/ miércoles 26 de agosto de 2020

Tatatila: ejemplo de crisis

La crisis económica generada por la pandemia del coronavirus en el país y en el estado ha llevado a que empresarios y productores busquen alternativas de solución para generar recursos.

Como se ha mencionado de manera reiterada, decenas o cientos de negocios familiares quebraron por el cierre tan extenso determinado por las autoridades sanitarias federales para evitar contagios de Covid-19, pero también por la falta de incentivos fiscales para mantenerse a flote.

Ante la necesidad de las familias por allegarse dinero para pagar deudas, servicios y alimentos, muchos tomaron medidas desesperadas. Un caso que muestra esta situación es la de los productores de higo del municipio de Tatatila.

Las restricciones sanitarias provocaron que no pudieran sacar el fruto y aproximadamente el 70% de la producción se echó a perder.

Resultaba más caro contratar cortadores, así como transporte y además, varias compras fueron canceladas, lo que incidió en el negro panorama que impera en todo el territorio veracruzano.

Ante la falta de acciones por parte de las autoridades, la sociedad civil se organizó junto con la iglesia para intentar ofertar el producto.

A pesar de que existía temor por parte de los productores en el sentido de que no vendieran el higo, se arriesgaron y acudieron a Xalapa.

La promoción por redes sociales funcionó muy bien, pues la respuesta de la población fue total.

Se instalaron en la Prolongación Villahermosa, a un costado de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana y la fila de personas llegaba a la iglesia de la Resurrección del Señor.

El kilogramo de higo normalmente se vende en 30 pesos y mucho más en centros comerciales, pero lo ofertaron en 10 pesos, lo que resultó en un muy buen negocio para quienes lo compraron.

Los productores no pensaron que se vendieran las dos toneladas que trajeron; sin embargo, hubo quienes se llevaron hasta 50 kilos.

Desde temprana hora llegó gente de los municipios de Xico, Coatepec, Teocelo, Misantla y el puerto de Veracruz.

El hecho muestra que cuando las autoridades de los tres niveles de gobierno se ven rebasadas y no saben qué hacer, ya sea por desconocimiento, inexperiencia o desinterés, los ciudadanos se organizan, trabajan en conjunto y salen adelante de los problemas que los aquejan, como el económico que prevalece en todo el país.

No obstante, es responsabilidad de las administraciones atender y responder a las diversas demandas de la población.

Los productores de higo de Tatatila y la población dieron un gran ejemplo de lo que se puede lograr si se trabaja en unidad, con el único interés de apoyarse mutuamente.

Los políticos deberían tomarlo en cuenta y no sólo apoyar a los productores veracruzanos previo a los procesos electorales.

La crisis económica generada por la pandemia del coronavirus en el país y en el estado ha llevado a que empresarios y productores busquen alternativas de solución para generar recursos.

Como se ha mencionado de manera reiterada, decenas o cientos de negocios familiares quebraron por el cierre tan extenso determinado por las autoridades sanitarias federales para evitar contagios de Covid-19, pero también por la falta de incentivos fiscales para mantenerse a flote.

Ante la necesidad de las familias por allegarse dinero para pagar deudas, servicios y alimentos, muchos tomaron medidas desesperadas. Un caso que muestra esta situación es la de los productores de higo del municipio de Tatatila.

Las restricciones sanitarias provocaron que no pudieran sacar el fruto y aproximadamente el 70% de la producción se echó a perder.

Resultaba más caro contratar cortadores, así como transporte y además, varias compras fueron canceladas, lo que incidió en el negro panorama que impera en todo el territorio veracruzano.

Ante la falta de acciones por parte de las autoridades, la sociedad civil se organizó junto con la iglesia para intentar ofertar el producto.

A pesar de que existía temor por parte de los productores en el sentido de que no vendieran el higo, se arriesgaron y acudieron a Xalapa.

La promoción por redes sociales funcionó muy bien, pues la respuesta de la población fue total.

Se instalaron en la Prolongación Villahermosa, a un costado de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana y la fila de personas llegaba a la iglesia de la Resurrección del Señor.

El kilogramo de higo normalmente se vende en 30 pesos y mucho más en centros comerciales, pero lo ofertaron en 10 pesos, lo que resultó en un muy buen negocio para quienes lo compraron.

Los productores no pensaron que se vendieran las dos toneladas que trajeron; sin embargo, hubo quienes se llevaron hasta 50 kilos.

Desde temprana hora llegó gente de los municipios de Xico, Coatepec, Teocelo, Misantla y el puerto de Veracruz.

El hecho muestra que cuando las autoridades de los tres niveles de gobierno se ven rebasadas y no saben qué hacer, ya sea por desconocimiento, inexperiencia o desinterés, los ciudadanos se organizan, trabajan en conjunto y salen adelante de los problemas que los aquejan, como el económico que prevalece en todo el país.

No obstante, es responsabilidad de las administraciones atender y responder a las diversas demandas de la población.

Los productores de higo de Tatatila y la población dieron un gran ejemplo de lo que se puede lograr si se trabaja en unidad, con el único interés de apoyarse mutuamente.

Los políticos deberían tomarlo en cuenta y no sólo apoyar a los productores veracruzanos previo a los procesos electorales.