/ miércoles 12 de agosto de 2020

Un bufón en la alcaldía

El alcalde de Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps, se sumó a la ola de burlas al senador Samuel García, quien subió a la red social tik tok un video que fue descalificado en redes sociales por su evidente contenido machista y misógino.

El senador aparece en dicha red social, que se enfoca en videos cortos para consumo de niños y adolescentes, con su esposa, Mariana Rodríguez, a quien reprime por “enseñar” la pierna.

Dijo el legislador del Movimiento Ciudadano algo así como “me casé contigo para mí, no para que andes enseñando”.

En redes, con justificada razón, hicieron pedazos a Samuel García, quien aspira a la gubernatura de Nuevo León.

El senador no sólo recibió críticas por sus expresiones hacia su esposa, sino que fue objeto de escarnio y mofa.

Entre los muchos videos que circularon sobre el hecho llamó la atención uno del alcalde de Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps Espino Barros, quien en su tik tok realiza una parodia: aparece en el lugar de la esposa del senador, muestra su rodilla y empata su imagen a la voz de la mujer.

¿Es criticable que una autoridad municipal, que en teoría tendría que proyectar una imagen de seriedad y respeto al cargo que ocupa, se preste a participar en un juego con el rol de bufón?

Probablemente no; de hecho, habrá quien piense que Polo Deschamps hace bien en evitar toda solemnidad.

Sin embargo, el edil veracruzano, que hoy se recupera satisfactoriamente de un cuadro de Covid-19, haría bien en pensar que la gente de Medellín no votó por un payaso, sino por un gobernante, alguien no sólo que maneje el presupuesto municipal, sino que represente al municipio.

Lamentablemente, el alcalde se ha caracterizado más por aparecer en videos cortos de tik tok que por un trabajo destacado en el ayuntamiento.

Medellín de Bravo enfrenta problemas de seguridad, de falta de obra y de salud pública; tiene 236 casos confirmados de coronavirus, entre ellos el suyo propio, así como 31 defunciones; ante un escenario tan lamentable, preocupante, no se sabe en qué abona que la autoridad municipal esté ausente a la hora de gobernar y sólo aparezca para lanzar a la red alguna bufonada.

Es cierto que la gente de la zona conurbada se caracteriza por su alegría; sin embargo, que se recuerde este es el primer alcalde que hace de su gestión un circo.

Éste es el eslabón más reciente de una larga cadena de escándalos del alcalde, a quien se recuerda por aparecer bailando en su domicilio, como si la pandemia fuera imaginaria; es el mismo edil que hace unos meses se fue a España, con séquito incluido, para “hermanar” a su municipio con Medellín, Badajoz, en la región de Extremadura.

Lamentablemente, mientras 31 familias de Medellín de Bravo están de luto por la pandemia, el alcalde trivializa su cargo y su responsabilidad y parece que ya no sabe si es la autoridad, un influencer de redes sociales o un payaso de circo.

El alcalde de Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps, se sumó a la ola de burlas al senador Samuel García, quien subió a la red social tik tok un video que fue descalificado en redes sociales por su evidente contenido machista y misógino.

El senador aparece en dicha red social, que se enfoca en videos cortos para consumo de niños y adolescentes, con su esposa, Mariana Rodríguez, a quien reprime por “enseñar” la pierna.

Dijo el legislador del Movimiento Ciudadano algo así como “me casé contigo para mí, no para que andes enseñando”.

En redes, con justificada razón, hicieron pedazos a Samuel García, quien aspira a la gubernatura de Nuevo León.

El senador no sólo recibió críticas por sus expresiones hacia su esposa, sino que fue objeto de escarnio y mofa.

Entre los muchos videos que circularon sobre el hecho llamó la atención uno del alcalde de Medellín de Bravo, Hipólito Deschamps Espino Barros, quien en su tik tok realiza una parodia: aparece en el lugar de la esposa del senador, muestra su rodilla y empata su imagen a la voz de la mujer.

¿Es criticable que una autoridad municipal, que en teoría tendría que proyectar una imagen de seriedad y respeto al cargo que ocupa, se preste a participar en un juego con el rol de bufón?

Probablemente no; de hecho, habrá quien piense que Polo Deschamps hace bien en evitar toda solemnidad.

Sin embargo, el edil veracruzano, que hoy se recupera satisfactoriamente de un cuadro de Covid-19, haría bien en pensar que la gente de Medellín no votó por un payaso, sino por un gobernante, alguien no sólo que maneje el presupuesto municipal, sino que represente al municipio.

Lamentablemente, el alcalde se ha caracterizado más por aparecer en videos cortos de tik tok que por un trabajo destacado en el ayuntamiento.

Medellín de Bravo enfrenta problemas de seguridad, de falta de obra y de salud pública; tiene 236 casos confirmados de coronavirus, entre ellos el suyo propio, así como 31 defunciones; ante un escenario tan lamentable, preocupante, no se sabe en qué abona que la autoridad municipal esté ausente a la hora de gobernar y sólo aparezca para lanzar a la red alguna bufonada.

Es cierto que la gente de la zona conurbada se caracteriza por su alegría; sin embargo, que se recuerde este es el primer alcalde que hace de su gestión un circo.

Éste es el eslabón más reciente de una larga cadena de escándalos del alcalde, a quien se recuerda por aparecer bailando en su domicilio, como si la pandemia fuera imaginaria; es el mismo edil que hace unos meses se fue a España, con séquito incluido, para “hermanar” a su municipio con Medellín, Badajoz, en la región de Extremadura.

Lamentablemente, mientras 31 familias de Medellín de Bravo están de luto por la pandemia, el alcalde trivializa su cargo y su responsabilidad y parece que ya no sabe si es la autoridad, un influencer de redes sociales o un payaso de circo.