/ martes 9 de abril de 2019

Sumidos en una grave crisis, Tiburones celebran 76 años

La historia marca que las primeras dos temporadas fueron difíciles y pocos auguraban un futuro prometedor para esta franquicia

Veracruz, Ver.- Sumido en una de sus más profundas crisis deportivas y en medio de la incertidumbre que ha generado su quinto descenso en el futbol mexicano, los Tiburones Rojos del Veracruz celebran este martes 76 años de existencia.

Con muy poco que celebrar, y con recuerdos que van desde las grandes promesas del legendario Luis de la Fuente El Pirata, los dos títulos de Liga en la era profesional y los campeonatos de goleo de José Ayilón y Jorge Comas, hasta los vergonzosos episodios de malos manejos, descensos, desapariciones y una serie de pasajes poco agradables que han quedado marcados en las páginas negras de nuestro balompié, rondan la historia del equipo veracruzano, una de las instituciones que fundaron hace siete décadas lo que hoy conocemos como la Liga MX.

Hoy, a un paso de escribir un nuevo capítulo en su ya maltrecho anecdotario, se habla de que en los próximos días podría cambiar una vez más de dueños, los recuerdos que se tienen del equipo, que deberían ser de gloria, de cosas positivas y de ejemplo para el futbol mexicano, se resumen en décadas de rachas negativas, decisiones equívocas, controversias, tragedias y situaciones que para nada abonan en la construcción de un futuro sólido para un club deportivo.

LA HISTORIA

Cuentan los viejos cronistas de la ciudad que el equipo Tiburones Rojos surgió con base a la protesta de un grupo de amigos que se reunió en el Gran Café de la Parroquia una tarde de primavera.

En uno de los relatos de José Pérez de León (qepd) para el diario El Dictamen, Decano de la Prensa Nacional, el equipo fue el resultado de la fusión de los equipos Veracruz Sporting Club y España de Veracruz, grandes rivales en la poderosa Liga Veracruzana, que en la época reunía a los mejores equipos de la entidad en el ámbito amateur, pero que tenía a jugadores de alto potencial, muchos procedentes de Europa, que por motivos ajenos al deporte migraron a nuestro país y se asentaron en Veracruz.

Contaba Pérez de León, quien además de ser abogado de profesión se desempeñó como periodista y en alguna ocasión director técnico de los Tiburones Rojos, que las negociaciones no fueron fáciles, pero al final llegaron a buen puerto y ambos clubes decidieron unir fuerzas para conformar un nuevo equipo en la naciente era profesional del futbol mexicano.

SU NACIMIENTO

El 9 de abril de 1943 se constituyó legalmente el Club Deportivo Veracruz, el cual participó en el primer campeonato de la llamada Liga Mayor, siendo uno de los clubes fundadores de lo que hoy conocemos como Primera División o Liga MX.

El Club Deportivo Veracruz apareció oficialmente inscrito en la temporada 1944-1944 de la Liga Mayor, al no contar con un estadio propio, debió registrar como sede en el Parque Deportivo Veracruzano, casa de los gloriosos Rojos del Águila.

El debut del equipo fue una de derrota en la Copa México de 1-5 frente al Atlante, no obstante ese partido pasó a la historia porque fue el primer gol del Veracruz en Primera División, mismo que fue anotado por Manuel Manolín Rodríguez Angues.

La historia marca que las primeras dos temporadas fueron difíciles y pocos auguraban un futuro prometedor para esta franquicia.

Sin embargo, para la temporada 1945-1946, ya en su tercer año en la era profesional vino una estupenda racha del equipo, pues ligó 18 partidos sin perder con un récord de 14 triunfos y cuatro empates, incluso marcan más estadísticas que sumó ocho juegos ganados en forma consecutiva, victorias que respaldó con 105 goles anotados en un total de 30 partidos en la temporada

En ese equipo resaltaba un joven oriundo del Puerto de Veracruz, con raíces españolas y que decían los cronistas de ese entonces, era un auténtico espectáculo, pues destacaba su gran dominio del balón, su visión de juego, su gran condición física, y principalmente sus remates de cabeza, el sello que lo inmortalizó.

Se trataba de Luis de la Fuente, más tarde conocido como elPirata, un futbolista que marcaría época y que se convertiría en el principal icono del futbol veracruzano.

