/ lunes 27 de noviembre de 2023

Sin avances para erradicar la violencia feminicida

El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. De acuerdo con datos oficiales, México recibió esta fecha con 694 feminicidios y 5 mil 324 homicidios de mujeres, además de una indiferencia social pasmosa.

A pesar de ello, agrupaciones de diferentes puntos del país se manifestaron para evidenciar que lejos de tener avances significativos en la materia, la violencia de género constituye un flagelo brutal cuyo objetivo principal somos las mujeres, por lo que estamos muy lejos de que las acciones gubernamentales impulsen cambios de fondo para resolver la situación.

De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en los últimos cuatro años México ha mantenido su tendencia de feminicidios. En Latinoamérica ocupa el segundo lugar regional, solo detrás de Brasil.

Más allá de la disputa que se presenta en torno a las cifras a propósito del #25N, éstas permiten asomarnos a las deficiencias históricas que el Estado mexicano ha tenido para siquiera mirar una problemática que afecta a más de la mitad de su población. La burocratización y revictimización con la que las autoridades pretenden atender los casos es pasmosa y lejos está de abonar a la resolución estructural de la violencia de género.

Por ejemplo, en el estado de Veracruz la autoridad local ha exhibido el decremento de más del 30 por ciento en los delitos de feminicidio. La Fiscalía General del Estado de Veracruz ha proporcionado los datos para que el gobierno federal dé a conocer en su Informe mensual que nuestra entidad solamente presenta 41 casos y que esto la coloca en el lugar nacional número cuatro. Hay que recordar que esta Fiscalía reportó al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que durante el mes de junio de 2023 no se había presentado ningún feminicidio.

Sin embargo, desde el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres hemos observado que, para el caso del estado de Veracruz, hay información que pone en entredicho lo que la Fiscalía informa al gobierno federal: el Observatorio de la Universidad Veracruzana ha documentado 53 feminicidios entre enero y octubre de 2023. Tres de ellos tuvieron lugar en el mes de junio.

Marzo fue el mes con más feminicidios en la entidad veracruzana, con un total de diez. La zona centro presentó más casos, con un total de nueve. A ello hay que sumar el maltrato al que son sometidas las familias de las víctimas de feminicidio por parte de la Fiscalía. Desde que se integra la carpeta, a veces con errores fatales que permiten la liberación del feminicida, hasta la sentencia de un juez o jueza sin perspectiva de género y apegada a derechos humanos.

Al observar éste y otros escenarios alusivos a las violencias contra las mujeres, pienso que muchas ciudadanas irán más allá de las acciones en el espacio público que, en los últimos tiempos, poco o nada han gustado. No quiero imaginar la terrible repercusión que tendrá la inacción gubernamental y la indiferencia social.

Lamentablemente, los focos de atención están puestos en el proceso electoral de 2024, el cual empezó desde hace tiempo. Ya veremos a quién le toca levantar los platos rotos


*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana

El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. De acuerdo con datos oficiales, México recibió esta fecha con 694 feminicidios y 5 mil 324 homicidios de mujeres, además de una indiferencia social pasmosa.

A pesar de ello, agrupaciones de diferentes puntos del país se manifestaron para evidenciar que lejos de tener avances significativos en la materia, la violencia de género constituye un flagelo brutal cuyo objetivo principal somos las mujeres, por lo que estamos muy lejos de que las acciones gubernamentales impulsen cambios de fondo para resolver la situación.

De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en los últimos cuatro años México ha mantenido su tendencia de feminicidios. En Latinoamérica ocupa el segundo lugar regional, solo detrás de Brasil.

Más allá de la disputa que se presenta en torno a las cifras a propósito del #25N, éstas permiten asomarnos a las deficiencias históricas que el Estado mexicano ha tenido para siquiera mirar una problemática que afecta a más de la mitad de su población. La burocratización y revictimización con la que las autoridades pretenden atender los casos es pasmosa y lejos está de abonar a la resolución estructural de la violencia de género.

Por ejemplo, en el estado de Veracruz la autoridad local ha exhibido el decremento de más del 30 por ciento en los delitos de feminicidio. La Fiscalía General del Estado de Veracruz ha proporcionado los datos para que el gobierno federal dé a conocer en su Informe mensual que nuestra entidad solamente presenta 41 casos y que esto la coloca en el lugar nacional número cuatro. Hay que recordar que esta Fiscalía reportó al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que durante el mes de junio de 2023 no se había presentado ningún feminicidio.

Sin embargo, desde el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres hemos observado que, para el caso del estado de Veracruz, hay información que pone en entredicho lo que la Fiscalía informa al gobierno federal: el Observatorio de la Universidad Veracruzana ha documentado 53 feminicidios entre enero y octubre de 2023. Tres de ellos tuvieron lugar en el mes de junio.

Marzo fue el mes con más feminicidios en la entidad veracruzana, con un total de diez. La zona centro presentó más casos, con un total de nueve. A ello hay que sumar el maltrato al que son sometidas las familias de las víctimas de feminicidio por parte de la Fiscalía. Desde que se integra la carpeta, a veces con errores fatales que permiten la liberación del feminicida, hasta la sentencia de un juez o jueza sin perspectiva de género y apegada a derechos humanos.

Al observar éste y otros escenarios alusivos a las violencias contra las mujeres, pienso que muchas ciudadanas irán más allá de las acciones en el espacio público que, en los últimos tiempos, poco o nada han gustado. No quiero imaginar la terrible repercusión que tendrá la inacción gubernamental y la indiferencia social.

Lamentablemente, los focos de atención están puestos en el proceso electoral de 2024, el cual empezó desde hace tiempo. Ya veremos a quién le toca levantar los platos rotos


*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana