Veracruz, Ver.- La historia de nuestro estado es de gran importancia para México, pues a este puerto llegaron grandes conquistadores pero a su vez dejaron huella con impresionante arquitectura y prueba de ello es la instalación del primer faro de América.
Instalado entre 1791 y 1796, de acuerdo con historiadores, el faro que guiaría a las embarcaciones a Veracruz se construyó en una torre sobre el Baluarte de San Pedro en la parte norponiente de la fortaleza de San Juan de Ulúa.
Este modelo de orientación llegaría de Londres y para su construcción se hizo una inversión de 100 mil pesos fue llamado “El faro de San José” y es el más antiguo de su tipo en Iberoamérica.
Durante su época como prisión, San Juan de Ulúa se convirtió en uno de los lugares más temidos en el país y algunos de sus presos fueron Fray Servando Teresa de Mier, Benito Juárez y el más recordado, Jesús Arriaga alias “Chucho el roto”, quien logró escapar más de una vez de allí.
Señala el Archivo de Concentración de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT): “Este faro funcionaba con la quema de aceite y estaba conformado por varias lámparas con corrientes de aire y reverberos fijados en los vasos de una pirámide triangular cubierta por cristales y movido por una máquina de reloj para la luz intermitente”.
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Llegó a una altura de 27 metros sobre el mar y podía verse hasta 8 leguas de distancia, mientras que para la construcción de la fortaleza de San Juan de Ulúa se utilizó un coral llamado “muca” o “múcara” debido a que en la zona no existía piedra. La isla de San Juan de Ulúa y Veracruz fueron los únicos sitios autorizados por la Corona española para realizar el comercio con Europa.
¿Qué dice la leyenda de la mulata de Córdoba?
Quizá la más famosa historia que se cuenta de estos muros es La Mulata de Córdoba; la leyenda cuenta que hace más de 200 años, vivió en esta ciudad una mujer que llamaba la atención porque a pesar de los años, no envejecía. Aunque la mayoría de los cordobeses la conocía, nadie sabía quiénes eran sus padres. Por su tez morena, le comenzaron a llamar “La Mulata”.
Su belleza era tal que los hombres se peleaban por su amor, pero ella siempre los rechazaba, lo que atribuían a que era fiel al diablo, con el que había hecho pacto.
En contraste a esto que decían algunos, se cuenta que la Mulata era una mujer amable, que asistía a misa y ayudaba a los necesitados; pese a ello no dejaban de decir que tenía poderes e incluso la capacidad de estar en dos lados al mismo tiempo y, es que aseguran que en una ocasión se le vio en Córdoba y al mismo tiempo en la Ciudad de México.
Según relatos de la gente, la Mulata fue encarcelada no por sus actos de hechicería, sino por la gran fortuna que poseía; se dice que tenía hasta 10 barriles llenos de polvo de oro.
Un día, la gente que todavía recordaba que estaba en la cárcel corrió el rumor de que había escapado de ese lugar usando sus poderes de bruja. Unos dicen que hubo quienes la vieron convertirse en ave y salir volando de la cárcel.
Otras personas decían que el mismo diablo entró a la cárcel a rescatarla, pero otros dicen que lo que en realidad sucedió fue que el encargado de cuidar el lugar quedó asombrado de un dibujo que había hecho La Mulata en la pared: Un barco.
La pintura era tan detallada, que el carcelero le dijo: “ese barco es perfecto, está listo para navegar”, y La Mulata respondió: “si eso es lo que usted quiere el barco llegará muy lejos, el guardia del lugar la miro confundido, pues se trataba solo de un dibujo hecho con un pedazo de carbón.
Ante la incrédula mirada de su carcelero, La Mulata saltó al dibujo del barco que hizo en la pared y éste empezó a avanzar hasta desaparecer.