De la mano de Luis de la Fuente, el domingo 2 de junio de 1946 en el parque “Asturias” de la Ciudad de México los Tiburones vencieron a España por 3 a 2, en la penúltima jornada del campeonato, proclamándose campeones de Liga por primera vez en su historia, un título que además quedaría registrado en los libros de oro del futbol mexicano, por tratarse del primero que salía de la capital del país para ser ganado por un equipo de provincia.

Los goles de aquel encuentro fueron marcados por José Valdivia, Luis de la Fuente y Hoyos y el Pelón González.

Ese mismo año, Veracruz jugaría su segunda final, ahora disputando el campeón de campeones, que terminó perdiendo ante el Atlas 3-2.

La siguiente temporada el equipo Rojiazul siguió siendo protagonista de la Liga Mayor, aunque no le alcanzó para lograr el campeonato, logrando un tercer lugar.

El segundo título de liga y último para la institución llegó tres años después, justo en la temporada 1949-1950, que se dio de la mano del técnico Juan Luque de Serrallonga y que contaba en sus filas con el que se convirtió en el campeón goleador del torneo, el peruano Julio Ayllón, quien marcó 30 anotaciones.

Fue una época dorada para Veracruz, ya que un año antes de su segunda liga, en 1948, también se alzó con el primer título de Copa en 1948.

A partir de esa década, vinieron momentos de claroscuros para Veracruz, que durante tres décadas navegó en la inconsistencia, en los problemas económicos y administrativos, así como poca trascendencia en el futbol mexicano, hasta que a finales de los años 70 el equipo descendió y posteriormente desapareció.

Fueron más de 10 años, en que el puerto se quedó sin fútbol y hasta 1989 el entonces gobernador del estado, Dante Delgado Rannauro, gestionó la llegada de la franquicia del recién ascendido Potros Neza, propiedad de José Antonio García, la cual adquirió para convertirla en Tiburones Rojos de Veracruz.

El regreso del fútbol profesional a Veracruz marcaría un fenómeno de tipo social enorme, el cual se le conoció como la Tiburomanía.

Dicho movimiento, no organizado oficialmente, llegó incluso a ser mencionado a nivel nacional e internacional, como uno de los más fuertes en el futbol mexicano, capaz de llenar estadios como el Cuauhtémoc de Puebla y meter a más de 50 mil seguidores del Veracruz al estadio Azteca.

Deportivamente el equipo no fue muy exitoso, aunque puede presumir a su segundo campeón goleador en la historia, en la persona del argentino Jorge Comas, que en la temporada 89-90 metió 26 goles.

El equipo deambuló durante casi ocho años, figurando más por el colorido de sus aficionados, las contrataciones más caras en el draft, que con buenos resultados o éxitos deportivos.

Sólo en 1996, siendo dirigidos por Tomás Boy, el equipo clasificó a finales, pero fue goleado por el Celaya de Emilio Butragueño, a la postre subcampeón del torneo.

Las malas decisiones y manejos incorrectos llevaron al equipo a un nuevo descenso en el Torneo de 1998.

Fueron cuatro años en la división de ascenso, hasta que Veracruz volvió al máximo circuito ganándole una controversial promoción al León.

Tras conseguir el ascenso, en el 2002 se llegó a vivir algo inaudito en el futbol mexicano, pues en ese momento Veracruz contaba con dos franquicias en Primera División, ésta que había ganado la promoción y la que había llegado meses antes al puerto procedente de Irapuato con el Grupo Pegasso y que también usaba el mote de Tiburones Rojos y que finalmente se fue a jugar a Chiapas.

En 2003 y 2004, en el Gobierno de Miguel Alemán, el equipo vivió momentos brillantes.

De la mano de Daniel Guzmán, Veracruz clasificó a la Liguilla y fue eliminado en semifinales por Monarcas Morelia. En aquel equipo figuraban futbolistas de la talla de Luis Hernández, Ángel Matute Morales, Martín Rodríguez, entre otros.

En 2004, Veracruz tuvo quizás uno de los planteles más completos de su historia.

Cuauhtémoc Blanco, Christian Giménez, Kleber Boas, Walter Jiménez, Braulio Luna, entre otros, conformaban la plantilla del equipo que dirigía Wilson Graneolatti.

Ese equipo fue superlíder, además marcó historia porque en su último juego de la temporada no se presentó a jugar y perdió por default ante Jaguares, esto como protestas de su entonces presidente el empresario taurino Rafael Herrerías.

