Máscaras de El Santo, Atlantis, Octagon, Rey Misterio, Blue Demon, Mil Máscaras, entre otras más, son parte de la apreciada colección del misanteco Gustavo López, quien por amor al “arte del pancracio” aprendió a diseñarlas con ayuda de una máquina de coser con más de 110 años de antigüedad que heredó de su mamá.
Sin embargo, para lograr el anhelo de crear máscaras para sí mismo, trabajó mucho en la realización de su primer intento, y fue con la de Octagón hace 18 años; aunque cerca estuvo de tirar la toalla por lo complicado de diseñar, su deseo de tener en sus manos máscaras coleccionables fue mayor.
¿Cómo inició a diseñar máscaras de lucha libre y de dónde nace su interés por el deporte?
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A Gustavo le nació el amor por la lucha libre de muy pequeño, y fue luego de asistir a una función con su papá, mientras que en 2006 le surgió la idea en diseñar sus propias máscaras para coleccionarlas. También se inspiró al ver una entrevista que le realizaron a Ranulfo López, encargado de hacer máscaras de El Santo.
Contó que el realizarlas es por hobby y que su primer intento fue en 2006, pues tenía el deseo de coleccionar, pero no encontró un lugar donde podría adquirirlas para tenerlas.
“Siempre he sido aficionado a la lucha libre y de niño mis papás me compraban máscaras; yo siempre quería tener mi colección, y la idea me surgió una vez que vi un reportaje del señor que hacía las máscaras de El Santo”.
Ya con la idea en su mente y corazón, inició a practicar con la de Octagon, sin embargo, no fue lo que esperaba, pues desconocía el uso correcto de la máquina de coser que fue de su abuelo; luego de algunos intentos decidió temporalmente dejar el proyecto, pues no conocía qué telas utilizar.
Aunque detuvo por un momento su sueño, nuevamente la curiosidad por diseñar lo motivaron a continuar intentando. Luego de dos años de arduo trabajo diseñó la de Octagon, aunque no tenía el diseño correcto a la original, sabía que con trabajo y esfuerzo su meta la alcanzaría, y así fue.
Actualmente, el trabajo de Gustavo lo reconocen muchas personas, pues lo hecho hasta el momento es autodidacta; ahora hace máscaras muy similares a las originales; a la fecha ha hecho más de 50; y algunas las ha vendido, otras obsequiado.
Sus diseños son finos que ha enviado aproximadamente siete máscaras a Reynosa para un coleccionista, quien le ha solicitado la de Mil Máscaras y Tinieblas; además a vendido máscaras a luchadores con diseños especiales.
“A luchadores, a un chavo que es de aquí que me platicó que luchaba en la Arena Xalapa y me enseñó fotos y videos, luchaba en Orizaba, Córdoba, es el único que le he hecho”, dijo.
Este noble oficio de realizar máscaras lo combina con su actividad que es la herrería, y aunque también se mantiene ocupado realizando trabajos con el metal, el tiempo libre lo utiliza para seguir realizando máscaras con tiempo que van 6 a 24 horas para detallarlas correctamente.
El diseñar máscaras para Gustavo es una bonita pasión, pues ahora ha cumplido su sueño que es tener sus propias máscaras coleccionables que ha hecho por sí mismo, con una máquina de coser de más de 110 años de antigüedad, que con amor le regaló su mamá que a su vez la recibió de su papá.
“Travis”, como cariñosamente le dicen sus mejores amigos, orgullosamente realiza esta noble actividad y reconoce que debe seguir mejorando día a día para darle lo mejor detallado a las máscaras que suelen solicitarle.
“De las modernas Pentagón y Octagón que si tienen algo de dificultad y de los luchadores de antes intenté hacer un Blue Demon en raso, pero el raso no estira nada y cuesta mucho, si la hice pero no me gustó como quedó, es una de mis metas hacer una máscara en raso pero que quede bien”, concluyó.
Publicado en Diario de Xalapa
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