/ lunes 18 de julio de 2022

Son un búmeran las sanciones contra Rusia

¿Qué es lo que realmente ha disparado la inflación en México y en el mundo? La inmensa mayoría de mis lectores y radioescuchas afirmaría, a botepronto, que la invasión que Rusia realiza a Ucrania, es decir, la guerra en aquella parte del planeta.

Pero analizados a conciencia todos los factores, afirmo que son las sanciones que los países encabezados por los Estados Unidos le están aplicando a esa nación.

Partamos por lo primero, por explicarnos cómo los ingresos de los trabajadores manuales e intelectuales, están perdiendo la batalla contra los precios de las mercancías en todos los continentes.

En los Estados Unidos la inflación ya se ubica en 9.1 por ciento anual (el mayor nivel desde 1981), en Europa 8.6 por ciento, y aquí en México, los precios han subido casi 8 por ciento (7.99), lo que ha generado que las masas sociales estén saliendo a manifestarse en las plazas públicas, en prácticamente todos los países, industrializados o no, para protestar por la pérdida de su poder adquisitivo.

¿A que se debe? A las sanciones económicas-comerciales que varias naciones le han aplicado a Rusia por la invasión a Ucrania, que van desde cerrar la llave a todo el sistema de intercambio financiero con la patria de Lenin, hasta la de tratar de ahogarlo no vendiéndole ni comprándole nada de mercancías-satisfactores.

Lo que no previeron los jefes de Estado de los países sancionadores, es que Rusia tenía un as bajo la manga llamada >combustibles<, y que mucho antes de que Vladímir Putin decretara el inicio de la guerra, ya había negociado con la primera economía en crecimiento del mundo (China) que no se uniera al boicot y le siguiera comprando su petróleo y gas, así como la India, Turquía, y diversas naciones de África y Oriente Medio, incluyendo Arabia Saudita, quienes inclusive le están comprando más que antes de la invasión.

Esa medida de las naciones sancionadoras, a las mercancías rusas (petróleo y gas primordialmente), hicieron que los precios del oro negro se triplicaran, al pasar de 35-40 dólares el barril de petróleo antes de la guerra, a más de 100 dólares hoy, y por consecuencia, el de las gasolinas y diésel, que tan solo en los Estados Unidos ha subido de 2.7 dólares que valía el galón antes de la invasión, a más de 5 hoy, lo que ha desencadenado la elevación de los precios de los bienes de consumo primarios e intermedios, primordialmente los comestibles.

Este efecto económico ha logrado causar más daño a las poblaciones tanto de los países sancionadores como de los que no, porque los que están sufriendo son las masas asalariadas, que han tenido que limitar su consumo de alimentos, mientras que la moneda rusa -el rublo- se ha revaluado, inclusive.

La clave fue, desde luego, que la principal economía en desarrollo >China<, no se sumó a las sanciones y cierre de sus fronteras a los productos-mercancías rusas, quienes previendo, además, que la guerra va para largo, los alcanzará el crudo invierno, que en toda Europa y Asia disponen de temperaturas menores a los -10 grados Celsius y que, si no tienen fluido de gas ruso para esas fechas, la población total: ricos, clases medias y pobres, sufrirán consecuencias fatales, dispuso su gobierno (al igual que otra naciones arriba citadas, incluyendo Arabia Saudita que necesita fueloil para generar energía), que aumentaran las compras a Rusia con contratos de largo plazo, lo que le da fortaleza económica a Rusia, mientras en cambio, la inflación galopa en la inmensa mayoría de las naciones del mundo.

