/ martes 8 de septiembre de 2020

Va otra tunda para Cuitláhuac

Sin duda una buena gestión o buenos gobiernos, por lo regular reciben la aprobación de los ciudadanos y se ratifica con votos para los candidatos de ese mismo partido...

Aunque no sean los mejores, sobre todo si se trata de elegir alcaldes, incluso gobernador y diputados. En cambio, si hay incumplimiento, o peor aún, si los funcionarios adquieren etiqueta de soberbios o corruptos, reciben un voto de castigo, aún teniendo la mejor estrategia electoral o de mercadotecnia, seguro van a perder.

Para ganar, también influye mucho evitar las zancadillas y mantener la unidad interna, lo cual no es común en los partidos políticos, sobre todo en los que alcanzan el poder.

Le pasó al PRI, que por 70 años gobernó sin contrapesos en México por el control que hubo desde lo más alto del poder y la disciplina de sus militantes; le tocó al PAN que logró sacarlo de Palacio Nacional, sólo dos sexenios, y el tricolor volvió a recuperarlo, aunque por su mal gobierno y escándalos de corrupción, entregó en 2018 la estafeta a Morena, cuyo candidato, hoy es Presidente, al capitalizar políticamente el enojo popular. Los nuevos inquilinos de la Presidencia, con mayoría en el Congreso de la Unión y varias gubernaturas, tienen el próximo año el primer examen ciudadano, y por lo que se observa, no esperan buenas noticias.

Un indicio de esto es el canibalismo que se presenta en el partido en el poder y dentro los grupos políticos que existen en este. Valga un ejemplo:

Hace mes y medio, el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada morenista en la Cámara Alta, dijo que el presidente de la República no ha observado el mal desempeño del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, su “mal gobierno”, y por lo cual Morena enfrentará dificultades para ratificar el triunfo electoral en 2021.

En la misma clasificación agregó a Miguel Barbosa Huerta y a Cuauhtémoc Blanco Bravo, lastres de Morena, los llamó.

Esos señalamientos tienen peso y razón y no cayeron nada bien en los palacios de gobierno de Veracruz, Puebla y Morelos, pero no hubo respuesta de ellos, prefirieron callarse para no hacer olas. Ahora, desde ese mismo lugar, el Senado, le mandaron otro mensaje al ingeniero García, en voz de Germán Martínez Cázares, también senador de Morena y exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social al inicio del actual gobierno federal, con la observación de fallas del gobernante veracruzano.

“Hay que tener gobiernos correctos, hay desfiguros en Morelos, en Veracruz, (esa es) la verdad”, expresó el michoacano, refiriéndose a las causas de un complicado escenario para ese partido frente al proceso electoral del próximo año. “Hay un claro horizonte y sentido social del gobierno (de la República); (pero) ha faltado eficacia en la ejecución de las políticas públicas”, planteó el senador Martínez.

“(No hay) ética de la eficacia (de) muchos colaboradores (del presidente)… hay que correr a muchos, y debe ponerse orden en el partido, tener buenos candidatos, no poner a corruptos”.

Sin duda una buena gestión o buenos gobiernos, por lo regular reciben la aprobación de los ciudadanos y se ratifica con votos para los candidatos de ese mismo partido...

Aunque no sean los mejores, sobre todo si se trata de elegir alcaldes, incluso gobernador y diputados. En cambio, si hay incumplimiento, o peor aún, si los funcionarios adquieren etiqueta de soberbios o corruptos, reciben un voto de castigo, aún teniendo la mejor estrategia electoral o de mercadotecnia, seguro van a perder.

Para ganar, también influye mucho evitar las zancadillas y mantener la unidad interna, lo cual no es común en los partidos políticos, sobre todo en los que alcanzan el poder.

Le pasó al PRI, que por 70 años gobernó sin contrapesos en México por el control que hubo desde lo más alto del poder y la disciplina de sus militantes; le tocó al PAN que logró sacarlo de Palacio Nacional, sólo dos sexenios, y el tricolor volvió a recuperarlo, aunque por su mal gobierno y escándalos de corrupción, entregó en 2018 la estafeta a Morena, cuyo candidato, hoy es Presidente, al capitalizar políticamente el enojo popular. Los nuevos inquilinos de la Presidencia, con mayoría en el Congreso de la Unión y varias gubernaturas, tienen el próximo año el primer examen ciudadano, y por lo que se observa, no esperan buenas noticias.

Un indicio de esto es el canibalismo que se presenta en el partido en el poder y dentro los grupos políticos que existen en este. Valga un ejemplo:

Hace mes y medio, el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada morenista en la Cámara Alta, dijo que el presidente de la República no ha observado el mal desempeño del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, su “mal gobierno”, y por lo cual Morena enfrentará dificultades para ratificar el triunfo electoral en 2021.

En la misma clasificación agregó a Miguel Barbosa Huerta y a Cuauhtémoc Blanco Bravo, lastres de Morena, los llamó.

Esos señalamientos tienen peso y razón y no cayeron nada bien en los palacios de gobierno de Veracruz, Puebla y Morelos, pero no hubo respuesta de ellos, prefirieron callarse para no hacer olas. Ahora, desde ese mismo lugar, el Senado, le mandaron otro mensaje al ingeniero García, en voz de Germán Martínez Cázares, también senador de Morena y exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social al inicio del actual gobierno federal, con la observación de fallas del gobernante veracruzano.

“Hay que tener gobiernos correctos, hay desfiguros en Morelos, en Veracruz, (esa es) la verdad”, expresó el michoacano, refiriéndose a las causas de un complicado escenario para ese partido frente al proceso electoral del próximo año. “Hay un claro horizonte y sentido social del gobierno (de la República); (pero) ha faltado eficacia en la ejecución de las políticas públicas”, planteó el senador Martínez.

“(No hay) ética de la eficacia (de) muchos colaboradores (del presidente)… hay que correr a muchos, y debe ponerse orden en el partido, tener buenos candidatos, no poner a corruptos”.