Veracruz llegó a la liguilla y a primeras de cambio en cuartos de final fue eliminado por los Pumas, que se alzaría con el título.

Nuevamente vinieron años difíciles para Veracruz y ya en el gobierno de Fidel Herrera, el equipo se vio envuelto en una serie de malos manejos, inherencia de promotores, contrataciones de baja calidad y en 2008 terminó descendido.

Fueron años con resultados poco rescatables y aún con situaciones de manejo no adecuadas, personajes que administraron mal y muchos problemas que llevaron a la desafiliación de la franquicia, que tenía en ese entonces Mohamed Morales.

Meses después, ya en el gobierno de Javier Duarte, se consiguió una nueva franquicia y se anunció un ambicioso proyecto de promoción de jóvenes veracruzanos y a mediano plazo el regreso al máximo circuito.

El plan era a cinco años, pero duró sólo dos con la dirección técnica de Daniel Guzmán, que terminó retirándose de Veracruz en medio de fuertes críticas por el millonario contrato que terminó cobrando antes de irse.

El nuevo proyecto concluyó cuando en 2013, el orizabeño Fidel Kuri, propietario de los Reboceros de la Piedad, logró el ascenso a la Liga MX y en conjunto con el gobernador Duarte, anunciaron el regreso de los Tiburones Rojos al máximo circuito.

Desde entonces Veracruz ha disputado 10 torneos, consiguiendo dos clasificaciones a la liguilla y ganaron su segunda Copa en la historia en el 2015.

El equipo ha sido presa de eventos políticos, peleas por el control deportivo entre Fidel Kuri Grajales y su hijo Fidel Kuri Mustieles. Ha tenido la intervención de promotores y gente que ha hecho y deshecho en el equipo.

Se ha caracterizado por la mala planeación y el pésimo armado de sus planteles y tras casi seis años de esta endeble administración finalmente descendió en este torneo Clausura 2019, no obstante gracias al reglamento de competencia, mediante el pago de 120 millones de pesos, podrá mantener la categoría.

Aunque Fidel Kuri ha asegurado que pagará y se mantendrá al frente del club con una gran reestructuración, también ha aceptado que puede vender al equipo, aunque con la condición de que se mantenga en el puerto.

Veracruz, Ver.- Sumido en una de sus más profundas crisis deportivas y en medio de la incertidumbre que ha generado su quinto descenso en el futbol mexicano, los Tiburones Rojos del Veracruz celebran este martes 76 años de existencia.

Con muy poco que celebrar, y con recuerdos que van desde las grandes promesas del legendario Luis de la Fuente El Pirata, los dos títulos de Liga en la era profesional y los campeonatos de goleo de José Ayilón y Jorge Comas, hasta los vergonzosos episodios de malos manejos, descensos, desapariciones y una serie de pasajes poco agradables que han quedado marcados en las páginas negras de nuestro balompié, rondan la historia del equipo veracruzano, una de las instituciones que fundaron hace siete décadas lo que hoy conocemos como la Liga MX.

Hoy, a un paso de escribir un nuevo capítulo en su ya maltrecho anecdotario, se habla de que en los próximos días podría cambiar una vez más de dueños, los recuerdos que se tienen del equipo, que deberían ser de gloria, de cosas positivas y de ejemplo para el futbol mexicano, se resumen en décadas de rachas negativas, decisiones equívocas, controversias, tragedias y situaciones que para nada abonan en la construcción de un futuro sólido para un club deportivo.

LA HISTORIA

Cuentan los viejos cronistas de la ciudad que el equipo Tiburones Rojos surgió con base a la protesta de un grupo de amigos que se reunió en el Gran Café de la Parroquia una tarde de primavera.

En uno de los relatos de José Pérez de León (qepd) para el diario El Dictamen, Decano de la Prensa Nacional, el equipo fue el resultado de la fusión de los equipos Veracruz Sporting Club y España de Veracruz, grandes rivales en la poderosa Liga Veracruzana, que en la época reunía a los mejores equipos de la entidad en el ámbito amateur, pero que tenía a jugadores de alto potencial, muchos procedentes de Europa, que por motivos ajenos al deporte migraron a nuestro país y se asentaron en Veracruz.

