Córdoba, Ver. - Los celos, el maltrato, las condiciones y el distanciamiento del entorno social y familiar, pueden ser alertas para detectar una relación tóxica, así fueron los casos de Ana y Angélica, dos mujeres que padecieron de ésta situación emocional sin poder disfrutar el amor y la compañía de quien en su momento era el ser amado.
Ana narró que cuando era joven, la ruptura con su pareja de aquel tiempo la llevó a notar que existían señales como berrinches de su parte llevándola a enojarse por cosas insignificantes como llegar tarde a citas, no hacer las cosas a su conveniencia, celos y diversas cuestiones.
"Muchas de mis actitudes eran por no poder comunicarme con él de una forma sana y manifestaba mi enojo, los celos fueron un problema y a pesar de que no los demostraba mucho mi mente se hacía historias".
La entrevistada recordó que cuando paseaban por las calles de la ciudad de Córdoba, el ver a una mujer bonita que pasarán frente a ellos era un sinónimo de enojo, berrinches y reclamos imaginándose los ojos de su pareja en aquellas mujeres.
"Me preguntaba qué tienes y le respondía que nada, y así fue por un tiempo la relación hasta que se cansó y me terminó".
Con el paso de los años, Ana no entendía el porqué de esa ruptura, sin embargo, busco ayuda en la agrupación de Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos donde con pláticas descubrió en ella a una mujer tóxica, lejos de un comportamiento infantil como sus parejas le externaban.
Hoy día, Ana tiene 12 años dentro del Grupo de Neuróticos anónimos, no obstante la etapa de su adolescencia fue marcada por este tipo de hechos donde los 14 de febrero no eran celebrados.
Respecto a sus seres queridos y sus comentarios de parte de ellos, la entrevista dijo que se guardaba ese tipo de "corajes" alejándose de ellos para evitar preguntas, "a veces me llegaba a desquitar con mis papás y mejor me aíslaba, no le podía decir a nadie lo que sentía pues ni yo misma sabía el comportamiento que tenía".
Por su parte, la adolescencia de Angélica manifestó que las emociones encontrabas, los celos y enojo que expresaba a su pareja la llevaban incluso a agredir a su pareja, "mis celos era fuertes, desde novios íbamos en la calle cuestionándome porque volteaba a ver a las mujeres y a lo lejos veía a una muchacha hermosa y mi miraba se iba de forma inmediatamente hacia él. Muchas veces lo arañé".
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Sus celos eran tan desmedidos que en ocasiones al momento de ir manejando llegó a dar el volantazo al vehículo pudiendo ocasionar un accidente.
Angélica manifestó que su enojo y celos eran inclusive cuando se trataba de ver películas y series donde las mujeres eran centro principal, "todo esto fue hace aproximadamente 12 años y desde que lo conozco vivimos una relación difícil y en mi juventud me comportaba de una manera excesiva".
Hoy día, él es su esposo pues el amor pudo más que la toxicidad llevando un tratamiento dentro de neuróticos anónimos logrando grandes cambios cuando llegas a un sitio donde expresas con palabras lo que las emociones no podían hablar.