Córdoba, Ver.- “Domingo estaba sentado, amarrado de pies y manos, tenía la boca y los ojos vendados, apenas si podía gritar pero nosotros lo escuchamos”, contaron testigos a El Sol de Córdoba.
Con las reservas de rigor, las personas entrevistadas dijeron que fue después del mediodía cuando a través de la ventana escuchaban los llamados de auxilio.
“Checamos para ver de qué se trataba, fue cuando nos dimos cuenta que era el señor que buscaban del Ayuntamiento y le avisamos a la Policía”, cita la fuente.
A partir de ahí, empezaron a llegar varias patrullas y acordonaron la zona, a ellos les pidieron que se hicieran a un lado pero no les dieron mayor explicación.
Los salvadores de José Domingo se mostraban nerviosos, alegres, y otros se veían temerosos.
Sentimientos encontrados, pero gracias a su valor, el trabajador municipal pudo regresar a su casa sano y salvo.