"Rebecca Jones siempre se proyectó como una mujer fuerte, valiente, con una actitud de poder, divertida y con gran sentido del humor. Así recuerdan amigos y colegas a la actriz, quien falleció la madrugada de este miércoles a los 65 años; en 2019 le diagnosticaron cáncer de ovario y recientemente fue hospitalizada por neumonía. Como era su deseo, no hubo funeral.
“Desde jovencita ella no quería a entrar a elencos nada más por rellenar, por tener cara o cuerpo bonito, ella tenía otros planes, otras ideas, le gustaban mucho estos trabajos donde había que hacer varias escenas que no todo fuera hecho al vapor, Ernesto Alonso fue un productor clave en su historial televisivo, ahí es donde tuvo más opciones de ver cosas diferentes”, dice el periodista y crítico de televisión Roberto Rondero.
Puede interesarte : Rebecca Jones, una guerrera contra el cáncer fuera y dentro de la televisión
“Rebecca siempre se salió del estereotipo, era algo que a ella le molestaba mucho. Fue una actriz que siempre trató de dar más, de buscar otros horizontes, a mediados de la década de los 90 tuvo otras aspiraciones, entrar a una parte de la producción, no quedarse sólo en ser la estelar. Imperio de cristal fue una telenovela en donde pudo trabajar estos anhelos”, agrega.
Amor por el teatro
El productor teatral Rubén Lara la recuerda como “una mujer excepcional, fuera de serie, con mucho carácter, una amiga entrañable; estoy devastado porque hablamos hace unos días, estábamos pensando que se iba a recuperar para hacer un proyecto en cuanto estuviera bien. Trabajé mucho con ella, una mujer admirable, que amé y me duele muchísimo su partida, ya estábamos preparados para ese desenlace, pero no deja de ser doloroso".
La actriz protagonizó obras como Entre mujeres, Dios mío hazme viuda por favor y Una mujer extraordinaria atrapada en una vida ordinaria, producidas por Rubén Lara, quien comparte que en diciembre pasado le envió el libreto de Rosa de dos aromas, que planeaban montar “en cuanto estuviera bien, eso fue antes de que volviera al hospital. Fui a verla cuando estuvo internada y estaba bien, optimista. Nos quedamos con tantos proyectos, tantas cosas, pero la vida es así”.
Y es que, agrega Rodero, “el amor de su vida era el teatro, es donde ella realmente se posicionaba mucho, se metía de lleno, era una pasión, ella no quería salirse del escenario. Tenía mucho más que dar, quería hacer más teatro, más producciones, pero se le dejó venir todo esto encima y ya no fue posible”.
Una actriz por vocación
Rebecca Jones fue la cuarta de seis hermanos. Nació en la Ciudad de México un 21 de mayo de 1957, su madre era mexicana, su padre estadounidense.
Desde pequeña supo que la actuación era lo suyo. Su camino profesional comenzó cuando se mudó a Laguna Beach, en California, entonces cursaba el equivalente a la preparatoria y logró el papel estelar de una obra escolar.
Estudió Arte Dramático en el Orange Coast College y su primer contacto con la actuación fue en México, gracias a la oportunidad que el actor y productor Fernando Larrañaga le ofreció como la protagonista de la obra El coleccionista.
En televisión, su tía, la escritora Fernanda Villeli le permitió exponer su rostro en una escena de Muchacha de barrio (1979) que fue estelarizada por Ana Martín y Humberto Zurita.
Sus siguientes trabajos fueron El maleficio (1983), La traición (1984), Angélica (1985) y Cuna de Lobos (1986), en donde conoció a Alejandro Camacho. Si bien tuvo un breve romance con Humberto Zurita, durante las grabaciones del melodrama producido por Lucero Suárez y Carlos Téllez, se comprometió con Camacho, con quien se casó y tuvo a su hijo Maximiliano. Se divorció en 2011.
En su ingreso a TV Azteca actuó en La vida en el espejo (1999), Tengo todo excepto a ti (2008), así como el unitario Lo que callamos las mujeres.
Entre la fama y el rigor actoral
Rebecca Jones admitía que la telenovela que la lanzó al estrellato era Cuna de lobos, pero en la que más aprendió y en la que exploró ampliamente su registro actoral, fue en Para volver a amar. En esa producción de Gisell González y Roberto Gómez Fernández, también actuaban Sophie Alexander-Katz y Zaide Silvia Gutiérrez.
