Córdoba, Ver.- Son poco más de 50 años que don Samuel Luna se ha dedicado al oficio de relojero, sin embargo, con la llegada de relojes “baratos” poco a poco se extingue su labor en la reparación de estos aparatos.
Entrevistado en su pequeño taller ubicado en el interior del pasaje Calatayud en el corazón de la ciudad, en la Avenida 1 entre Calles 1 y 2, refiere que empezó a los 22 años en este oficio, pero antes había mas personas que se dedicaban a ello, actualmente, quedan ya muy pocos, muchos fallecieron en la pandemia de Covid 19.
En su mano izquierda porta un hermoso reloj que tiene en reparación y que en breve será entregado, el costo es elevado así que prefiere no decir cuánto.
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Relata que su hijo también se dedica a este oficio y es además joyero, pero reitera que ya son muy pocos los que se dedican a este oficio.
El trabajo a escaseado desde que llegaron los relojes de pila o recargables, a veces no le cae nada, a veces solo obtiene 40 pesos que es lo que cuesta una pila, lo más que llega a cobrar son 200 pesos, cuando antes de aquí se sostenía económicamente.
En este lugar lleva apenas cuatro años, antes estuvo en otro local por la zona del Mercado Revolución, debido a que el trabajo escasea solo atiende de lunes a viernes y llega entre 11 y 4 de la tarde.
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Ya casi no hay compañeros que se dediquen a este oficio, yo creo que de 20 años para acá empezó a disminuir el trabajo porque hay relojes de hasta 20 pesos y los relojeros ya no enseñaban a otros a reparar porque pensaron que no tenía caso
Samuel Luna
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Algunas personas aún le llevan sus relojes porque son herencia, tratan de cuidarlo, y gracias a ello se sigue manteniendo.
“Me gusta mucho mi trabajo porque no deja a uno sin comer, al menos para irla pasando, no para vivir, eso está en Chino, mire la hora que es y no llevo nada de trabajo” expuso.
Indicó que en Córdoba hay un centro relojero que tiene mas de 80 años y aun sigue vigente, de ahí salieron varios compañeros pero que desafortunadamente ya fallecieron.
En un pequeño espacio donde repara, ubicado en el pasaje Calatayud, no puede faltar una buena lámpara, lentes, pinzas y desarmadores de todos los tamaños, pilas, extensibles y un pequeño mostrador donde exhibe algunos relojes en venta, ahí está trabajando por horas.
¿Por qué los relojes actuales ya no duran como los antiguos?
La diferencia de los relojes nuevos con los antiguos es que antes eran automáticos o de cuerda y ahora son recargables o de pila, muchos desechables, explicó.
Para don Samuel este oficio no tarda en extinguirse, ya son muy pocos los que se dedican a reparar relojes, si bien hay nostalgia, piensa que así es la vida y hay que disfrutarla.