/ martes 26 de abril de 2022

Lysol no siempre fue un spray desinfectante: así lo usaban las abuelitas

Los anuncios de este producto sugerían que “las mujeres” tenían dificultades maritales por problemas de higiene femenina

Antes de ser un producto del hogar, Lysol se comercializó como algo completamente diferente a lo que conocemos, igual extraña e impensable resultaría hoy su campaña de publicidad.

Este desinfectante fue y es muy utilizado desde que comenzó la pandemia por Covid-19, esto después de que las autoridades de salud de múltiples países recomendaran la limpieza de superficies como método para prevenir el contagio.

Mucho antes de ser un desinfectante antiséptico, el fabricante de Lysol, Lehn & Fink vendía productos de ducha vaginal, esto según los anuncios de principios y mediados del siglo XX.

Los anuncios de este producto sugerían que las mujeres tenían dificultades maritales por problemas de higiene femenina, ya que los olores genitales “femeninos” hacían huir a los maridos.

La historia se complica más, pero para contarla necesitamos retroceder un poco; el desinfectante antiséptico de la marca Lysol apareció por primera vez en 1889 como una forma de ayudar a terminar con la pandemia del cólera en Alemania.

Leer más: Ejercer la profesión en pandemia, con insumos cada vez más caros: Odontóloga

En el año 1918 la publicidad lo anunció como un medio eficaz para combatir el virus de La Gripe Española, cabe destacar que esta enfermedad también provocó una pandemia.

Esta idea de que el desinfectante Lysol curaba algunos virus, llegó a tal grado que en doce años más tarde llegó a farmacias y hospitales. En 1962, la compañía lanzó al mercado una versión en aerosol.

En la década de 1920 comenzaron a aparecer anuncios de Lysol ya como producto de higiene femenina en revistas “de mujeres”, alentando especialmente a las amas de casa a lavarse los genitales con líquido desinfectante.

“Un hombre se casa con una mujer porque la ama. Entonces, en lugar de culparlo si es que el amor conyugal comienza a enfriarse, debería cuestionarse a sí misma”, decía un anuncio.

En otro anuncio se leía “Una de las formas más efectivas de salvaguardar su delicado encanto femenino es practicar una higiene femenina completa como la proporcionada por las duchas vaginales con una preparación científicamente correcta como "Lysol'”.

Sin embargo, en el libro de 2001, Dispositivos y deseos: una historia de los anticonceptivos en Estados Unidos, la historiadora Andrea Tone explica que la higiene femenina era un eufemismo para anticoncepción.

Según lo anterior, las llamadas “duchas vaginales” eran también una forma para ejercer un control sobre la natalidad.

En los primeros anuncios de Lysol se incluían referencias negativas a olores o gérmenes que generaban los espermatozoides. Por lo tanto, mantener el cuerpo “libre de gérmenes” o conservar un “delicado atractivo femenino” significaba prevenir el embarazo.

En los hallazgos de Tone, escribe que esto era porque los métodos anticonceptivos como los condones y los diafragmas eran costosos y difíciles de adquirir.

Esto se debe, al menos en parte, a la Ley Comstock de 1873, una ley federal que calificó la información o los dispositivos anticonceptivos como "obscenos" y prohibió su distribución a través de las fronteras estatales o por correo. Veinticuatro estados aprobaron posteriormente una legislación similar para restringir aún más el acceso y la información sobre el control de la natalidad.

Como estas leyes prohibieron efectivamente la venta y la publicidad de métodos anticonceptivos, las compañías que las vendían comercializaron sus ofertas de estos productos como de higiene femenina.

En 1961, un hombre se quejó con Lehn & Fink después de que una ducha de Lysol hizo que la vagina de su esposa se ampollara y sangrara. El vicepresidente de la compañía respondió diciéndole que este informe era “el primero de este tipo registrado”.

Lehn & Fink también mintió en el contenido de sus anuncios de higiene femenina, muchos de los cuales contenían respaldos y testimonios de médicos "eminentes". Una investigación de la Asociación Médica Estadounidense encontró que estos “expertos” en realidad no existían .

Para empezar, Lysol no fue eficaz como método anticonceptivo. En su libro, Tone citó un estudio de 1933 en el centro de salud materna de Newark que encontró que casi la mitad de las 507 mujeres que usaron Lysol para el control de la natalidad terminaron embarazadas.

En respuesta a la consulta de HuffPost sobre el uso anterior de Lysol como producto anticonceptivo y de duchas vaginales, el director de marketing de Reckitt Benckiser, Rory Tait, compartió la siguiente declaración:

“Durante más de 100 años, Lysol se ha dedicado a proteger a las familias de las consecuencias nocivas de los gérmenes, desde el cólera a principios del siglo XX hasta el virus de la gripe en la actualidad. Al igual que muchas marcas de consumo doméstico, a medida que el conocimiento de la salud y el cuidado personal evolucionó durante el siglo pasado, también lo hizo el uso de Lysol.

La declaración continúa: “Lysol ha pasado de ser una marca de cuidado personal y cuidado de superficies a ser principalmente una marca de cuidado de superficies, con limpiadores, desinfectantes y jabones para manos que se utilizan ampliamente en hogares, escuelas y empresas de todo el mundo”.

