Luego de iniciar rodaje en marzo de 2021, hoy por fin se estrena la película Presencias, a través de la plataforma de streamig ViX+, con la que Yalitza Aparicio regresa al cine de la mano del actor argentino Alberto Ammann y el reconocido director Luis Mandoki, quien por primera vez enfoca su lente hacia la oscuridad para contar una intrincada historia de terror mexicano.

La trama relata el momento en que Víctor Constantino (Alberto Ammann) se encuentra en la cúspide de su carrera como actor. Deberían ser tiempos de dicha, pero hay algo que en los últimos días lo ha hecho tener un sin número de pesadillas: el recuerdo de la extraña muerte de su hermana cuando ambos eran niños, el cual se disparó desde que su padre le dijo que ha decidido vender la casa cerca del lago donde aquella muerte ocurrió.

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A petición de su padre, Víctor se dirige a la cabaña para ofrecerla a los agentes de bienes raíces, pero en la primera noche en aquel lugar lleno de oscuros recuerdos, sufre un ataque brutal en el que él acaba en muy mal estado y su joven esposa es asesinada. Los nulos resultados por parte de las autoridades fuerzan a Víctor a regresar al lugar del ataque, pero todo parece estar en su contra, hasta la gente del pueblo que odia su apellido por un problema de tierras. ¿Quién o qué asesinó a su esposa? El misterio se esconde aún más allá de las que creía sus peores pesadillas.

Al ser esta película su introducción al mundo cinematográfico del terror y lo sobrenatural, Mandoki reconoció que “hacer drama es mucho más fácil, pues el terror requiere de mucho estudio y preparación; hay que pensar demasiado el ritmo, qué tanto se muestra, cómo hay que mover la cámara, así como los modos de manejo de música y sonido”.

En una conversación con El Sol de México, Mandoki explicó que, sin querer hacer guiños directos ni homenajes, recurrió a varias de sus influencias cinematográficas y literarias que lo han formado, no sólo como cineasta.

“Algunas influencias para mí son El hijo de Rosemary o El silencio de los inocentes, que son historias muy diferentes, viajes en los que no sabes a dónde vas a llegar, pero que siempre tienen presente la llamada ‘vuelta de tuerca’; también a nivel literario están Camus y Kafka. Pero todo eso quedó en mi subconsciente a la hora de crear este nuevo universo. Te voy a decir una cosa, Yo tenía terror de hacer terror, no sabía si la gente se iba asustar”, confiesa.

En cuanto a una lectura profunda de la película en la que se puede ver la desconfianza entre clases sociales, el actor Alberto Ammann comentó que lo considera “una parte medular de la trama, importantísima de tratar, porque no se le ha dado mucha rosca”, a pesar de ser algo que ha visto en toda Latinoamérica, a lo largo de sus grabaciones en distintos países.

“Estoy muy feliz de haber hecho esta película. Fue muy difícil porque planteaba una bajada a los infiernos desde la historia de Víctor, pero el más bello descubrimiento fue trabajar con Luis Mandoki, porque es el director con que yo he trabajado que más conoce a sus actrices y actores. Él conoce mucho de lo vulnerable de nuestra labor, y su dirección fue un bálsamo”, apuntó el actor.

Yalitza, materia dispuesta

Si bien Yalitza Aparicio no es figura protagónica en esta nueva producción, sí tiene un papel crucial para el desarrollo de la historia. Hay ciertas diferencias entre el papel que la llevó a la fama en la película Roma, de Alfonso Cuarón, y este nuevo filme.

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“Con esta película tuve la oportunidad de experimentar algo totalmente diferente, de la mano de Mandoki, al buscar la energía que necesitaba mi personaje. Sí me requirió mayor concentración, por todo lo que mi papel vive al lado del personaje principal”, aseguró la actriz.

Al respecto de este proceso dijo que a su parecer todos tienen dificultades que se tienen que aprender a trabajar, por lo que agradeció la dirección de Mandoki, quien, desde el estreno de Roma en 2018, pensó en Yalitza como parte del reparto para esta película: “Ya lo he dicho desde el día uno: yo soy materia dispuesta para todo lo que tenga que aprender”, agregó Yalitza.