Al crecer, algunas niñas sueñan con ser cantantes, famosas, estrellas de cine, veterinarias, astronautas, bomberos, policías, en el caso de Joana, su sueño es ser enfermera y curar a los niños que como ella padecen de algún tipo de cáncer.
Ella es la mayor de dos hermanos, a los 4 años de edad empezó a sentirse mal, durante el día del padre en el mes de junio su situación de salud no era la mejor, recorrieron hospitales sin que los médicos lograran dar con un diagnostico exacto.
Marisol Flores, madre de la pequeña guerrera, veía en su hija moretones en su cuerpo, así como puntos rojos llamados petiquias,situación que los alertó y al realizarle análisis fue diagnosticada con Leucemia Linfoglastica Aguda (LLA) a los 4 años de edad.
Desde ese momento Joana fue atendida en el Hospital Regional de Río Blanco donde hasta el momento lleva 5 años entrando con terapias semanalmente, llevando 91 de 120 de un tratamiento que ha hecho que su cabello desaparezca, pero su corazón, amor, energía y alegría siguen en su sonrisa, sus ganas de salir adelante y su valentía al enfrentar dicha enfermedad pese a su edad
Actualmente tiene 7 años de edad y emocionada comentó que va a la escuela, donde lleva una vida normal con ciertos limitantes, ya que en clima frío evita asistir a clases por cuestiones de salud. Con una voz suave y alegre la pequeña mencionó sentirse mejor y tener ganas de jugar, cantar e inclusive bailar.
Se acerca la fecha de Reyes Magos y ella ya tiene su carta en la que pedirá una camisa, una blusa y una mochila de uno de sus grupos favoritos Los Polinesios.
La pequeña Joana tiene amigos en la escuela que la cuidan pero ella siempre cuida de si misma.
Su hermana menor se llama Jovanna y dice quererla mucho aunque a veces pelea con ella.
La mamá de Joana exhortó a los padres a estar estar atentos y que al más mínimo síntoma, falta de apetito o malestar en los menores estos sean revisados, “ quizá no sea hereditario pero a mi otra hija más pequeña la llevo a revisión cada 6 meses”.
Por su parte Marleni Castillo Bautista, presidenta de la Fundación Miranda, mencionó que el apoyo de la ciudadanía está siendo de vital importancia para que Joana poco a poco pueda lograr su sueño de sanar y seguir estudiando para que en un futuro pueda ser enfermera.
Para ayudar a que niños con cáncer lleven su tratamiento, las tapas de refresco, agua, garrafones y demás botellas, pueden ser llevadas a los centros de acopio en diversos puntos de la ciudad y así ayudar en la compra de insumos para esta fundación que apoya a los menores y a sus familias es esta larga y dura batalla.
Actualmente la Fundación Miranda tiene 59 niños activos y 61 en vigilancia, por lo que esperan que para el 2020 el apoyo siga siendo el mismo o mejor. Actualmente.
DATO
Recuerda que en las instalaciones del Sol de Córdoba existe un centro de acopio, junta tus tapas y con un granito de arena ayuda a sumar para estos (as) guerreros (as). El kilo de tapitas se paga a tres pesos, por lo que son necesarias alrededor de mil 200 de ellas para juntarlo.