Contaba Pérez de León, quien además de ser abogado de profesión se desempeñó como periodista y en alguna ocasión director técnico de los Tiburones Rojos, que las negociaciones no fueron fáciles, pero al final llegaron a buen puerto y ambos clubes decidieron unir fuerzas para conformar un nuevo equipo en la naciente era profesional del futbol mexicano.

SU NACIMIENTO

El 9 de abril de 1943 se constituyó legalmente el Club Deportivo Veracruz, el cual participó en el primer campeonato de la llamada Liga Mayor, siendo uno de los clubes fundadores de lo que hoy conocemos como Primera División o Liga MX.

El Club Deportivo Veracruz apareció oficialmente inscrito en la temporada 1944-1944 de la Liga Mayor, al no contar con un estadio propio, debió registrar como sede en el Parque Deportivo Veracruzano, casa de los gloriosos Rojos del Águila.

El debut del equipo fue una de derrota en la Copa México de 1-5 frente al Atlante, no obstante ese partido pasó a la historia porque fue el primer gol del Veracruz en Primera División, mismo que fue anotado por Manuel Manolín Rodríguez Angues.

La historia marca que las primeras dos temporadas fueron difíciles y pocos auguraban un futuro prometedor para esta franquicia.

Sin embargo, para la temporada 1945-1946, ya en su tercer año en la era profesional vino una estupenda racha del equipo, pues ligó 18 partidos sin perder con un récord de 14 triunfos y cuatro empates, incluso marcan más estadísticas que sumó ocho juegos ganados en forma consecutiva, victorias que respaldó con 105 goles anotados en un total de 30 partidos en la temporada

En ese equipo resaltaba un joven oriundo del Puerto de Veracruz, con raíces españolas y que decían los cronistas de ese entonces, era un auténtico espectáculo, pues destacaba su gran dominio del balón, su visión de juego, su gran condición física, y principalmente sus remates de cabeza, el sello que lo inmortalizó.

Se trataba de Luis de la Fuente, más tarde conocido como elPirata, un futbolista que marcaría época y que se convertiría en el principal icono del futbol veracruzano.

De la mano de Luis de la Fuente, el domingo 2 de junio de 1946 en el parque “Asturias” de la Ciudad de México los Tiburones vencieron a España por 3 a 2, en la penúltima jornada del campeonato, proclamándose campeones de Liga por primera vez en su historia, un título que además quedaría registrado en los libros de oro del futbol mexicano, por tratarse del primero que salía de la capital del país para ser ganado por un equipo de provincia.

Los goles de aquel encuentro fueron marcados por José Valdivia, Luis de la Fuente y Hoyos y el Pelón González.

Ese mismo año, Veracruz jugaría su segunda final, ahora disputando el campeón de campeones, que terminó perdiendo ante el Atlas 3-2.

La siguiente temporada el equipo Rojiazul siguió siendo protagonista de la Liga Mayor, aunque no le alcanzó para lograr el campeonato, logrando un tercer lugar.

El segundo título de liga y último para la institución llegó tres años después, justo en la temporada 1949-1950, que se dio de la mano del técnico Juan Luque de Serrallonga y que contaba en sus filas con el que se convirtió en el campeón goleador del torneo, el peruano Julio Ayllón, quien marcó 30 anotaciones.

Fue una época dorada para Veracruz, ya que un año antes de su segunda liga, en 1948, también se alzó con el primer título de Copa en 1948.

A partir de esa década, vinieron momentos de claroscuros para Veracruz, que durante tres décadas navegó en la inconsistencia, en los problemas económicos y administrativos, así como poca trascendencia en el futbol mexicano, hasta que a finales de los años 70 el equipo descendió y posteriormente desapareció.

Fueron más de 10 años, en que el puerto se quedó sin fútbol y hasta 1989 el entonces gobernador del estado, Dante Delgado Rannauro, gestionó la llegada de la franquicia del recién ascendido Potros Neza, propiedad de José Antonio García, la cual adquirió para convertirla en Tiburones Rojos de Veracruz.

El regreso del fútbol profesional a Veracruz marcaría un fenómeno de tipo social enorme, el cual se le conoció como la Tiburomanía.

Dicho movimiento, no organizado oficialmente, llegó incluso a ser mencionado a nivel nacional e internacional, como uno de los más fuertes en el futbol mexicano, capaz de llenar estadios como el Cuauhtémoc de Puebla y meter a más de 50 mil seguidores del Veracruz al estadio Azteca.

