/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Una férrea defensa del presupuesto 2021

El Presupuesto de Egresos 2021 nos plantea a las y los diputados federales una doble complejidad extraordinaria: dar respuesta puntual a las demandas de todos los sectores del país y seguir atendiendo, de manera eficiente, los problemas ocasionados por la contingencia del Covid-19. Así, estamos obligados a trabajar en dos vías: fortalecer la inversión pública, estímulos fiscales a empresarios, programas de reactivación económica, una etiqueta al ingreso único vital y programas que realmente atiendan a las mujeres, así como un gasto de por lo menos el 6.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en salud para atender la pandemia y garantizar la vacuna del Covid para todos.

Cada peso de los 6.3 billones –en números redondos- presupuestados para el próximo año, tienen que ser destinados a lo que realmente le importa a las familias, pero desafortunadamente la propuesta planteada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) solo contempla 1.2 billones de pesos para el desarrollo económico, a pesar de que más de un millón de personas han perdido su empleo en los últimos meses y ante la amenaza de que 12 millones de mexicanos caerán en la pobreza.

A pesar de que la crisis económica se resiente todos los días en la mayoría de los hogares, el gobierno federal morenista se empecina en proyectar que las cosas van bien, un escenario muy distante al que padecemos. De ahí que se estima que la caída del PIB para este año sea de 8 por ciento, aún y cuando todos los analistas la proyectan superior al 10 por ciento. También Morena, en un exceso de optimismo, prevé un crecimiento de la economía de 4.6 por ciento, cuando el promedio del mercado está en 3.5, o que la meta de producción petrolera será de mil 857 millones de barriles diarios, lo cual es prácticamente inalcanzable.

Así, la complejidad de sus variables alegres es que implica una sobreestimación de los ingresos del gobierno federal y de las entidades federativas, al considerar 144 mil millones de pesos que no existen y, sin guardaditos, como bien dijo el secretario de Hacienda, es mucho más difícil.

Sin ánimo de ser ave de mal agüero, el panorama económico para nuestro Veracruz es bastante negativo, por una considerable reducción de participaciones, casi 2 mil millones de pesos menos, que harán que los municipios se vean aún más apretados de lo que ya están. Malas noticias, en verdad.

Si nos referimos específicamente a la infraestructura carretera, el año pasado en la discusión del PEF presenté reservas, ya que retrocedíamos 13 años en inversión en el Ramo 09. Desafortunadamente, para 2021 solo le destinan poco más de 31 mil 374 millones de pesos. Se trata de una inversión mínima en décadas, 22 por ciento menos que el año pasado, un poco más de 40 mil pesos para cada kilómetro de la red de vías de comunicación en el país, cuando la media a invertir es de 1.5 millones por km.

Para Veracruz, según el apartado de programas o proyectos de inversión del Ramo 09, están etiquetados 879 millones de pesos en 4 carreteras (Acayucan-La Ventosa, Chontalpa-Las Choapas-Ocozocuautla, camino a Zontecomatlán-Xoxocapa y Minatitlán-Hidalgotitlán), y el acceso al puerto de Veracruz en el Ramo 09 con 117.9 millones de pesos. ¿Y el resto de nuestras carreteras? Olvidadas.

Y en este proyecto de presupuesto 2021, nosotras las mujeres estamos cada vez más desplazadas; la muestra clara es que los recursos para atender nuestra salud, el Inmujeres, que promueve y da seguimiento de las políticas públicas de género y las instituciones cuyo objetivo es erradicar la violencia contra nosotras, en conjunto tienen una disminución del 5 por ciento en comparación con 2020 y 9 por ciento respecto a 2018.

Por eso se debe aprobar la Ley de Ingresos, en donde el Grupo Parlamentario del PRI (GPPRI), del cual soy vicecoordinadora, estamos alzando la voz, gestionando y cabildeando para que sea un presupuesto real, con variables sensatas, que se adecue a las necesidades de los millones sin ingreso, de los millones de víctimas de la inseguridad y de un país que se derrumba ante nuestros ojos.

En la discusión del PEF 2020, lo dije y lo sigo sosteniendo: Morena y el gobierno, ante un escenario político idóneo para hacer las cosas no solo bien, sino mejor, se resume en lo siguiente: “Tanto poder para no poder”.