Las naciones sancionadoras pasaron a ser naciones generadoras de inflación, lesionando el bienestar de sus poblaciones, primordialmente las clases medias y pobres, que son las más perjudicadas con ese fenómeno económico, resultando “su remedio, peor que la enfermedad”.

correo: plazacaracol@hotmail.com

twitter: HELÍHERRERA.es

plazacaracol@hotmail.com

twitter: HELÍHERRERA.es

¿Qué es lo que realmente ha disparado la inflación en México y en el mundo? La inmensa mayoría de mis lectores y radioescuchas afirmaría, a botepronto, que la invasión que Rusia realiza a Ucrania, es decir, la guerra en aquella parte del planeta.

Pero analizados a conciencia todos los factores, afirmo que son las sanciones que los países encabezados por los Estados Unidos le están aplicando a esa nación.

Partamos por lo primero, por explicarnos cómo los ingresos de los trabajadores manuales e intelectuales, están perdiendo la batalla contra los precios de las mercancías en todos los continentes.

En los Estados Unidos la inflación ya se ubica en 9.1 por ciento anual (el mayor nivel desde 1981), en Europa 8.6 por ciento, y aquí en México, los precios han subido casi 8 por ciento (7.99), lo que ha generado que las masas sociales estén saliendo a manifestarse en las plazas públicas, en prácticamente todos los países, industrializados o no, para protestar por la pérdida de su poder adquisitivo.

¿A que se debe? A las sanciones económicas-comerciales que varias naciones le han aplicado a Rusia por la invasión a Ucrania, que van desde cerrar la llave a todo el sistema de intercambio financiero con la patria de Lenin, hasta la de tratar de ahogarlo no vendiéndole ni comprándole nada de mercancías-satisfactores.

Lo que no previeron los jefes de Estado de los países sancionadores, es que Rusia tenía un as bajo la manga llamada >combustibles<, y que mucho antes de que Vladímir Putin decretara el inicio de la guerra, ya había negociado con la primera economía en crecimiento del mundo (China) que no se uniera al boicot y le siguiera comprando su petróleo y gas, así como la India, Turquía, y diversas naciones de África y Oriente Medio, incluyendo Arabia Saudita, quienes inclusive le están comprando más que antes de la invasión.

Esa medida de las naciones sancionadoras, a las mercancías rusas (petróleo y gas primordialmente), hicieron que los precios del oro negro se triplicaran, al pasar de 35-40 dólares el barril de petróleo antes de la guerra, a más de 100 dólares hoy, y por consecuencia, el de las gasolinas y diésel, que tan solo en los Estados Unidos ha subido de 2.7 dólares que valía el galón antes de la invasión, a más de 5 hoy, lo que ha desencadenado la elevación de los precios de los bienes de consumo primarios e intermedios, primordialmente los comestibles.

Este efecto económico ha logrado causar más daño a las poblaciones tanto de los países sancionadores como de los que no, porque los que están sufriendo son las masas asalariadas, que han tenido que limitar su consumo de alimentos, mientras que la moneda rusa -el rublo- se ha revaluado, inclusive.

La clave fue, desde luego, que la principal economía en desarrollo >China<, no se sumó a las sanciones y cierre de sus fronteras a los productos-mercancías rusas, quienes previendo, además, que la guerra va para largo, los alcanzará el crudo invierno, que en toda Europa y Asia disponen de temperaturas menores a los -10 grados Celsius y que, si no tienen fluido de gas ruso para esas fechas, la población total: ricos, clases medias y pobres, sufrirán consecuencias fatales, dispuso su gobierno (al igual que otra naciones arriba citadas, incluyendo Arabia Saudita que necesita fueloil para generar energía), que aumentaran las compras a Rusia con contratos de largo plazo, lo que le da fortaleza económica a Rusia, mientras en cambio, la inflación galopa en la inmensa mayoría de las naciones del mundo.

Las naciones sancionadoras pasaron a ser naciones generadoras de inflación, lesionando el bienestar de sus poblaciones, primordialmente las clases medias y pobres, que son las más perjudicadas con ese fenómeno económico, resultando “su remedio, peor que la enfermedad”.

correo: plazacaracol@hotmail.com

twitter: HELÍHERRERA.es

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