“Fue un proyecto que nos cambió la vida, nos unió para siempre, nos quisimos mucho”, dice Sophie.
“Además de ser una actriz de las más sólidas que ha tenido este país, de ser un ejemplo en la actuación para muchas generaciones, era una celebridad que supo manejar su vida y equilibrarla, lo cual es muy difícil, porque puedes descuidar tu capacidad artística cuando la fama te avasalla y en el caso de Rebecca nunca fue así, siempre fue muy sólida en todos los papeles que hizo”, agrega.
“Era una mujer llena de vida, muy divertida, la recuerdo con chispas en los ojos y con una sonrisa, no recuerdo hoy otro gesto de ella. La última vez que tuve contacto con ella se había ido de viaje a un lugar paradisíaco, yo creo que fue como el regalo que se quiso dar antes de irse de este plano”.
Para Zaide Silvia Gutiérrez, Jones era “una gran compañera, una buena amiga, una persona muy bella, talentosa; era muy risueña y nos carcajeamos mucho, estoy muy feliz de haber compartido con ella muchos momentos de disfrute, de alegría, de buena comida y excelente humor”, relata.
“Después de ese trabajo coincidimos en otra telenovela que se llama, Que te perdone Dios y ahí convivimos toda la telenovela, siempre nos reíamos mucho, tenía un gran sentido del humor; sí me ha dado mucha tristeza perder a una compañera tan bella, simpática, exitosa, me pasó lo mismo con Edith González que se fue más temprano todavía, pero al menos me queda un consuelo que vivieron una vida plena, que llegaron a ser grandes estrellas, que se convirtieron en íconos de la pantalla nacional y que el público las quiso mucho”.
Margarita Gralia, quien actuó con Rebecca Jones en la telenovela Tengo todo excepto a ti, comparte que también trabajó con ella en la obra Entre mujeres, “hicimos gira y además la conozco desde hace mucho”.
El año en el que estaba embarazada de su hijo Maximiliano, relata Gralia, “vivimos una situación, Alejandro estaba haciendo una obra de teatro y quedamos en ir a cenar los cuatro, Rebecca, Alejandro, mi esposo y yo. Sufrimos un asalto en ese restaurante, nos encerraron y robaron a todos los que estábamos dentro, fue muy traumático y con ella embarazada estábamos muy preocupados, recordábamos aquella anécdota y tantos momentos, porque muchas veces íbamos a verlos a obras de teatro y luego íbamos a cenar. En septiembre del año pasado nos reencontramos, pudimos darnos un abrazo, decirnos cuánto nos queríamos”.
En el principio de su carrera, Vanessa Bauche trabajó con Rebecca Jones en la telenovela Dos vidas (1988), que dirigió Benjamín Cann, producida por Eugenio Cobo. “Hasta ese momento no había tenido la oportunidad de coincidir con ella y desde entonces, siempre la vi como una mujer con una fuerza escénica, una potencia increíble, entregada al mil a su trabajo, compañera cálida, divertida, entrañable”, cuenta.
“No hay palabras para consolar a sus dolientes, a su hijo le mando mucho amor, fortaleza, a su familia, a sus allegados, deja un legado espectacular, creo que merece y merecía en vida mucho más reconocimiento a la extraordinaria trayectoria, tan completa, una carrera magnífica, sólida, multifacética”, finaliza Vanessa Bauche.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
A finales de 2017 Rebecca Jones recibió un diagnóstico de cáncer de ovario, lo que la obligó a someterse a cuatro quimioterapias; dos años después, quedó libre de la enfermedad. Aunque se especuló que en sus últimos años le había regresado el cáncer, la actriz negó la información.
Entre sus últimos trabajos destacan Señora Acero (2014), La doña (2016), Doña Flor y sus dos maridos (2019), La casa de las flores (2020), Te acuerdas de mí (2021), ¿Quién mató a Sara? (2022), Nada que ver (2023) y el melodrama Cabo (2022) que dejó inconcluso debido a un problema cardiorrespiratorio que sufrió y del que se recuperó, luego de haber sido intubada, según relató.