Diputada federal del PRI

@AniluIngram

El Presupuesto de Egresos 2021 nos plantea a las y los diputados federales una doble complejidad extraordinaria: dar respuesta puntual a las demandas de todos los sectores del país y seguir atendiendo, de manera eficiente, los problemas ocasionados por la contingencia del Covid-19. Así, estamos obligados a trabajar en dos vías: fortalecer la inversión pública, estímulos fiscales a empresarios, programas de reactivación económica, una etiqueta al ingreso único vital y programas que realmente atiendan a las mujeres, así como un gasto de por lo menos el 6.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en salud para atender la pandemia y garantizar la vacuna del Covid para todos.

Cada peso de los 6.3 billones –en números redondos- presupuestados para el próximo año, tienen que ser destinados a lo que realmente le importa a las familias, pero desafortunadamente la propuesta planteada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) solo contempla 1.2 billones de pesos para el desarrollo económico, a pesar de que más de un millón de personas han perdido su empleo en los últimos meses y ante la amenaza de que 12 millones de mexicanos caerán en la pobreza.

A pesar de que la crisis económica se resiente todos los días en la mayoría de los hogares, el gobierno federal morenista se empecina en proyectar que las cosas van bien, un escenario muy distante al que padecemos. De ahí que se estima que la caída del PIB para este año sea de 8 por ciento, aún y cuando todos los analistas la proyectan superior al 10 por ciento. También Morena, en un exceso de optimismo, prevé un crecimiento de la economía de 4.6 por ciento, cuando el promedio del mercado está en 3.5, o que la meta de producción petrolera será de mil 857 millones de barriles diarios, lo cual es prácticamente inalcanzable.

Así, la complejidad de sus variables alegres es que implica una sobreestimación de los ingresos del gobierno federal y de las entidades federativas, al considerar 144 mil millones de pesos que no existen y, sin guardaditos, como bien dijo el secretario de Hacienda, es mucho más difícil.

Sin ánimo de ser ave de mal agüero, el panorama económico para nuestro Veracruz es bastante negativo, por una considerable reducción de participaciones, casi 2 mil millones de pesos menos, que harán que los municipios se vean aún más apretados de lo que ya están. Malas noticias, en verdad.

Si nos referimos específicamente a la infraestructura carretera, el año pasado en la discusión del PEF presenté reservas, ya que retrocedíamos 13 años en inversión en el Ramo 09. Desafortunadamente, para 2021 solo le destinan poco más de 31 mil 374 millones de pesos. Se trata de una inversión mínima en décadas, 22 por ciento menos que el año pasado, un poco más de 40 mil pesos para cada kilómetro de la red de vías de comunicación en el país, cuando la media a invertir es de 1.5 millones por km.

Para Veracruz, según el apartado de programas o proyectos de inversión del Ramo 09, están etiquetados 879 millones de pesos en 4 carreteras (Acayucan-La Ventosa, Chontalpa-Las Choapas-Ocozocuautla, camino a Zontecomatlán-Xoxocapa y Minatitlán-Hidalgotitlán), y el acceso al puerto de Veracruz en el Ramo 09 con 117.9 millones de pesos. ¿Y el resto de nuestras carreteras? Olvidadas.

Y en este proyecto de presupuesto 2021, nosotras las mujeres estamos cada vez más desplazadas; la muestra clara es que los recursos para atender nuestra salud, el Inmujeres, que promueve y da seguimiento de las políticas públicas de género y las instituciones cuyo objetivo es erradicar la violencia contra nosotras, en conjunto tienen una disminución del 5 por ciento en comparación con 2020 y 9 por ciento respecto a 2018.

Por eso se debe aprobar la Ley de Ingresos, en donde el Grupo Parlamentario del PRI (GPPRI), del cual soy vicecoordinadora, estamos alzando la voz, gestionando y cabildeando para que sea un presupuesto real, con variables sensatas, que se adecue a las necesidades de los millones sin ingreso, de los millones de víctimas de la inseguridad y de un país que se derrumba ante nuestros ojos.

En la discusión del PEF 2020, lo dije y lo sigo sosteniendo: Morena y el gobierno, ante un escenario político idóneo para hacer las cosas no solo bien, sino mejor, se resume en lo siguiente: “Tanto poder para no poder”.

Diputada federal del PRI

@AniluIngram

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