“Llevan a cabo limpieza étnica” en Birmania, acusa Naciones Unidas

Desde el pasado 25 de agosto, 590 mil personas han huido a la localidad fronteriza de Cox’s Bazar, en Bangladesh

Por EFE y AFP

  · jueves 12 de octubre de 2017

Delante de ellos se extiende el río, infranqueable, para miles de rohinyás que no pueden cruzarlo por falta de medios ni regresar a sus pueblos por no tener comida / Foto: Reuters

GINEBRA, Suiza. La destrucción de viviendas, ganado, reservas de alimentos, cultivos y hasta árboles en las aldeas que habitaban los rohinyás de Birmania muestra la intención de hacer imposible su retorno, según la ONU, que habló de indicios de que se han sembrado minas antipersonales en la frontera con Bangladesh.

“Todo esto también indica un esfuerzo por borrar cualquier señal o punto de referencia geográfico del entorno rohinyá para que un retorno a sus tierras no conduzca más que a un terreno irreconocible y de desolación”, constató la ONU que entrevistó a decenas de refugiados rohinyás y que presentó ayer sus conclusiones.

La información recogida apuntala las denuncias de que desde el pasado 25 de agosto se está produciendo una limpieza étnica en el norte del estado de Rakáin, donde se estima que viven 1.2 millones de personas de la minoría musulmana rohinyá.

Desde entonces, 590 mil personas han huido a la localidad fronteriza de Cox’s Bazar, en Bangladesh.

La misión de la ONU no solo recolectó testimonios de las atrocidades contra los rohinyás en Birmania, sino informaciones creíbles sobre la siembra de minas antipersonales en la frontera “probablemente para impedir el retorno de los refugiados”, dijo a la prensa el jefe del equipo de la ONU, Thomas Hunecke.

El informe también desmiente el discurso de las autoridades en relación a que fue un ataque de un grupo rebelde rohinyá contra un puesto policial el que desató la respuesta militar birmana y que los daños sufridos por los civiles fueron “efectos colaterales” de la acción militar.

Por el contrario, el equipo de la ONU reveló que hay indicios que la campaña militar contra los rohinyás había sido preparada con mucha anticipación y que no se organizó tras el ataque al puesto policial, que pudo ser simplemente un pretexto.

Como respuesta, la Unión Europea informó que suspenderá contactos con altos cargos militares birmanos y amenaza con estudiar sanciones si la situación no mejora.

Entre las condiciones mínimas para su retorno estarían que el gobierno les reconozca la nacionalidad birmana.

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