Orizaba, Ver.- La ciudad no es sólo sus edificios, es su gente, la vida de la gente y las funciones que tiene el espacio, por eso es importante conservar el uso para el que se crearon esos inmuebles, afirmó Eulalia Ribera Carbó, miembro del Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora, de la Ciudad de México.

La investigadora que estudia la historia de Orizaba dijo que cuando se trata de conservar una ciudad y mantener su historia y su memoria hay que tener mucho cuidado en las intervenciones, por ejemplo, en “los centros históricos muchas veces si vamos reconvirtiendo casas que son habitación o sacamos de las vecindades a los vecinos y lo convertimos en restaurante, eso está muy bonito, pero desfigura la esencia de la ciudad; entonces, si expulsamos a los habitantes de los centros históricos pierden su esencia y se transforman mal”, destacó.

Refirió que si se conservan los edificios y se cambia el uso de los mismos, viene turismo y eso da riqueza al lugar, pero se cambia la esencia de la ciudad, “por eso hay que tener mucho cuidado con esas intervenciones, hay que consultar a los historiadores, los urbanistas, porque cambia la vida”, apuntó.

Recordó que Orizaba, en la época del Porfiriato se quedó sin una plaza mayor porque instalaron el Palacio de Hierro y la ciudad necesitaba una plaza, porque en la historia urbana de todo el país estos sitios (zócalos) juegan un papel muy importante, por lo que tuvo que inventarse una nueva plaza y fue cuando se creó la Plazuela de los Naranjos, para la que tuvieron que tirar toda una manzana.