Deportivamente el equipo no fue muy exitoso, aunque puede presumir a su segundo campeón goleador en la historia, en la persona del argentino Jorge Comas, que en la temporada 89-90 metió 26 goles.

El equipo deambuló durante casi ocho años, figurando más por el colorido de sus aficionados, las contrataciones más caras en el draft, que con buenos resultados o éxitos deportivos.

Sólo en 1996, siendo dirigidos por Tomás Boy, el equipo clasificó a finales, pero fue goleado por el Celaya de Emilio Butragueño, a la postre subcampeón del torneo.

Las malas decisiones y manejos incorrectos llevaron al equipo a un nuevo descenso en el Torneo de 1998.

Fueron cuatro años en la división de ascenso, hasta que Veracruz volvió al máximo circuito ganándole una controversial promoción al León.

Tras conseguir el ascenso, en el 2002 se llegó a vivir algo inaudito en el futbol mexicano, pues en ese momento Veracruz contaba con dos franquicias en Primera División, ésta que había ganado la promoción y la que había llegado meses antes al puerto procedente de Irapuato con el Grupo Pegasso y que también usaba el mote de Tiburones Rojos y que finalmente se fue a jugar a Chiapas.

En 2003 y 2004, en el Gobierno de Miguel Alemán, el equipo vivió momentos brillantes.

De la mano de Daniel Guzmán, Veracruz clasificó a la Liguilla y fue eliminado en semifinales por Monarcas Morelia. En aquel equipo figuraban futbolistas de la talla de Luis Hernández, Ángel Matute Morales, Martín Rodríguez, entre otros.

En 2004, Veracruz tuvo quizás uno de los planteles más completos de su historia.

Cuauhtémoc Blanco, Christian Giménez, Kleber Boas, Walter Jiménez, Braulio Luna, entre otros, conformaban la plantilla del equipo que dirigía Wilson Graneolatti.

Ese equipo fue superlíder, además marcó historia porque en su último juego de la temporada no se presentó a jugar y perdió por default ante Jaguares, esto como protestas de su entonces presidente el empresario taurino Rafael Herrerías.

Veracruz llegó a la liguilla y a primeras de cambio en cuartos de final fue eliminado por los Pumas, que se alzaría con el título.

Nuevamente vinieron años difíciles para Veracruz y ya en el gobierno de Fidel Herrera, el equipo se vio envuelto en una serie de malos manejos, inherencia de promotores, contrataciones de baja calidad y en 2008 terminó descendido.

Fueron años con resultados poco rescatables y aún con situaciones de manejo no adecuadas, personajes que administraron mal y muchos problemas que llevaron a la desafiliación de la franquicia, que tenía en ese entonces Mohamed Morales.

Meses después, ya en el gobierno de Javier Duarte, se consiguió una nueva franquicia y se anunció un ambicioso proyecto de promoción de jóvenes veracruzanos y a mediano plazo el regreso al máximo circuito.

El plan era a cinco años, pero duró sólo dos con la dirección técnica de Daniel Guzmán, que terminó retirándose de Veracruz en medio de fuertes críticas por el millonario contrato que terminó cobrando antes de irse.

El nuevo proyecto concluyó cuando en 2013, el orizabeño Fidel Kuri, propietario de los Reboceros de la Piedad, logró el ascenso a la Liga MX y en conjunto con el gobernador Duarte, anunciaron el regreso de los Tiburones Rojos al máximo circuito.

Desde entonces Veracruz ha disputado 10 torneos, consiguiendo dos clasificaciones a la liguilla y ganaron su segunda Copa en la historia en el 2015.

El equipo ha sido presa de eventos políticos, peleas por el control deportivo entre Fidel Kuri Grajales y su hijo Fidel Kuri Mustieles. Ha tenido la intervención de promotores y gente que ha hecho y deshecho en el equipo.

Se ha caracterizado por la mala planeación y el pésimo armado de sus planteles y tras casi seis años de esta endeble administración finalmente descendió en este torneo Clausura 2019, no obstante gracias al reglamento de competencia, mediante el pago de 120 millones de pesos, podrá mantener la categoría.

Aunque Fidel Kuri ha asegurado que pagará y se mantendrá al frente del club con una gran reestructuración, también ha aceptado que puede vender al equipo, aunque con la condición de que se mantenga en el puerto.

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