista la tarjeta de circulación y licencia de manejo, informando que la multa sería de dos mil 500 pesos. No hubo manera de razonar con ellos, tampoco de exponer al alcalde Argeniz Vázquez Copete ese abuso; al final, los oficiales solicitaron 500 pesos al “infractor” y le devolvieron sus documentos. No es un caso único. En muchos lados sucede lo mismo, tolerado por los ediles de distintas municipalidades, y en otros casos por funcionarios de Tránsito del Estado, y Seguridad Pública que acuden en apoyo cuando se instalan “retenes de revisión”, que regularmente sólo sirven para extorsionar. Hace unos días se difundió un video que muestra el abuso contra personas a quienes agentes viales marcaron alto en Tejería, en el municipio de Veracruz; el automovilista explicaba algo a un policía y en un descuido éste lo tomó del brazo doblándolo hacia la espalda, llegó otro más y con su casco puesto golpeó en la cabeza al conductor que, más tarde, en esa grabación denunció que su esposa también recibió el mismo maltrato. ¿Qué pasa en esas corporaciones? Anteriormente, en los gobiernos anteriores le llamaban “Año de Hidalgo”, denominado así por llevarse todo lo posible en el último tramo del gobierno, en este caso, los municipios que ya entregan administraciones, cosa no solamente era privativa del PRI, también del PAN y ahora de Morena. Dato curioso es que en el puerto de Veracruz esos “filtros de revisión”, u “operativos”, se suspendieron dos semanas antes de las elecciones del pasado 6 de junio, y una vez que éstas pasaron, dos o tres días después volvieron a reactivarlos con mayor intensidad. Estos se colocan en vías de intensa circulación vehicular con conos a lo largo de unos 20 metros en el carril lateral, y a media calle, hay agentes que aleatoriamente van señalando qué vehículos deben hacer alto; adelante, para disuadir que el automovilista intente evadir esos retenes, hay una o dos patrullas policiacas o de la Guardia Nacional con elementos que portan armas largas y elementos de Tránsito en motocicletas. Son, a todas luces, acciones ilegales que rayan en lo delictivo, en nombre de la ley. Son acciones parecidas las que se realizan en los cruces de poblaciones como Cardel, Medellín, Boca del Río, San Andrés Tuxtla, y agréguese los municipios veracruzanos que se quiera. Debe ser un negocio muy lucrativo para que alcaldes, directores municipales, delegados o titulares de áreas del gobierno del estado no quieran darse cuenta de esos abusos que están cometiéndose, vaya, ni las Contralorías proceden a tomar cartas en el asunto.

Ayer, por cierto en el municipio jarocho, un cafre de los muchos que operan autobuses urbanos de pasajeros atropelló y mató a un adulto mayor en la zona centro.

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opedro2006@gmail.com

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