Tait también alentó a los consumidores a leer con atención las etiquetas de los productos Lysol para conocer sus usos previstos.

Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo

Antes de ser un producto del hogar, Lysol se comercializó como algo completamente diferente a lo que conocemos, igual extraña e impensable resultaría hoy su campaña de publicidad.

Este desinfectante fue y es muy utilizado desde que comenzó la pandemia por Covid-19, esto después de que las autoridades de salud de múltiples países recomendaran la limpieza de superficies como método para prevenir el contagio.

Mucho antes de ser un desinfectante antiséptico, el fabricante de Lysol, Lehn & Fink vendía productos de ducha vaginal, esto según los anuncios de principios y mediados del siglo XX.

Los anuncios de este producto sugerían que las mujeres tenían dificultades maritales por problemas de higiene femenina, ya que los olores genitales “femeninos” hacían huir a los maridos.

La historia se complica más, pero para contarla necesitamos retroceder un poco; el desinfectante antiséptico de la marca Lysol apareció por primera vez en 1889 como una forma de ayudar a terminar con la pandemia del cólera en Alemania.

Leer más: Ejercer la profesión en pandemia, con insumos cada vez más caros: Odontóloga

En el año 1918 la publicidad lo anunció como un medio eficaz para combatir el virus de La Gripe Española, cabe destacar que esta enfermedad también provocó una pandemia.

Esta idea de que el desinfectante Lysol curaba algunos virus, llegó a tal grado que en doce años más tarde llegó a farmacias y hospitales. En 1962, la compañía lanzó al mercado una versión en aerosol.

En la década de 1920 comenzaron a aparecer anuncios de Lysol ya como producto de higiene femenina en revistas “de mujeres”, alentando especialmente a las amas de casa a lavarse los genitales con líquido desinfectante.

“Un hombre se casa con una mujer porque la ama. Entonces, en lugar de culparlo si es que el amor conyugal comienza a enfriarse, debería cuestionarse a sí misma”, decía un anuncio.

En otro anuncio se leía “Una de las formas más efectivas de salvaguardar su delicado encanto femenino es practicar una higiene femenina completa como la proporcionada por las duchas vaginales con una preparación científicamente correcta como "Lysol'”.

Sin embargo, en el libro de 2001, Dispositivos y deseos: una historia de los anticonceptivos en Estados Unidos, la historiadora Andrea Tone explica que la higiene femenina era un eufemismo para anticoncepción.

Según lo anterior, las llamadas “duchas vaginales” eran también una forma para ejercer un control sobre la natalidad.

En los primeros anuncios de Lysol se incluían referencias negativas a olores o gérmenes que generaban los espermatozoides. Por lo tanto, mantener el cuerpo “libre de gérmenes” o conservar un “delicado atractivo femenino” significaba prevenir el embarazo.

En los hallazgos de Tone, escribe que esto era porque los métodos anticonceptivos como los condones y los diafragmas eran costosos y difíciles de adquirir.

Esto se debe, al menos en parte, a la Ley Comstock de 1873, una ley federal que calificó la información o los dispositivos anticonceptivos como "obscenos" y prohibió su distribución a través de las fronteras estatales o por correo. Veinticuatro estados aprobaron posteriormente una legislación similar para restringir aún más el acceso y la información sobre el control de la natalidad.

Como estas leyes prohibieron efectivamente la venta y la publicidad de métodos anticonceptivos, las compañías que las vendían comercializaron sus ofertas de estos productos como de higiene femenina.

En 1961, un hombre se quejó con Lehn & Fink después de que una ducha de Lysol hizo que la vagina de su esposa se ampollara y sangrara. El vicepresidente de la compañía respondió diciéndole que este informe era “el primero de este tipo registrado”.

Lehn & Fink también mintió en el contenido de sus anuncios de higiene femenina, muchos de los cuales contenían respaldos y testimonios de médicos "eminentes". Una investigación de la Asociación Médica Estadounidense encontró que estos “expertos” en realidad no existían .

Para empezar, Lysol no fue eficaz como método anticonceptivo. En su libro, Tone citó un estudio de 1933 en el centro de salud materna de Newark que encontró que casi la mitad de las 507 mujeres que usaron Lysol para el control de la natalidad terminaron embarazadas.

En respuesta a la consulta de HuffPost sobre el uso anterior de Lysol como producto anticonceptivo y de duchas vaginales, el director de marketing de Reckitt Benckiser, Rory Tait, compartió la siguiente declaración:

“Durante más de 100 años, Lysol se ha dedicado a proteger a las familias de las consecuencias nocivas de los gérmenes, desde el cólera a principios del siglo XX hasta el virus de la gripe en la actualidad. Al igual que muchas marcas de consumo doméstico, a medida que el conocimiento de la salud y el cuidado personal evolucionó durante el siglo pasado, también lo hizo el uso de Lysol.

La declaración continúa: “Lysol ha pasado de ser una marca de cuidado personal y cuidado de superficies a ser principalmente una marca de cuidado de superficies, con limpiadores, desinfectantes y jabones para manos que se utilizan ampliamente en hogares, escuelas y empresas de todo el mundo”.

Tait también alentó a los consumidores a leer con atención las etiquetas de los productos Lysol para conocer sus usos previstos.

Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo

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