/ martes 9 de junio de 2020

¿Qué era y quienes integraban la generación de La Ruptura?

Los artistas más jóvenes no querían obedecer a los viejos ni seguir sus cánones

En los años 50, México quería sacudirse los vestigios revolucionarios. Ya nadie quería vivir en el país del sombrero y los caudillos. El presidente Miguel Alemán —el famoso Cachorro de la Revolución— traía consigo aires modernizadores que se tradujeron en promesas de estabilidad económica y prosperidad para la naciente clase media. Era una nación renovada: las familias bebían Coca-Cola, los jóvenes bailaban rocanrol y los comerciales radiofónicos anunciaban productos que, hasta hace pocos años, sólo era posible conseguir con el vecino del norte. México comenzaba a abrir sus ventanas.

En el mundo del arte la cosa no era muy distinta. Los artistas más jóvenes no querían obedecer a los viejos ni seguir sus cánones. El Muralismo de Diego Rivera, José Clemente Orozco o David Alfaro Siqueiros —los grandes portentos que había dejado la Revolución— les parecía obsoleto, chovinista y monótono. ¿Para qué pintar la lucha revolucionaria si ésta ya había terminado hace una década? ¿Para qué pintar indígenas entre alcatraces cuando en la vida real seguían siendo segregados culturalmente? ¿Por qué hablar de política en los lienzos? ¿Por qué toda obra debe ser monumental, digna de colocarse en edificios de gobierno o plazas públicas?

Esas fueron algunas de las preguntas que se formularon los artistas de la Generación de la Ruptura, uno de cuyos máximos representantes, Manuel Felguérez, murió ayer a los 91 años. Conocer el pensamiento de su camada resulta vital para comprender su relevancia en la plástica iberoamericana. Porque Felguérez fue un transgresor desde sus primeros años como alumno de Ossip Zadkine, el gran cubista con quien descubrió, en París, que la pintura también tenía mucho de arquitectura y escultura. Por eso gran parte de la obra de Felguérez es tridimensional.

La Ruptura miró hacia afuera, allá donde el Muralismo era visto como una oda ideológica a derrocar. Y fue así como Felguérez tomó el acero, el ónix y el mármol para forjar una obra que desafió superficies y gestos; cuerpos y escrituras veladas, según Cuauhtémoc Medina, curador del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).

Aunque la Generación de la Ruptura fue un mote nunca aceptado del todo entre los artistas que la conformaron —e impuesto por la gran crítica de arte, Raquel Tibol—, se considera miembros de esta oleada a Manuel Felguérez, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Pedro Coronel, Alberto Gironella, Fernando García Ponce, Beatriz Zamora, Arnaldo Coen, Juan Soriano y Roger Von Guten. De todos ellos, sólo viven Vicente Rojo y Arnaldo Coen.

En los años 50, México quería sacudirse los vestigios revolucionarios. Ya nadie quería vivir en el país del sombrero y los caudillos. El presidente Miguel Alemán —el famoso Cachorro de la Revolución— traía consigo aires modernizadores que se tradujeron en promesas de estabilidad económica y prosperidad para la naciente clase media. Era una nación renovada: las familias bebían Coca-Cola, los jóvenes bailaban rocanrol y los comerciales radiofónicos anunciaban productos que, hasta hace pocos años, sólo era posible conseguir con el vecino del norte. México comenzaba a abrir sus ventanas.

En el mundo del arte la cosa no era muy distinta. Los artistas más jóvenes no querían obedecer a los viejos ni seguir sus cánones. El Muralismo de Diego Rivera, José Clemente Orozco o David Alfaro Siqueiros —los grandes portentos que había dejado la Revolución— les parecía obsoleto, chovinista y monótono. ¿Para qué pintar la lucha revolucionaria si ésta ya había terminado hace una década? ¿Para qué pintar indígenas entre alcatraces cuando en la vida real seguían siendo segregados culturalmente? ¿Por qué hablar de política en los lienzos? ¿Por qué toda obra debe ser monumental, digna de colocarse en edificios de gobierno o plazas públicas?

Esas fueron algunas de las preguntas que se formularon los artistas de la Generación de la Ruptura, uno de cuyos máximos representantes, Manuel Felguérez, murió ayer a los 91 años. Conocer el pensamiento de su camada resulta vital para comprender su relevancia en la plástica iberoamericana. Porque Felguérez fue un transgresor desde sus primeros años como alumno de Ossip Zadkine, el gran cubista con quien descubrió, en París, que la pintura también tenía mucho de arquitectura y escultura. Por eso gran parte de la obra de Felguérez es tridimensional.

La Ruptura miró hacia afuera, allá donde el Muralismo era visto como una oda ideológica a derrocar. Y fue así como Felguérez tomó el acero, el ónix y el mármol para forjar una obra que desafió superficies y gestos; cuerpos y escrituras veladas, según Cuauhtémoc Medina, curador del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).

Aunque la Generación de la Ruptura fue un mote nunca aceptado del todo entre los artistas que la conformaron —e impuesto por la gran crítica de arte, Raquel Tibol—, se considera miembros de esta oleada a Manuel Felguérez, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Pedro Coronel, Alberto Gironella, Fernando García Ponce, Beatriz Zamora, Arnaldo Coen, Juan Soriano y Roger Von Guten. De todos ellos, sólo viven Vicente Rojo y Arnaldo Coen.

Local

Por remodelación; alumnos del programa "La escuela es nuestra" entran en clases a distancia

Varios planteles educativos serán remodelados, para no poner en riesgo a los estudiantes, algunas escuelas suspendieron clases presenciales

Local

Reparación del puente de Metlac genera pérdidas económicas

Lauro Rincón Hernández, representante de la Federación Mexicoamericana de Transportistas explica por qué hay afectaciones deribado de los trabajos en el puente de Metlac

Salud

En aumento casos de VIH entres jóvenes de la zona centro de Veracruz: Sí a la Vida

Lo más preocupante ahora es que los casos de VIH se están registrando en personas jóvenes dijo Alejandro Mendoza Molina

Elecciones 2024

INE no contempla realizar debate entre candidatos a diputado federal en el distrito 16

Pues el único candidato que ingresó su solicitud para que el INE organice un debate no cumplió con todos los requerimientos básicos

Ecología

Disfruta un fin de semana en el Festival Las Cañadas de Huatusco

El Festival Las Cañadas de Huatusco es una oportunidad perfecta para todas las personas que buscan crear distintos hábitos que ayuden al cambio climático

Local

¿En crisis? Al ISSSTE en Córdoba le faltan médicos y medicamentos

La unidad médica del ISSSTE en Córdoba ha sido señalada por el desabasto de medicamentos, al que también se suma la falta de especialistas