El vestigio más importante de la Zona Arqueológica de Quauhtochco, en las Altas Montañas, se encuentra en el municipio de Carrillo Puerto, entre Cuitláhuac, La Tinaja y Cotaxtla, te hablamos de “El Fortín de Huatusco”.
Esta pirámide es conocida entre los pobladores por poseer una leyenda protagonizada por una princesa de nombre Zaacatzin, pero antes de saber toda la historia te contaremos un poco más de esta zona turística.
A poco menos de una hora de Córdoba se encuentran estos vestigios con una antigüedad de 700 años; se cree que el santuario veneraba a los Dioses de la época.
Para llegar deberás tomar la carretera Minatitlán/Córdoba - Boca del Río/México 150D pasando el municipio de Amatlán de los Reyes, después de ello llegarás al camino que conduce al río Jamapa. Tu aventura debe continuar a pie unos 20 a 25 minutos para llegar a la pirámide El Fortín. Sobre el río pasarás un puente colgante de 50 metros de longitud, cuyas bases son de concreto.
Historia de El Fortín de Huatusco
Existen datos importantes sobre la construcción de esta pieza arqueológica, de acuerdo con historiadores pertenecen a un templo que se encuentran en la parte superior y demuestra que en ella se rendía culto a los dioses.
Además se ha descubierto que originalmente “El Fortín” era un edificio de tres pisos sostenido por vigas y que más adelante fue revestido por los desniveles que le dieron la forma de pirámide en cuatro etapas.
¿Cuál es la leyenda de "El Fortín de Huatusco"?
La historia más popular de la ciudad es aquella sobre una antigua princesa llamada Zaacatzin, pues dice la leyenda que aún ronda el área.
De acuerdo con la Revista de cultura y comunicación de la Universidad Veracruzana (UV), a través del texto “La voz de los ancestros. El teponaztli de Huatusco, Veracruz” hay varias versiones sobre la persona legendaria de la mujer llamada Zaacatzin.
“Coinciden casi siempre y se completan una a la otra, más que contradecirse. En síntesis, fue una princesa nativa de las hoy ruinas de Quauhtochco, que no quiso acompañar a su pueblo a la nueva fundación de Santiago Huatusco; pero les hacía visitas todos los miércoles de cada semana para embriagarse con ellos y ofrecerles el tesoro que en “El Fortín” (el Teocali), se guardaba”.
“Zaacatzin ofrecía dinero, pero solo para ser usado en cosas honestas, como el sostenimiento de la familia. Los campesinos de varios poblados cercanos van cada año, cuando florece la caña vaquera (el 24 de junio), a ofrendarle a ella y a El Fortín animalitos del monte, todos de color negro, a fin de que les conceda los bienes suplicados”.
