Córdoba, Ver.- La devoción por el Niño Dios y el amor por la costura han sido las principales causas por las que Amelia Cabrera Cervantes y su esposo José Luis Velázquez cumplan más de tres décadas confeccionando trajes y vistiendo al Niño Dios de decenas de cordobeses previó a la fiesta de la Candelaria.
El camino no ha sido fácil, pero poco a poco, con el paso de los años y gracias a la calidad del trabajo que realiza de manera artesanal, ha logrado posicionarse dentro del gusto de las familias cordobesas que durante esta fecha acuden a su tienda, ubicada en Avenida 8, entre Calles 9 y 11 para escoger el mejor atuendo para su Niño.
En entrevista para El Sol de Córdoba, Amelia y José Luis comentan que detrás de cada traje que ellos ofertan; ya sea desde el representativo de un bebé, es decir, el tejido con estambre blanco, hasta el de algún santo en particular, hay horas de trabajo en equipo y mucho, pero mucho amor, pues cada pieza es confeccionada cuidando hasta el más mínimo de los detalles.
Desde la selección de las mejores telas, hasta la colocación de cada puntada del traje se supervisa a detalle, pues siempre se ha buscado brindar a las familias cordobesas calidad que se vea y se sienta, sobre todo porque saben que la imagen del Niño Dios es muy venerada en la ciudad de Córdoba.
“En cuestión de hacer ropa de los niños llevo más de 30 años confeccionando y vistiendo las imágenes que las familias nos traen previo al Día de la Candelaria”, comenta Amelia quien agrega que el trabajo es en equipo, pues ella confecciona los trajes que ponen a la venta año con año y su marido elabora los accesorios: sillas, moisés, sandalias y hasta las coronas.
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Entrar a su negocio, ubicado a un costado del mercado Revolución, es deleitarse con la gran variedad de trajes que ofertan, más de diez opciones elaboradas por ellos mismos y otros más que son adquiridos con proveedores a fin de poder ofertar una mayor variedad de opciones a las familias devotas del Niño Dios.
Aunque reconoce que con el paso de los años sus clientes se han inclinado más por adquirir el tradicional traje de bebé, aunque esto no significa que las representaciones de Santos estén siendo desplazadas, pues existen muchas personas que son devotas a San Judas Tadeo, El Señor de la Misericordia, El Santo Niño Doctor y por ende cada año piden que su imagen se vista igual.
El vestir al Niño Dios, dice, es otro proceso pues se busca que el vestido quede lo más perfecto para cada imagen, por ello se busca que sea de la medida correcta que permita que se luzcan los detalles, se cuida la hora de colocarlo en la imagen para que no se arrugue y se coloca, ya sea en una silla o en un moisés, de la manera más adecuada para que tampoco se maltrate.
¿Cómo se preparan para la confección de trajes de el Niño Dios?
Detalla que para poder cubrir la demanda de esta fecha, la confección de trajes se inicia con varios meses de anticipación, de hecho, cuentan que sólo esperan que pasen los festejos del Día del Amor y la Amistad para empezar a seleccionar telas, hacer trazos, cortes y armar los trajes que ofertarán el próximo año, esto les permite poder dedicar tiempo a cada traje que hacen a fin de que quede lo mejor posible.
“Nosotros vestimos a un niño, pero nos gusta que nos quede bien y se lo entregamos a la mamá, porque siempre buscamos que nuestros clientes se vayan contentos y satisfechos con el trabajo para que nos siga recomendando para el próximo año”, dice mientras detalla que los precios de los trajes varían dependiendo del tipo de traje y, sobre todo, la talla.
En cuestión de precios, la familia Velázquez Cabrera reconoce que este año la mayoría de los trajes sufrió un incremento del 30 por ciento en promedio, pues la materia prima ha aumentado considerablemente, desde el hilo y hasta la tela, lo que merma un poco en sus ventas que han disminuido en comparación al año pasado, sin embargo, aún faltan días para la celebración del Día de la Candelaria.
Y confían que conforme se acerque el 2 de febrero las ventas puedan ir repuntando, pues aunque la cuestión económica es complicada por todos los incrementos qué hay, la fe y la devoción por el Niño Dios es mayor.